El Harrier es un antiguo perro de caza inglés que cuenta con el Beagle entre sus antepasados. Provisto de un excelente olfato y una considerable energía, se ha adaptado a su nuevo papel como perro de compañía. Eso sí, necesita oportunidades para ejercitarse y compañía.
Datos básicos
- Altura: 46-56 cm.
- Peso: 22-27 kg.
- Esperanza de vida: 11-12 años.
- Ideales para: familias en zonas rurales.
Origen de la raza
El Harrier es una raza que nace en el Reino Unido. Su origen se remonta a la Edad Media, hace al menos 800 años. De hecho, hay registros ya en el año 1260 de una manada de perros Harrier en el oeste del país. La vida en manada ha propiciado que posea un alto grado de sociabilidad. También hay datos antiguos que apuntan a su popularidad en Gales.
Su primer uso fue la caza de liebres. En la actualidad, aunque se ha extendido como perro de compañía, mantiene su papel como cazador de liebres y, también, de zorros. Se cree que es descendiente del Bloodhound, tras cruces con ejemplares de raza Beagle. Llegó un momento en el que la raza casi se extingue en su país de origen.
Entonces se revitalizó añadiendo a los cruces sangre de Foxhound, aunque el Harrier resultó de un tamaño más pequeño. Su nombre deriva de la palabra normanda harier, que significa perro de caza. Además de en el Reino Unido, esta raza se ha popularizado en los Estados Unidos.
Características físicas de la raza Harrier
De tamaño mediano, en una observación inicial su aspecto puede hacernos recordar al de otro perro de caza inglés, el Beagle, que se encuentra entre sus antepasados. Pero tiene la cabeza más estrecha y alargada. El cráneo es aplanado. Los ojos son de tamaño pequeño, forma ovalada y color marrón.
Las orejas tienen forma triangular o de uve y son aplanadas y de inserción alta. El hocico es puntiagudo y la trufa negra. Los labios superiores sobresalen ligeramente de la mandíbula inferior. El cuerpo se aprecia musculado y de apariencia atlética y ágil. El lomo es recto. Las patas son robustas. Las delanteras se mantienen rectas.
Los pies son compactos. La cola es de longitud media y se lleva elevada. El manto es liso, duro y corto. Lo encontramos en una variedad de colores como el blanco con arena, marrón, limón, anaranjado, negro, rojizo, formando capas de dos y tres colores. Destaca por su buen olfato, que puede emplearse para la detección de diversas sustancias.
Temperamento del Harrier
Los perros de la raza Harrier son, en general, amistosos con los niños, con los que pueden convivir sin problemas. Son sociables, por lo que con otros perros también son capaces de establecer buenas relaciones. De hecho, se encuentra a gusto entre congéneres, ya sean de su misma raza o de otras. Históricamente están acostumbrados a vivir en manada.
Son de carácter alegre, cariñoso, tolerante y extrovertido. También son animales muy activos que, por ello, no se recomiendan para la vida confinada en apartamentos de ciudad. Resultan unos excelentes perros de compañía. Algunos ejemplares pueden mostrarse temperamentales o testarudos en exceso, que no agresivos.
Para evitar problemas de convivencia es importante ofrecerles una buena socialización, al igual que educación en obediencia. Si somos constantes les será fácil aprender gracias a su inteligencia. El problema que podemos tener es que desplieguen sus instintos cazadores, pudiendo llegar a perseguir gatos, roedores, etc. No nos queda más opción que impedírselo.
Cuidados básicos recomendados
El Harrier acepta bien las temperaturas tanto cálidas como frías, aunque no lo parezca por su pelaje corto. Esto le permite vivir en el exterior, a lo que está acostumbrados desde sus orígenes cazadores. Precisamente, al ser un perro de caza, le encantará participar en juegos en los que deba localizar objetos con la ayuda de su excelente olfato.
De esta manera lo estaremos estimulando tanto a nivel físico como psicológico. Ambos aspectos resultan imprescindibles para lograr su bienestar. Otra opción interesante es el agility. No debemos olvidar que se trata de un perro activo al que vamos a tener que pasear a diario, así como llevarlo a espacios en los que pueda correr y quemar su energía.
Se hacen necesarios tres o cuatro paseos al día, aunque en la vivienda disponga de terreno. Gracias a su manto corto, no requiere excesivos cuidados para lucir hermoso. Podemos pasarle de vez en cuando un cepillo o manopla de goma para ayudarle a eliminar el pelo muerto.
Principales problemas de salud de la raza Harrier
Los ejemplares de Harrier, en general, gozan de buena salud física, pero podemos detectar trastornos a nivel psicológico. Un Harrier que no quema su energía va a sufrir problemas de conducta. Estos se manifiestan, sobre todo, con el desarrollo de comportamientos destructivos.
Este tipo de alteraciones también pueden producirse si permitimos que pase solo muchas horas. Los problemas de conducta graves deben ser atendidos por veterinarios especializados en comportamiento, educadores caninos o etólogos. Por último, hay que vigilar las orejas ya que, al disponerse caídas, son propensos a sufrir infecciones de oído.