Los gatos de pelo semilargo o largo poseen un atractivo especial, no lo neguemos. Los amantes de los gatos sentimos cierta predilección por estos ejemplares porque lucen más felinos, si cabe, entrañables y bellos. Reclaman un mantenimiento más meticuloso y, en algunos casos, la alergia a su pelo puede privarte de disfrutar de su compañía.

No obstante, si te hallas entre los afortunados que pueden convivir sin cortapisas con estas bolitas de ternura, presta atención. En las próximas líneas vamos a hablarte de las razas de gato más peludas, de su temperamento y de los cuidados requeridos con la intención de esclarecer tus dudas en el caso de que estés planteándote acoger a alguno de ellos.

8 Razas de gato muy peludas

Su innegable belleza se ve acompañada de un carácter amistoso y afectuoso, ya que, en mayor o menor grado, comparten la necesidad de sentirse acompañados y de jugar. De hecho, muchas de estas razas pertenecen a las más cariñosas que existen. Son mininos que disfrutan, en su mayoría, de la vida de interior y con los que es muy sencillo convivir.

Persa

¿Quién puede resistirse a su ternura? Los gatos persas son gatos fornidos, de cuerpo rectangular y patas cortas. Su manto de longitud larga contribuye a acentuar sus formas redondeadas. Al ser braquicéfalos, su nariz es chata y corta, lo que favorece que acumulen lágrimas y que dicha epífora genere manchas oscuras en los ojos si no son retiradas a diario.

Son muy cariñosos, tranquilos, presumidos y hasta algo vagos. Les encanta pasar horas durmiendo junto a su tutor. Por su predisposición a padecer sobrepeso, conviene estimularles a jugar para que se ejerciten mientras pasan tiempo acompañados. Además de cepillarlos, un mínimo, de 3 veces por semana, es necesario llevarlos al peluquero.

Siberiano

Los penachos o pinceles de sus orejas nos recuerdan a los linces, y es que estos gatos se han desarrollado en los bosques de la gélida Siberia. Esta es la razón por la que lucen una triple capa, siendo la media más clara que la exterior. Su espesor varía en función de la estación del año en la que nos encontremos, pero su aspecto es siempre imponente.

Dicen que los gatos Siberianos han participado en espectáculos circenses en Rusia, debido a su carácter juguetón y algo infantil. Les encanta ser el centro de atención y disfrutan sobremanera del juego con los niños. Especialmente las hembras, se muestran muy apegadas a su tutor y le siguen a todas partes. Son muy inteligentes y comunicativos.

Bosque de Noruega

Se trata de otra raza que ha evolucionado desde hace milenios en bosques, en este caso, en los del norte de Escandinavia. Los vikingos los acogieron por sus extraordinarias cualidades como cazadores de roedores. Su pelo es largo, con una subcapa interna lanosa, muy suave, y otra externa que los hace parecer más grandes de lo que en realidad son.

El gato Bosque de Noruega posee un temperamento más independiente y tranquilo que el Siberiano, ya que, aunque necesita el contacto con el exterior, agradece pasar tiempo solo y no demanda altas dosis de actividad e interacción a diario. Lo que más les gusta es jugar con el agua y permanecer vigilantes desde las alturas.

Sagrado de Birmania

Para muchos son siameses de pelo semilargo. Y es que comparten con ellos el patrón colorpoint que hace oscurecer su hocico, orejas, patas y cola. Su manto es de base claro, oscilando entre el color crema o marfil y el gris amarronado. Sus ojos son de un intenso azul, como los siameses, y sus pies parecen enfundar unos inmaculados guantes blancos.

Como resultado del cruce de siameses y persas, son más corpulentos que los primeros y menos activos y vocales que ellos. El pelo del gato Sagrado de Birmania es fino y denso, pero no se enreda con facilidad, por lo que es suficiente con cepillarlos un par de veces por semana (eso sí, a diario durante la primavera y el verano). Son muy afectuosos, sociables y observadores.

Angora

Estos bellos gatos proceden de Turquía y aunque el color más extendido es el blanco, también puedes encontrarlos en otros tonos como plata, marrón, azul, rojo, crema o en patrón atigrado. Sus ojos ovalados pueden ser azules, verdes, de color ámbar o cobre. Sin embargo, los casos de heterocromía son frecuentes en los ejemplares de Angora de manto blanco.

Son mininos que adoran la compañía, pero también el silencio. Por tanto, no son la mascota idónea para las familias con niños pequeños. Congenian con otras mascotas, pero si no han sido correctamente presentados pueden comportarse de forma dominante con ellas. Son muy cariñosos y pueden mostrarse celosos si consideran que son relegados.

Somalí

Emparentado con el abisinio, se diferencia de él en que luce un manto semilargo con un rasgo único de esta raza, el ticking. Cada pelo tiene 3 bandas, o más, de tonos oscuros intercaladas con otras de tonos más claros. Los gatos Somalís son esbeltos, de cuerpo atlético, que adoran pasar el rato saltando y trepando al aire libre, por ejemplo, en un jardín.

Por tanto, no son la mascota adecuada para un apartamento en la ciudad, a menos, que lo habitúes a ir con correa y arnés a un espacio verde cerca de casa. Son muy inteligentes, aprenden rápido y no llevan bien pasar mucho tiempo solos. Reclaman estimulación, física y mental, a diario y suelen llevarse bien con otras mascotas.

Ragdoll

Estos preciosos gatos, de cuerpo musculoso y larga cola, recuerdan a los siameses, dado que son fruto del cruce de esta raza con el europeo. Los Ragdoll pueden llegar a alcanzar los 9 kg de peso y se caracterizan por aflojar los músculos cuando son cogidos en brazos, algo que les encanta, y por emitir un maullido casi inaudible.

Son una de las razas más cariñosas y dóciles que existen, hasta el punto de dejarse someter por otras mascotas, si viven con otros animales de compañía. Son gatos sumamente apegados, proclives a padecer ansiedad por separación si deben pasar buena parte del día solos. Por ello, son la mascota perfecta para las personas mayores.

Maine Coon

Pertenece a las razas felinas de mayor envergadura, pudiendo llegar a pesar 14 kg y alcanzar los 60 cm de altura. Sus grandes orejas, siempre erguidas, su mirada inquisitiva, su complexión robusta y su pelo largo contribuyen a que su aspecto general impresione. No obstante, son gatos tan cariñosos, juguetones y leales como los perros.

Los Maine Coon se adaptan a todo tipo de viviendas y de familias. No reclaman altas dosis de interacción a diario, dado que saben entretenerse y jugar solos. Eso sí, son muy inteligentes y necesitan superar retos y demostrar lo que han aprendido. Su pelo es grueso y denso y, aunque mudan bastante, no se enreda con facilidad. Basta con que lo cepilles 2 veces por semana.