La otitis es una inflamación y/o infección que puede afectar a cualquier punto del conducto auditivo. A continuación explicaremos cuáles son sus síntomas y el tratamiento de elección. Es importante acudir rápidamente al veterinario.
El conducto auditivo del perro
Para entender en qué consiste la otitis y cuáles son sus efectos debemos conocer primero cómo es la anatomía del oído del perro y saber que este órgano cumple funciones en la audición y el equilibrio. Está dividido, según su profundidad, en oído externo, medio e interno.
El oído externo constituye el tramo más superficial del conducto y es donde se producen la mayoría de las otitis. Comprende la oreja, el orificio auditivo y el primer fragmento del canal auditivo. En el oído medio encontramos el tímpano o membrana timpánica, la trompa de Eustaquio y la cavidad timpánica.
Por último, a mayor profundidad se ubica el oído interno, donde se localizan los huesecillos del oído como el martillo, el yunque y el estribo. También se encuentran otras estructuras como los canales semicirculares y los conductos óseos, donde está la cóclea. Independientemente de la forma de la oreja, todos los oídos caninos son así.
Síntomas de otitis en perros
Los síntomas pueden variar en función de si la otitis se ha producido en la parte externa, media o interna del conducto, pero es posible destacar algunos que inmediatamente nos deben hacer pensar en un problema auditivo que va a requerir tratamiento veterinario.
Son los siguientes:
- Sacudir la cabeza.
- Rascarse una o ambas orejas.
- Frotar la región auricular contra cualquier objeto.
- Dolor de mayor o menor intensidad en función de la zona del conducto afectada. – Inclinación de la cabeza hacia el lado enfermo.
- Enrojecimiento de los pliegues del pabellón auricular, que también pueden estar inflamados.
- Secreción con mal olor y diferente aspecto dependiendo de la causa.
- Puede haber pérdida de la audición, sobre todo si ambos oídos resultan afectados.
- Mareos, descoordinación, nistagmo e incluso vómitos si está dañado el equilibrio.
Otitis externa
Este tipo de problema auricular es más frecuente en aquellos perros que presentan las orejas largas y caídas. Esto es debido a que, para el desarrollo de una otitis externa, es muy importante el papel de la ventilación, que es más complicada en este tipo de orejas.
Además, la limpieza inadecuada de los oídos, la entrada de agua durante los baños o arrancar los pelos del inicio del conducto como se suele hacer en peluquería canina, son factores que van a colaborar en el desarrollo de una otitis externa y sobre los que podemos influir.
Destacamos otros como los siguientes:
- Genética, ya que hay razas más propensas, como el shar pei, sobre todo por la conformación más estrecha de su conducto auditivo.
- Alergias, porque producen una reacción generalizada que repercute también en los oídos.
- Seborrea, que es una alteración dermatológica que origina descamación también en el oído.
- Cuerpos extraños como semillas o hierbas.
- Tumores o pólipos del conducto auditivo. – Presencia de ácaros, bacterias u hongos.
Otitis media
Este tipo de otitis, más dolorosa, puede surgir como complicación de la externa cuando el perro no recibe tratamiento o cuando, aún tratando, no hemos conseguido la curación. Por eso es importante buscar asistencia veterinaria al primer signo de enfermedad auricular y realizar un diagnóstico correcto.
Esta otitis afecta a membrana y cavidad timpánica. El tímpano puede llegar a perforarse y es posible que se vea afectado el nervio facial que lo atraviesa, lo que provoca que la oreja y el labio de ese lado se vean como caídos. También puede causar síndrome de Horner, caso en el que veremos afectado el ojo.
Otitis interna
También denominada laberintitis, es una urgencia. El equilibrio va a verse afectado, por eso se desarrollan síntomas como descoordinación, posturas anómalas, movimientos en círculos o nistagmo, que son movimientos oculares rápidos e involuntarios. Además del agravamiento de una otitis externa, otras patologías pueden afectar al oído medio.
Golpes en la cabeza, tumores cerebrales, intoxicaciones o el síndrome vestibular idiopático, que afecta sobre todo a perros de mediana y avanzada edad, son otras causas de laberintitis de las que podemos sospechar si nuestro perro padece los síntomas descritos pero no ha sufrido otitis externa.
Tratamiento de la otitis en perros
En general, el examen del oído se realiza con un otoscopio. Además, se pueden tomar muestras para observar al microscopio y detectar bacterias, hongos, ácaros, etc. En ocasiones será necesario sedar al perro para lavar a fondo el oído.
En base a la causa el veterinario nos recetará el medicamento más adecuado. A veces hay que incluir analgesia debido al dolor. También nos enseñará a limpiar correctamente el oído, ya que es básico hacerlo antes de medicar para que los fármacos se absorban. En algunos casos graves solo la cirugía puede resolver la otitis.
Por último, nunca es buena idea que pongamos algún producto en las orejas de nuestro perro, incluso si ya lo hemos utilizado alguna vez, sin que antes lo haya examinado un veterinario. Esto se debe a que hay que comprobar la integridad de la membrana timpánica. Medicar con ella perforada no es seguro y puede causar laberintitis.
Bibliografía
Carlos y Giffin (2002): Manual práctico de veterinaria canina. Madrid: Editorial el Drac.