El valor de tu gato es incalculable, lo sabemos. Sin embargo, existen razas que por ser híbridas y escasas o poco conocidas tienen unos precios al alcance de un reducido número de personas. ¿Sabes cuáles son las razas más caras? Te las presentamos en las próximas líneas.

Aunque las razas de las que vamos a hablarte son especiales por su singular belleza, no es menos cierto que, precisamente, por sus peculiaridades se prestan a las estafas. Por ello, si estás interesado en adquirir un minino de alguna de estas razas, o de otro pedigrí, y tienes dudas sobre la autenticidad del criador, consulta al club de la raza correspondiente.

Las 8 razas de gato más caras del mundo

Como decimos, existen razas, cada vez más valoradas, que pretenden recordar el aspecto de los felinos salvajes. Para ello, suelen ser necesarios varios años de cruces hasta asentar el patrón y domar su carácter. Por lo general, suelen ser escasos los criadores dedicados a su desarrollo, lo que encarece su precio rondando, de media, los 1000 €.

En el caso del Singapura, por ejemplo, su diminuto tamaño (es el gato más pequeño que existe) justifica su elevado precio, por encima de los 1000 €, o en el del Korat, el hecho de que apenas haya criadores fuera de su Tailandia natal dificulta su compra y eleva su coste entre los 800 y 1000 €.

1. Savannah

No podemos iniciar esta selección sin mencionar al gato Savannah, una polémica raza gestada en laboratorio de la que apenas se comercializan 100 ejemplares al año. El cruce del serval africano con el gato doméstico da como resultado al gato más grande, con 1,20 cm de estatura. Eso sí, aún no está reconocida como raza independiente.

Savannah

Su versión Royal supera los 7000 €, y aunque su majestuoso aspecto impresione, son gatos sociables, cariñosos y juguetones que se adaptan a todo tipo de familias. Agradecen la compañía y necesitan estimulación a diario, física y mental. También disfrutan del tiempo en solitario y reclaman pocos cuidados de mantenimiento.

2. Bengalí

También llamado gato leopardo, el gato Bengalí nace del cruce del doméstico común con el leopardo asiático y a tenor de sus rosetas, o manchas oscuras, diseminadas sobre una base marrón, canela o anaranjada, podemos afirmar que su aspecto en conjunto, con un porte estilizado y salvaje, está más que logrado.

Bengalí

Son sumamente cariñosos, hiperactivos y propensos a padecer ansiedad por separación y estrés si sus necesidades de afecto y actividad no son satisfechas a diario. Se muestran más sociables que los Savannah y son, sin duda, la mascota perfecta para las familias con niños de corta edad.

3. Caracat

¿Sabes que esta raza surgió por casualidad en el zoo de Moscú? Un gato común se apareó con un gato caracal en 1998. 10 años más tarde, unos criadores norteamericanos comenzaron a cruzar el abisinio con el caracal para dar continuidad a su cría, con el propósito de lograr una nueva raza de aspecto exótico y carácter más sosegado.

Llaman la atención sus grandes y puntiagudas orejas, coronadas con penachos, y la sonrisa que parece estar dibujada de forma permanente en su boca. Existen dos patrones, ambos de pelo corto, denso y tupido. En uno, el tono es rojizo o anaranjado con bandas oscuras y en el otro, el cuerpo es negro, canela y marrón con el pecho y el abdomen blancos.

Son gatos grandes, de 10-14 kg de peso, y extremidades largas, lo que los dota de una innegable elegancia. Son tan activos que los paseos con correa y arnés les resultarán una válvula de escape muy beneficiosa para su salud, física y mental. Son algo solitarios y a diferencia del resto de razas no maúllan, rugen.

4. Safari

Esta exótica raza es tan escasa, apenas existen 100 ejemplares en todo el mundo, que su precio puede ascender a los 4000 €. Se trata de un híbrido entre el doméstico común y el Geoffrey o gato montés sudamericano. Su cría resulta compleja porque el Geoffrey tiene un par de cromosomas más que el resto de razas felinas.

5. Sphynx

El Sphynx o gato esfinge no deja indiferente a nadie. La ausencia casi total de pelo, al menos de manera perceptible para la vista humana, lo convierte en una raza codiciada por muchos. Esta falta de pelo es fruto de una mutación genética natural y obliga a adoptar ciertas precauciones para que no se resfríe en invierno y no se queme en verano.

Sphynx

Con el fin de mantener estables sus aceites naturales y prevenir afecciones cutáneas, como la dermatitis, es preciso limpiarlo con asiduidad, ya sea bañándolo o pasándole una toallita húmeda, especialmente en las zonas con pliegues. Son mininos muy apegados, dominantes y activos, solo aptos para los verdaderos amantes de los felinos.

6. Peterbald

Al estar emparentados con los Sphynx, uno de sus atributos más llamativo es la falta de pelo. Sin embargo, también existen ejemplares de la raza Peterbald con pelo muy corto y rizado. Sus grandes orejas están muy separadas, su hocico es largo y sus ojos redondos poseen una mirada hipnótica. Son algo más tranquilos que los esfinge, pero igual de inteligentes.

Peterbald

7. Sokoke

El país criador por excelencia de estos auténticos gatos exóticos es Dinamarca y son muy pocos los ejemplares disponibles en Europa y América. Ello propicia que su precio pueda ascender a los 1500 €. Su complexión es atlética, con un cuerpo largo y extremidades finas, pero musculosas. Su cola es larga y fina y su manto evoca a la corteza de un árbol.

Los gatos Sokoke son sumamente sociables, apegados y activos. Por tanto, resulta preferible que dispongan de suficiente espacio para distraerse. Si es al aire libre, mejor, ya que su origen salvaje los lleva a demandar el contacto con la naturaleza. Congenian con otras mascotas y son adecuados tanto para familias con niños como para personas que viven solas.

8. Korat

¿Sabes que en su Tailandia natal se les conoce como maeo dok-lao? Traducido al castellano, es algo así como “gato del color de las nubes antes de un chubasco”, lo que te da una idea de la tonalidad de su manto. Estos bonitos mininos son venerados en su tierra y se les considera un talismán. Suelen ser regalados, por ejemplo, a los recién casados.

Korat

En Europa disponemos de muy pocos ejemplares de estos pequeños gatos de manto azul plateado y grandes ojos verdes, korat. Son muy amorosos, inteligentes y vocales. Demandan grandes dosis de actividad y compañía a diario. Aunque se llevan bien con otras mascotas, al igual que con los niños, conviene familiarizarlos desde una temprana edad.