El American bully es una raza creada para conseguir al perfecto animal de compañía. Su aspecto imponente alberga un carácter dócil y cariñoso. Poco agresivo con una buena socialización, resulta excepcional en su trato con los niños. Sigue leyendo para conocerlo a fondo.
Datos básicos
- Tamaño medio: está comprendido entre los 38 y los 50 cm de altura a la cruz.
- Peso: oscila entre los 25 y los 50 kg.
- Esperanza de vida: se sitúa entre los 12 y los 14 años.
- Ideales para: la vida en familia.
Origen de la raza American Bully
El American bully es una raza que tiene sus raíces en los Estados Unidos, donde, en la actualidad, se localizan el mayor número de ejemplares. Su nacimiento se sitúa en la década de 1980.
Surge del cruce de varias razas como el American Staffordshire terrier, el Pitbull terrier, el bulldog inglés, el bulldog americano o el bulldog francés. Se ha desarrollado con la idea de que sea un perfecto perro de compañía.
Sus criadores buscaban la apariencia potente del stafford, pero con las características más celebradas de los bulldogs, que son perros que destacan por un carácter especialmente adecuado para convivir en familia. Por lo tanto, a pesar de su aspecto físico imponente, incluso fiero, son perros muy dóciles y cariñosos.
Características del American Bully
El American bully es un perro de tamaño mediano. Destaca por poseer un cráneo ancho, con una boca fuerte, donde llaman la atención unas mandíbulas bien definidas. Los ojos, de forma almendrada, pueden ser de diferentes colores.
En el American bully también destaca su cuello, muy musculado. Las extremidades tanto anteriores como posteriores, al igual que todo el cuerpo, son también musculosas, rectas, cortas y robustas. Los pies son redondeados y compactos.
El pecho es amplio y profundo. Las costillas le confieren un aspecto de barril. Las patas delanteras están bastante separadas para permitir el espacio que necesita este tipo de tórax. La espalda es corta y la cola pequeña.
Es, en definitiva, un perro compacto y fuerte, de aspecto imponente y pesado. Su manto es corto y brillante y su color no está especificado. El más habitual es el azul con una mancha blanca en el pecho. El patrón mirlo es el único que no se admite.
Dentro de la raza American bully se encuentran identifican algunas variedades, como son la estándar, la classic, la pocket o de bolsillo, la XL o la extreme. Todas ellas se diferencian por el tamaño y el peso.
Como su nombre indica, en la pocket se englobarían los ejemplares de menor tamaño, mientras que en la XL o en la extreme estarían los más grandes. Además, existen otras variedades que no se consideran oficiales como la XXL, la micro o la exotic.
Carácter de la raza American Bully
Esta raza es especialmente buena y dócil con los niños, a pesar de que su aspecto hace pensar lo contrario. Aun así, debemos mantener la vigilancia, para evitar sustos, sobre todo si se trata de niños que no están acostumbrados al contacto con los perros.
Son unos perros juguetones, vitales y cariñosos, de carácter dulce y apacible. Les encanta sentirse queridos y siempre intentan complacer en todo lo que se les pide. Estas aptitudes positivas no deben hacernos olvidar la importancia de la socialización temprana para el desarrollo correcto y equilibrado del futuro perro adulto.
Por todas sus características resultan ideales para familias, a pesar de que su aspecto puede asustar a algunas personas. Nada más lejos de la realidad, pues los American bully aceptan incluso a los desconocidos sin mostrar ningún signo de agresividad.
Son, en definitiva, perros sociables, equilibrados e inteligentes, lo que les ayuda a adquirir las normas básicas de educación y demás trucos que se les quieran enseñar. Esto no implica que sea una raza recomendada para primerizos, pues su tenencia requiere poseer conocimientos previos sobre la psicología canina y su educación.
Además, debido a su carácter amigable, son capaces de convivir sin ningún problema con otros animales tanto si son de su especie como si pertenecen a otra. Parecen ser conscientes de su fuerza y por ello se muestran cuidadosos en el trato con perros más pequeños. Es muy raro que se peleen con otros, aunque sean desconocidos.
Cuidados recomendados
Necesitan realizar una actividad física considerable para mantener a punto su musculatura. Para ello los paseos diarios son imprescindibles. El ejercicio y los juegos también les ayudan a mantener activa su mente y evitan que padezcan problemas de ansiedad o aburrimiento.
Su manto corto no requiere excesivos cuidados, pero les resultará agradable que los cepillemos con regularidad porque supone estar en contacto con nosotros. Muchos disfrutarán también del momento del baño. Debemos vigilar la higiene de las orejas y la longitud de las uñas.
Cómo alimentar a un American Bully
Entiendo que hablamos de un ejemplar grande (estándar), cómo al que hacemos referencia en este artículo, lo ideal es comenzar con Puppy Gourmet desde el destete y hasta los seis meses de edad, donde cambiaríamos a Maxi Junior.
Ambos piensos son muy nutritivos y variados, ideales para cubrir todas sus necesidades nutricionales. Maxi Junior tiene el tamaño de la croqueta un poco más grande, así se obliga a que mastique.
A partir de los 14/16 meses de vida, podemos comenzar a usar un pienso para perros adultos. Protein & Fit es ideal si queremos que desarrolle su musculatura, por contener proteínas de alta calidad fácilmente asimilables.
Al ser una raza con tendencia a sufrir sobrepeso, una vez haya desarrollado su musculación podemos pasar a un pienso moderado en calorías cómo Beef & Vegetables, que además contiene un extra en condroprotectores para cuidar de sus articulaciones.
A tener en cuenta
Hay que saber que en algunos lugares esta raza puede estar considerada como potencialmente peligrosa. Esta clasificación suele implicar la necesidad de trámites legales para su tenencia, además de la obligatoriedad de pasearlos siempre atados y con bozal.
Posibles problemas de salud en un American Bully
Esta raza tiene cierta propensión a padecer displasia de cadera o de codos, así como alergias y alteraciones en el sistema digestivo, el cardíaco y el respiratorio. También hay que llevar un control de su alimentación para evitar el sobrepeso y tener cuidado con las altas temperaturas para prevenir el golpe de calor.
