Sobre todo cuando hace calor y nuestro perro tiene el pelo largo o muy denso, es habitual que pensemos que cortarle el pelo es la mejor opción para mantenerlo fresco. Pero hay que saber que el pelo cumple importantes funciones y no siempre es la mejor idea cortarlo.

Características del pelo de tu perro

Antes de plantearse el corte de pelo de un perro hay que tener en cuenta cuáles son sus características básicas. En general, los perros poseen tres tipos de pelos: primarios, secundarios y modificados. Los primarios forman el pelaje que vemos, es decir, el externo. Los secundarios, que crecen en el mismo folículo piloso, constituyen el pelaje interno.

También se le llama subpelo o capa interna y su función es proteger y mantener la temperatura corporal. Finalmente, los pelos modificados son los bigotes o las cejas. Forman parte del sentido del tacto, ofreciendo información del entorno. El pelo crece en ciclos y atraviesa un período conocido como muda en el que el pelo joven expulsa al más viejo.

Hay perros que no mudan, como el Caniche, mientras que otros lo hacen una o más veces al año, sobre todo en primavera y en otoño, por cambios de luz. Los perros que disponen de un subpelo lanoso que les protege del frío, pierden esa capa cuando suben las temperaturas. En su lugar queda una cámara de aire que les va a proporcionar protección frente al calor.

El corte de pelo

En general, el pelo del perro se corta pasando por todo el cuerpo una máquina. Es como la que utilizan las personas, pero específica para los perros, ya que el pelo es diferente. No sirve la de uso humano. La máquina corta todo el pelo igual a la longitud que se escoja en función de la cuchilla elegida. Es decir, puede cortar tanto el subpelo como el pelo maduro y el joven.

Este tipo de corte no es recomendable para todos los perros, por eso en algunas razas el arreglo se hace arrancando a mano el pelo muerto. Esta técnica, no dolorosa para el perro, se conoce con el nombre de stripping y facilita la muda, manteniendo la salud del pelo y de la piel. Es habitual en perros de pelo duro, como los Schnauzer, los Teckel o los Fox terrier.

En perros de subcapa lanosa, como el Husky, tampoco se aconseja el corte, ya que su manto está diseñado para protegerlos también del calor. El corte de pelo en ellos sería contraproducente y lo más adecuado es optar por los cepillados frecuentes. En los perros de pelo largo solo habría que cortar la capa externa. El corte puede hacerse también con tijeras.

Rapar el pelo del perro

En primer lugar, hay que señalar que aunque para nosotros rapar el pelo casi al cero sea un sinónimo de mantenernos frescos cuando hace más calor, esto no sucede así en los perros. En ellos el manto les ofrece protección, no solo contra posibles lesiones como cortes, sino frente a los elementos del clima, tanto el frío como el calor, el sol, la humedad o la lluvia.

Rapar el pelo, por lo tanto, deja expuesta la piel del perro, con lo que pueden producirse con mayor probabilidad quemaduras, irritaciones o heridas. Además, al eliminar la protección del manto, en realidad estamos haciendo que pase más calor que si tuviese su pelaje sin rapar, pero bien cuidado.

Por lo tanto, es importante insistir en que el rapado se reserva solo para pequeñas zonas en las que, por ejemplo, hay que practicar una incisión para operar al perro o despejar el área que rodea una herida para hacer las curas y evitar infecciones. También para los casos en los que el manto está tan lleno de nudos que rapar es la única opción para preservar la salud.

Cuidar el pelo a un perro

Aunque no podamos cortar el pelo de nuestro perro, siempre podemos cuidarlo. Mantener el manto sano es garantía de que le ofrece una óptima protección. Para ello lo mejor es bañar y cepillar el pelo con regularidad. La frecuencia mayor o menor de baños y de cepillados la determina el tipo de pelo y las circunstancias vitales del animal.

Además, durante la muda conviene pasar el cepillo casi a diario. Eliminando el pelo muerto preservamos la salud del manto, retiramos cualquier resto adherido, como hierbas o espigas, e impedimos la formación de nudos y de rastas que pueden llegar a comprometer la salud de la piel. Un pelaje lleno de enredos que sea imposible deshacer, tendrá que ser cortado.

El cepillado o deslanado debe hacerse en profundidad, llegando hasta la base del pelo. Para ello encontraremos a la venta un montón de cepillos y peines entre los que elegir según las características del pelo de nuestro ejemplar. Por otra parte, debemos acostumbrarlo a las sesiones de cepillado nada más llegue al hogar para que se deje manipular sin problemas.