El Pomsky es un perro fruto del reciente cruce entre un Pomerania y un Husky siberiano. De la unión de ambos nombres surge su denominación y un perro con aspecto de Husky pero de menor tamaño.

Datos básicos

  • Tamaño medio: 30-55 cm, pero puede haber grandes diferencias.
  • Peso: también muy variable, entre 7 y 14 kg.
  • Esperanza de vida: se le estiman unos 14 años.
  • Ideales para: personas con alguna experiencia en perros, pues el carácter resultante del cruce es imprevisible.

Origen del perro Pomsky

Los Pomsky o Pomsky siberiano son un cruce procedente de los Estados Unidos, que empieza a extenderse dentro y fuera de ese país. Se origina a partir de la mezcla de dos razas de muy diferente tamaño, el Pomerania y el Husky siberiano. Por lo tanto, no tienen el reconocimiento como raza distinta de ninguna organización cinológica.

Serían, en otras palabras, un híbrido. Normalmente, la hembra es de Husky y el macho de Pomerania para reducir los problemas durante el parto que se podrían producir con el macho de tamaño mayor, pues sería más probable que las crías fuesen demasiado grandes como para que la perra Pomerania las pudiese parir.

Características físicas del Pomsky

Al no ser una raza reconocida no hay ningún estándar establecido que defina los parámetros físicos comunes para todos los Pomsky. Habrá diferencias entre ejemplares y algunos serán más parecidos al Pomerania y otros al Husky. Podemos encontrarnos Pomskys pequeños, medianos o grandes. Con independencia de su tamaño, suelen ser de constitución fuerte.

Los ojos pueden ser azules o marrones. El pelo, como no podría ser de otra manera, es denso y de considerable longitud, como el que caracteriza a ambas razas progenitoras. La coloración suele ser más parecida a la del Husky, de hecho, lo que se intenta es conseguir ejemplares lo más parecidos posible a un Husky siberiano en miniatura y de patas cortas.

El cruce entre estas razas ha conseguido que los Pomsky adultos mantengan un aspecto de cachorro, con un cuerpo y una cabeza de forma redondeada y unos ojos más juntos, lo que infantiliza los rasgos. Los ejemplares más pequeños son los más codiciados.

¿Cómo es el carácter de un Pomsky?

El temperamento de los Pomsky resulta una mezcla de las características de sus padres. Son perros activos, juguetones y enérgicos. Difieren del Husky en que son más amistosos con sus congéneres y con las personas, niños incluidos, aunque todo dependerá del ejemplar en concreto y de los rasgos que haya heredado de una y de otra raza.

Por eso también es posible que encontremos un Pomsky más desconfiado e independiente. Dicho de otra manera, no es fácil predecir cómo será el comportamiento de estos perros al depender de la mezcla que se haya producido, de padres, abuelos y demás antecesores. Y también hay que tener en cuenta que va a influir la genética y el ambiente.

Cuidados básicos para un Pomsky

Son perros activos que, por lo tanto, necesitarán oportunidades para liberar su energía. Paseos, mínimo tres al día y de una media hora de duración, juegos, excursiones o carreras son actividades que podemos realizar con él para mantener su salud tanto física como psicológica. Pueden adaptarse a vivir en apartamentos siempre que se ejerciten.

En función de su temperamento, agradecerán disponer de un patio, una terraza o un jardín donde poder disfrutar de un espacio más amplio. Su manto denso requiere cepillados regulares, en primer lugar para preservar su lustre pero, también, porque es fácil que durante las salidas se le adhieran fragmentos vegetales o cualquier otra suciedad.

Si lo bañamos, es muy importante que nos aseguremos de dejarlo bien seco utilizando toallas y secador. Por eso algunos cuidadores prefieren delegar estas tareas higiénicas en peluquerías caninas. Por lo demás, como todos los perros, necesitarán una alimentación equilibrada y desparasitación, vacunas y revisiones según nos paute el veterinario.

Principales problemas de salud del Pomsky

Al ser un cruce reciente, no se dispone de demasiada información sobre patologías a las que tengan propensión. Es probable que, en función de las características que herede de Husky o de Pomerania, manifieste tendencia a sufrir las mismas enfermedades que presentan estas razas. Así hablaríamos, sobre todo, de trastornos dentales, oculares, cardíacos y articulares.

Podemos prevenirlos con una adecuada alimentación, una correcta higiene dental, un control del peso y revisiones veterinarias periódicas. Con ello cuidamos la boca, evitamos el sobrepeso que empeora problemas articulares y cardíacos y podemos detectar y tratar precozmente cualquier patología.

En cuanto a problemas conductuales, si a nuestro Pomsky no le proporcionamos la actividad que necesita, es probable que presente estrés y ansiedad, traducidas en destrozos en el hogar y comportamientos inadecuados. Si el Pomsky sigue difundiéndose y se consolida como raza será posible ir determinando patologías a las que sea más propenso.

¡Cuidado si nos quieren vender un Pomsky!

Como no hay un estándar oficial, ya que estos perros no están reconocidos como raza por ninguna entidad especializada, estos ejemplares no pueden tener pedigrí. Por lo tanto, no debemos fiarnos de supuestos criadores que nos prometan o aseguren determinadas características.

Por otra parte, tampoco es recomendable comprar un perro a cualquiera que haya cruzado un Husky y un Pomerania. Ni mucho menos debemos hacerlo nosotros. La cría y el desarrollo de nuevas razas tiene que dejarse en manos de profesionales.