Vivir con el ser humano desde tiempos inmemoriales ha preparado a muchos canes para ser amigos fieles y grandes confidentes. ¡Son un buen compañero para sentarse a ver la tele o para salir a dar un paseo! De hecho, muchas razas se muestran sociables, si bien algunas – por su personalidad – son mejores candidatas a perros de compañía. Concretamente, destacan las siguientes:

Bulldog francés

Son descendientes de los antiguos Bulldog ingleses, que en el siglo XIX fueron cruzados con perros franceses de talla baja. El resultado fueron estos canes de cabeza cuadrada y orejas de murciélago. En un inicio fueron la raza típica de la burguesía parisina y eran populares en tascas, carnicerías y panaderías de todo París.

Son muy juguetones y algo temperamentales, especialmente con otras razas caninas. Establecen relaciones muy cercanas y significativas con aquellas personas con las que comparten su vida. De hecho, quienes han convivido con un Bulldog francés saben que son la personificación de la frase “el mejor amigo del hombre”.

Carlino o Puig

Originarios de Oriente, se cree que están emparentados con razas como el Pekinés y, aunque no lo parezca, con el robusto Mastín Tibetano. Durante muchos siglos fueron un privilegio de la realeza europea.

Un Puig es capaz de lo que sea para hacerte sentir mejor. Son muy sensibles y tienen una capacidad única para adaptarse al estado de ánimo de su familia. Suelen ser muy payasos cuando te notan alegre, pero se sentarán a tu lado en silencio si te ven un poco triste.  Tienen una personalidad terca, que deberás controlar con mano firme y trato amable.

Caniche

Tan elegantes como cariñosos, es una de las razas de compañía más apreciadas. Los primeros ejemplares se dedicaban a cazar patos, lo que explica su denominación inicial (Canard Chien o “perro de patos” en francés), que luego derivó en Cani-che. Por su apariencia se convirtieron en los preferidos de los nobles y, por su gran inteligencia, fueron elegidos para realizar acrobacias en los circos ambulantes.

Estos peludos adoran jugar y necesitan atención constante de su familia. Son muy curiososy tienen buena memoria. Les gusta pasar tiempo con los niños, que se convertirán en infatigables compañeros de aventuras. Asimismo, es importante que tengan un entrenamiento dinámico para que no se aburran.

Terrier Checo

Surgen tras la II Guerra Mundial, con el objetivo de cazar roedores y hacer compañía al ser humano. Poseen un pelaje gris oscuro ondulado con mostachones y barba tupida, características propias de la variedad. También sobresalen por su carácter amable: son uno de los perros más gentiles y dulces del universo canino.

Estos canes, de hecho, poseen un carácter mucho más tolerante que el común de los Terriers. Están especialmente recomendados para hogares con niños pequeños y ancianos. Asimismo, son una gran opción como perros de terapia para pacientes de corta edad. Pueden mostrarse un poco reservados con los extraños, pero una correcta socialización evitará esta tendencia. 

Boston Terrier

Se originaron en la ciudad de Boston, en EEUU, a raíz del cruce de Bulldogs y Terriers ingleses. De estos últimos heredaron los cuidadosos modales británicos. Son canes muy sociables. Por su característico manto de pelo negro, parecido a un esmoquin, en América se ganaron el sobrenombre de “el perro más caballero”.

Lo cierto es que, a la hora del entrenamiento, pueden ser un poco tercos. Sin embargo, si se les sabe manejar, no tardarán en entrar en razón. Son buenos compañeros para las personas de la tercera edad que necesitan a un compañero tranquilo y que no demande demasiada atención, más allá de grandes dosis de mimos y caricias.

Boxer

Aunque alguna vez fueron feroces guardianes, los Boxers actuales están más enfocados en acompañar y dar cariño al ser humano. De sus orígenes retienen un cuerpo atlético y grandes niveles de energía, por lo que necesitan tener a su lado a personas de carácter deportivo y hábitos activos.

Son perros tremendamente afectuosos con todos los miembros del grupo familiar y demuestran una gran tolerancia a las travesuras de los niños. Son sociables y responden bien a cualquier acercamiento. No obstante, pueden ser un poco testarudos para el entrenamiento, por lo que deberás tener paciencia.

Dálmata

Entre las razas más complacientes están también los dálmatas. Desarrollados originalmente para correr junto a los carruajes de los reyes, estos ejemplares tienen un porte aristocrático y una energía inagotable. Además, necesitan mucha actividad diaria para mantenerse equilibrados.

Se trata compañeros ideales para familias que disfrutan de dar paseos al aire libre. Odian la soledad y buscan pasar la mayor parte del tiempo junto a los suyos. Su instinto innato para complacer a los humanos hace que sea fácil entrenarles a través de métodos positivos, ofreciéndoles recompensas como halagos, felicitaciones y -por qué no-, sus chuches preferidas.

Golden Retriever

Criados en Escocia para lograr una combinación perfecta entre cobradores de aves y acompañantes del ser humano, son una de las variedades caninas más sociables. Con los años, la raza adquirió un perfil más doméstico que cazador. Actualmente, son canes muy populares.

En el hogar son leales, cariñosos y juguetones. Querrán pasar la mayor parte del tiempo con los pequeños, pues les encanta jugar y divertirse. Los Golden Retriever maduran a un ritmo más bien lento, por lo que pueden comportarse como cachorros hasta los 3 años. Su inteligencia y su necesidad de agradar hacen que el entrenamiento sea mucho más sencillo que con otras variedades.

Y bien, ¿cuál de todas estas razas es tu favorita? Cuéntanos más sobre tus experiencias caninas y anhelos.