Las vacunas son fundamentales para la buena salud canina. Tener el calendario de vacunación al día es tan importante como saber cuáles son obligatorias y cuáles no. Sigue leyendo para informarte bien de los diferentes tipos de vacunas que existen y de los posibles efectos secundarios que pueden darse.

¿En qué consiste la vacunación?

La vacunación es un método de prevención que busca inmunizar contra una determinada enfermedad. Para ello se introduce una preparación con el agente causante de la afección (llamado antígeno) en el organismo.

Se trata de una versión debilitada, por lo que el perro activa sus mecanismos de defensa. Una vez su cuerpo neutraliza la amenaza, guarda un registro que hace que sea mucho más resistente a ese padecimiento. El sistema es exactamente similar a la inoculación de vacunas en humanos y en otros animales.

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Tipos de vacunas para perros

En el caso de los perros, existen diferentes tipos de vacunas. Las que se utilizan para combatir un solo padecimiento – por ejemplo, la de la rabia- se denominan monovalentes.

Además existe otro tipo de inoculaciones: las polivalentes, que se administran para evitar varias enfermedades a la vez. Las principales son:

  • Trivalente: actúa contra el moquillo, la hepatitis vírica (o adenovirus) y la leptospirosis
  • Tetravalente: frente a la parvovirosis canina, el moquillo, la hepatitis vírica y la leptospirosis.
  • Pentavalente: para prevenir la parvovirosis, el moquillo, la hepatitis vírica, la traqueobronquitis infecciosa o “tos de las perreras” y la leptospirosis.
  • Hexavalente: contra el moquillo, la hepatitis vírica, la parvovirosis, la traqueobronquitis infecciosa, la rabia y la leptospirosis.
  • Heptavalente: la más completa, inmuniza contra el moquillo, la hepatitis, la leptospira canícola, la leptospira hicterohemorrágica, el parvovirus, la “tos de las perreras” y el adenovirus tipo 1.

Pese a esta gran variedad, no todas son necesarias en todos los casos. Tu veterinario será quien te indicará qué vacuna es la más adecuada para cada can en particular.

¿Qué vacunas son obligatorias?

La inmunización contra el virus del moquillo canino, el adenovirus (causante de la hepatitis infecciosa), el parvovirus y la rabia son de prescripción obligatoria.

Por otro lado hay vacunas opcionales, que suelen administrarse de manera anual y dependen de factores como la raza o el ambiente que rodea al can. En este grupo están las que protegen frente a la leptospirosis, la parainfluenza, la enfermedad de Lyme, el coronavirus y la leishmaniosis.

Otras vacunas disponibles combaten males como el herpesvirus canino, la babeosis, la piroplasmosis o bacterias que pueden causar la temida “tos de las perreras”.

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El calendario de vacunación canina más habitual

Las primeras vacunas caninas se administran entre las seis y las ocho semanas de vida del cachorro. Hacerlo antes sería contraproducente, ya que su sistema inmunológico no está maduro; además cuentan con la protección que les da la leche materna.

Por eso, un pequeño no debería salir a la calle sin estar debidamente vacunado, ni tener contacto con otros perros para evitar posibles contagios. Aunque puede haber algunas variaciones, el calendario de vacunación para perros más habitual es el siguiente:

  • 6 semanas: primera vacuna polivalente, que incluye desparasitación, moquillo y parvovirus. Ésta no siempre se pone, ya que depende de la edad a la que se destete el cachorro.
  • 8 semanas: polivalente, que cubre contra el adenovirus 1 y 2 (causante de la hepatitis vírica), el moquillo, la parainfluenza (causante de la “tos de las perreras”) y el parvovirus canino.
  • 12 semanas: refuerzo de la polivalente más leptospirosis.
  • 16 semanas: vacuna contra la rabia
  • De manera anual: refuerzo de la polivalente, más leptospirosis y rabia.

Este plan de inmunización es solo una guía básica, ya que el veterinario será quién decida en ultima instancia qué vacunas son imprescindibles y cuáles no.

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Los indeseados efectos secundarios, ¿cuáles son?

La inoculación de vacunas tiene muchos beneficios, pero no siempre tiene efectos agradables. Recuerda que se trata de una versión debilitada de la enfermedad, por lo que el cuerpo reaccionará para defenderse. No obstante, los síntomas no se manifiestan de la misma manera en todos los canes. Lo más común suele ser:

  • Inflamación localizada. Es muy habitual un enrojecimiento e hinchazón en la zona del pinchazo. Es posible que aparezca un grano del tamaño de un garbanzo. No hay que preocuparse, es solo que el líquido inyectado está acumulado en esa zona. En unas pocas horas se irá filtrando naturalmente al resto del cuerpo y desaparecerá.
  • Muchos canes se duermen después de ser pinchados. Es una respuesta común, ya que así se recuperan de la vacunación, un momento estresante y que no entienden.
  • Apatía. Pueden mostrarse excesivamente solitarios o apáticos, lo que también es normal. En ocasiones experimentan cambios de humor.
  • Problemas estomacales. Algunos canes experimentan vómitos o diarreas tras la inoculación de las vacunas más agresivas. Esto también puede hacer que tengan menos apetito o que desarrollen una pequeña inflamación en la zona del estómago.
  • Problemas para respirar. En el caso de las vacunas administradas por vía intranasal, las secuelas pueden ser: estornudos, tos y fiebre. Los síntomas son similares a una gripe y el perro se mostrará desanimado y sin hambre.
  • Aunque no se suele dar, este efecto secundario es de extrema gravedad. Sus efectos suelen aparecer a las pocas horas después de administrarse la dosis. Los síntomas más evidentes son una inflamación en el hocico y en la garganta, lo que impide que el can respire con normalidad. Otras manifestaciones son: pulso débil, vómitos o diarreas. Por eso, es fundamental observar al perro durante las horas siguientes a una inyección y estar atento a la más mínima anomalía.

Todos estos efectos secundarios pueden ser desagradables, pero los beneficios de la vacunación superan con creces sus perjuicios. Un perro vacunado es un perro saludable y, sobre todo, feliz. Así que no descuides este aspecto y mantente al día con las vacunas de tu can. ¡Que no se te pase ninguna!

Y recuerda, si aprecias cualquier síntoma tras la vacunación, debes consultar con tu veterinario inmediatamente.