Los Basenji, unos peludos de cola enroscada, frente arrugada y carácter travieso, son también conocidos como “Perros del Congo”.

No es de extrañar, pues eran los compañeros caninos preferidos de las tribus africanas de aquel país, como los bashingi.

Esta raza posee algunas peculiaridades dignas de destacar, así que, si quieres saber más sobre sobre ellos, este artículo es para ti.

Origen del nombre

El nombre Basenji deriva de la expresión mbwá na basenzi, que viene de la lengua lingala.

Esta frase podría traducirse como “perros de los aldeanos”. Sin embargo, en suajili se les denomina mbwa shenzi, que significa “perro salvaje”.

También hay variaciones dialectales que aluden a su comportamiento. Algunas lo describen como el perro que salta arriba y abajo. Otras traducciones podrían ser “el perro del bosque” o “el perro del arbusto”.

Una de las razas más antiguas

Esta raza se desarrolló en el centro del continente negro, más concretamente en las Repúblicas del Congo y de Súdán.

Sus primeras evidencias se remontan a la cultura egipcia de hace más de cinco mil años, después de que fueran traídos por el Nilo como regalo a los faraones.

Por eso, los Basenji son una de las variedades de perros domesticados más antiguas que hay. Se creía que alejaban a los malos espíritus y que acompañaban a los muertos hasta el más allá.

Durante un tiempo, se les llamó “perros de Keops”. También hay quienes consideran que inspiraron la famosa cabeza canina del dios Anubis.

Basenji, el perro que no ladra

Una de las curiosidades más destacadas de estos canes es que no poseen un ladrido típico. Para entender esta singularidad hay que remontarse a la antigüedad.

Y es que las razas primitivas, por lo general, poseen cuerdas vocales poco profundas, más estrechas y planas.

¿Qué implica para los perros Basenji? Una vocalización de sonidos más guturales, que muchas veces se comparan con el canto tirolés (yodel) o el aullido de un lobo.

Esto explica por qué estos canes tienden a emitir sollozos, sutiles risas o pequeños lloriqueos cuando se emocionan.

En su propio estándar, la Federación Cinológica Internacional (FCI) afirma que es un can que, sin ser mudo, nunca ladra, sino que emite un sonido especial.

Marcado instinto de caza

Los Basenji han sido perros tradicionalmente muy valorados por sus aptitudes para la caza. Pueden saltar en vertical, lo que resulta útil en las pasturas africanas.

Asimismo, son curiosos, inteligentes y muy enérgicos, por lo que se desempeñan bien en las labores de rastreo. El American Kennel Club (AKC) los clasifica dentro de la categoría de sabuesos.

Por sus aptitudes, muchos Basenjis sobresalen en deportes caninos como la caza con señuelo, el rastreo y las competiciones de obediencia y agilidad.

Parecidos a un gato

Los Basenji, aunque suelen ser cariñosos, poseen un carácter muy independiente y algo terco, lo que suele asociarse con los felinos.

Esto puede hacer que su instrucción sea más compleja que con otras razas, por lo que es importante trabajar la obediencia desde cachorros.

No obstante, este rasgo no es el único que los asemeja más a los gatos: también su particular ritual de limpieza. Son canes que cuidan su propio pelaje usando la lengua y el contacto con el agua no es muy de su agrado.

Una de las causas puede ser su baja tolerancia al frío. Teniendo esto en cuenta, lo mejor es que se mantengan resguardados en el interior del hogar durante las épocas más heladas. ¡No olvides que vienen de África!

Una raza hipoalergénica

Estos perros, aunque no son totalmente hipoalergénicos, sí pueden ser considerados como tales.

Su pelaje, muy corto, apenas se desprende. Por eso, se consideran aptos para personas con una leve alergia al pelo animal.

Las hembras entran en celo una sola vez al año

Las hembras de Basenji entran en celo solo una vez por año y no dos, como ocurre en la mayoría de las razas caninas domésticas.

Se trata de una característica que comparten con los lobos y con otros perros como los Cantores de Nueva Guinea.

Este celo suele producirse entre agosto y noviembre, lo que permite que los cachorros sean suficientemente grandes para sobrevivir cuando llegan los meses más fríos.

Aparición en el cine

La película “Good-bye, My Lady”, de 1956, recalca muy bien las principales características de la raza.

El largometraje trata de un huérfano que se encuentra con un perro Basenji con algunas singularidades: ríe parecido a una hiena, es tan limpio como un gato y puede correr a gran velocidad.

Son canes bastante longevos

Esta raza posee una esperanza de vida mayor que otras de talla similar: unos catorce años. Incluso hay ejemplares que han llegado a cumplir los 17.

Por lo general, son perros con muy buena salud. Sus problemas más destacables suelen estar relacionados con enfermedades renales como el síndrome de Fanconi.

Otras patologías comunes son la anemia, las afecciones oculares, la displasia de cadera y algunos transtornos intestinales que pueden tratarse con una dieta adecuada.