Su velocidad, su potencia y su elegancia naturales, junto al característico color rojo de su manto, hacen que el Perro del Faraón destaque allá donde vaya. Son unos compañeros adorables, con una capacidad poco vista en otras variedades: se sonrojan cuando están alegres.

Estos perros se adaptan con facilidad a todo tipo de hogares, pues disfrutan especialmente de la vida en familia y de hacerte feliz ¿No te lo terminas de creer? Pues sigue leyendo para conocer cuáles son las principales características del Perro del Faraón, unos amigos de corazón noble y ojos hechiceros.

Datos básicos

  • Tamaño: entre 53 y 63 cm de altura
  • Peso: entre 20 y 25 kilos
  • Esperanza de vida: entre 12 y 14 años
  • Ideales para: vivir con familias en apartamentos o en casas; para la caza o la práctica deportiva.

¿Cuál es la historia del Perro del Faraón?

El Perro del Faraón es una variedad milenaria, cuyos orígenes se remontan a hace más de 5000 años. Se sabe que acompañaban a los faraones a cazar gacelas en las planicies africanas, de ahí su nombre. Testimonios recogidos en sitios arqueológicos hablan de estos canes con un rostro que “brilla como el de Dios”. Durante muchos siglos fueron un privilegio de la nobleza egipcia y – se cree- fueron los comerciantes fenicios quienes popularizaron la raza en la zona oriental del Mediterráneo.

En la pequeña isla de Malta fueron muy valorados por su capacidad para atrapar liebres y conejos. De hecho, actualmente el Perro del Faraón es el can oficial de ese país. La variedad no fue conocida en Occidente hasta el siglo XX, cuando llegaron los primeros ejemplares a Inglaterra.

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Principales características físicas

Los perros de esta raza tienen una contextura media y un porte majestuoso, con líneas armónicas y gráciles. Poseen un cuello largo, esbelto y musculado. Por su parte, el pecho es poderoso, sin ser profundo en exceso. El vientre, por otro lado, es moderadamente recogido. El lomo muestra una ligera caída hacia la grupa, mientras que la cola es gruesa en la base y se afina hacia la punta; suele ser bastante larga, llegando por debajo del corvejón.

La cabeza tiene un tamaño medio y forma alargada, con un rostro de líneas rectas bien estilizado. El hocico se afina hacia la punta y finaliza en una trufa de color carne que cambia a rojo cuando está en movimiento. Los ojos presentan un tono ámbar, a juego con el color de su pelo; tienen una forma ovalada y están bastante juntos. La expresión de un Perro del Faraón se define por su inteligencia y por su atención constante. Las orejas, que se insertan bien arriba de la cabeza, son triangulares y puntiagudas.

El manto en esta raza es de pelo muy corto, brillante y pegado al cuerpo. La textura puede ser suave o ligeramente rugosa. Estos canes no presentan “plumaje” en ninguna zona de su anatomía. El color no debe ser diferente del rojo fuego característico, aunque puede haber tonos más claros y otros más oscuros.

Así es el carácter del Perro del Faraón

En cuanto a temperamento, el Perro del Faraón suele tener una personalidad alegre y muy sociable. Es habitual que se convierta en el payasete del hogar, ya que están constantemente tratando de llamar la atención. Su principal preocupación es pasar el mayor tiempo posible con su familia, ya sea jugando o descansando. No tienen problemas con los más pequeños.

Estos canes son muy sensibles y no toleraran bien los hogares conflictivos o estresantes. Asimismo, les cuesta adaptarse a los cambios bruscos, como puede ser una mudanza. Por lo general el Perro del Faraón es fácil de entrenar, aunque tiene un instinto independiente que deberás controlar. La socialización temprana es fundamental para conseguir ejemplares armónicos.

Con los extraños suele ser amistoso, por lo que no es un buen guardián. Con otros perros de la familia se llevará bien, aunque puede tener algún problema si son del mismo sexo. Se adapta a todo tipo de viviendas, aunque suele ser bastante ladrador. Esto puede suponer un problema en ciertas comunidades de vecinos, especialmente si se queda mucho tiempo a solas.

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Cuidados que precisa un ejemplar de esta raza

El mantenimiento del pelaje es muy simple en esta raza. Un cepillado a la semana será suficiente para mantenerle aseado y lustroso. Los baños solo serán necesarios cuando esté muy sucio, pues su escaso pelo casi no desprende olor. Algo a tener en cuenta es que, al no tener la protección del pelaje, suelen lastimarse con facilidad. Controla su piel y trata las heridas o lesiones que puedan aparecer para evitar infecciones.

Un Perro del Faraón necesita al menos 30 minutos diarios de ejercicio de intensidad media – alta. Los juegos en el patio, los deportes caninos o las salidas en bici son una buena opción para ellos. Durante estos paseos siempre deben ir con correa, pues tienden a perseguir animales o a otros perros más pequeños. Si en casa tienen acceso a un jardín o a un patio, procura que la valla sea bastante alta para que no intente saltarla.

Otro aspecto a tener en cuenta durante las salidas es su gran sensibilidad a los climas fríos. En invierno o en días lluviosos abrígales si no quieres que se resfríen (recuerda que son originarios del desierto). Asimismo, tienden a comerse los excrementos, por lo que es importante que limpies rápido cuando hagan sus necesidades y que vigiles cuando estés en la calle.

La salud del Perro del Faraón, ¿qué debes tener en cuenta?

Uno de los potenciales problemas de salud que puede presentar un Perro del Faraón es su alta sensibilidad a la anestesia. Al tener muy poca grasa corporal, los sedantes suelen afectarles en exceso. En caso de una intervención quirúrgica, el veterinario deberá tener en cuenta este aspecto. Las alergias, especialmente en la epidermis, también deben ser controladas con frecuencia.

Por otro lado, son perros con cierta tendencia a desarrollar algunos tipos de cáncer en la edad adulta, como el hemangiosarcoma – afecta a los vasos sanguíneos del corazón-, el cáncer mamario o los tumores de mastocitos.