Un carácter independiente, alerta y su instinto protector definen al Terrier Escocés. Pese a ser muy reservados con los extraños y algo distantes en la intimidad, estos canes establecen buenas relaciones con las personas con las que comparten su vida. Por su personalidad, un tanto sobria, se recomienda su adopción a personas mayores y a familias con niños ya crecidos. Sigue leyendo para conocer más detalles sobre las particularidades de esta raza.
Datos básicos
- Tamaño: entre 25 y 28 cm, según la FCI
- Peso: entre 8,5 y 10,5 kilos
- Esperanza de vida: de 11 a 13 años
- Ideales para: vivir en pisos de ciudad; realizar tareas de perro guardián; personas solas y mayores.
Historia del Terrier Escocés
Estos canes son descendientes del Antiguo Terrier Escocés, la raza autóctona más antigua de las Islas Británicas. La variedad que conocemos hoy se desarrolló durante varios cientos de años en las tierras altas escocesas y en la isla de Skye. De hecho, en una clasificación temprana, formaban parte de la raza Skye junto a los West Highland Terrier y los Cairn Terrier. Los tres tenían como principal función la caza de zorros, tejones y ratas. Los perseguían hasta el interior mismo de sus madrigueras.
A finales del siglo XVIII se diferenciaron las diversas vertientes de Terrier y el escocés pudo por fin gozar de un estándar propio. En el siglo XX se convirtieron en grandes triunfadores en las exhibiciones caninas y fueron muy populares por su relación con el mundo del cine y de la política. Humphrey Bogart, Bette Davis y el Presidente Roosevelt fueron algunos de los personajes que se rindieron a sus pies. Pero si hay un Terrier Escocés que haya quedado en la mente de varias generaciones es Jock, el mejor amigo de la perrita Reina en “La Dama y el Vagabundo”.
Principales características físicas de esta raza
Los Terrier Escoceses tienen un cuerpo muy compacto, que en movimiento les da una apariencia dinámica. El lomo es musculoso y tienen una línea superior recta y perfectamente nivelada. El pecho es ancho, con costillas redondeadas.
Las patas son cortas, una característica diferencial de la raza. A la vez son gruesas y pesadas, pero muy atléticas. Los muslos son poderosos y profundos, mientras que los pies delanteros son ligeramente más grandes que los traseros. La cola está en proporción con el resto del cuerpo, es gruesa en la implantación y se afina hacia el extremo.
Por su parte, la cabeza es larga, con un cráneo ancho y prácticamente plano. El hocico es fuerte y profundo, con una trufa negra y larga. Las mejillas son chatas, los ojos tienen forma almendrada y son de colores oscuros. Otro rasgo distintivo son las cejas profusas, que le dan una expresión inteligente.
El manto se presenta bien pegado al cuerpo. Es de capa doble: la interna es densa, suave y bastante corta, mientras que la superficial es dura, abundante y con textura de alambre. El color más habitual en el Terrier Escocés es el negro, si bien también hay ejemplares color trigo o con un pelaje atigrado.
Temperamento del Terrier Escocés
Si se pudiera definir a un perro como “serio”, este sería el caso. No suele ser vivaz ni muy demostrativo, pero es un can muy apegado a su familia. La relación con los niños es complicada, pues la paciencia no es lo suyo. Ante las travesuras o los tirones de pelo, lo más probable es que un Terrier Escocés responda con un pequeño mordisco. Por eso, es mejor que esté hogares con niños ya crecidos.
Son muy reservados con los extraños y desconfiarán de quien no forme parte de su círculo más íntimo. Sin embargo, una vez hayas entrado en su zona de confort, estarás allí por siempre. Incluso se dice que pueden diferenciar la forma de caminar de los visitantes frecuentes, evitando ladrar para dar la alerta.
Son canes muy sensibles y no tardarán en reconocer el tono de tu voz, por lo que diferencian fácilmente si les estás regañando o felicitando. También reconocen el estado de ánimo de su familia y se contangian del humor que reina en la casa.
Acostumbran a ser buenos perros guardianes, con un ladrido potente que no se ajusta a su tamaño. ¡Cualquiera diría que ese sonido lo produce un Gran Danés o un San Bernardo! No tendrá problemas con otros canes con los que haya crecido, aunque puede ser territorial con perros desconocidos, especialmente si son del mismo sexo.
Por otro lado, esta raza tiende a cazar animales pequeños, por lo que no se recomienda que vivan con gatos, conejos o hámsteres. Otro instinto es su necesidad de cavar, pues están criados para ello. Deberás acostumbrarte a que tu patio esté lleno de agujeros.
La socialización desde pequeños es un aspecto fundamental de su entrenamiento y la mejor manera de contrarestar su carácter independiente. Son perros que están acostumbrados a hacer las cosas por su cuenta, así que diseña entrenamientos cortos y entretenidos.
Consejos para cuidar a un Terrier Escocés
Si bien un Scottish Terrier no te acompañará a correr una maratón, sus necesidades de ejercicio no son menores. Requieren juegos y salidas a diario. Concretamente, de dos a tres salidas de 20 – 30 minutos por día. De lo contrario se volverán agresivos o destructores.
Estos canes pueden adaptarse bien a la vida en un piso, siempre que salgan a menudo. Si están bien entrenados no ladrarán en exceso. En el caso de que vivan en casas con jardín, asegúrate de que estén correctamente vallados para evitar que escapen en busca de presas. No deben pasar mucho tiempo a solas o se desesperarán.
Las casas con piscina son un problema a tener en cuenta. A los Terrier Escoceses les encanta el agua, pero son pésimos nadadores. Por eso, debes estar pendiente cuando estén cerca de una balsa profunda.
Por otra parte, son perros que pierden poco pelo. Aún así, su manto no es fácil de mantener. Necesitan recortes frecuentes con herramientas específicas, por lo que se recomienda dejar esta tarea en manos de peluqueros caninos. Asimismo, tienden a tener pulgas, por lo que debes revisar su pelaje y pasarle un cepillo antipulgas de manera regular.
La salud del Terrier Escocés
Los calambres del Terrier Escocés son una condición intrínseca de la raza, pero no es perjudicial para su salud.
Estos episodios suelen producirse cuando están muy excitados, por ejemplo durante una sesión de ejercicio intenso. Se trata de un movimiento anormal de la espalda y de sus extremidades, que puede tratarse con calmantes.
Otra enfermedad con mayor incidencia en estos terrier es la de Von Willembrand, una condición heredada en la sangre que afecta a su capacidad de coagulación. La luxación patelar también es frecuente y causa problemas para caminar.