Son fácilmente reconocibles por su rostro lleno de pliegues, sus orejas caídas y sus ojos melancólicos. Otro de sus rasgos destacados es su gran olfato, el más afilado del mundo canino. Es tan fiable que, en muchos países, su detección se acepta como prueba. Además, son empleados para buscar a fugitivos o a personas extraviadas. Sigue el rastro del Sabueso de San Huberto en las siguientes líneas.

Datos básicos

  • Tamaño: la talla ideal son 68 cm para los machos y 62 cm para las hembras, según el estándar de la FCI
  • Peso: entre 46 y 54 kilos los machos y entre 40 y 48 kg las hembras
  • Esperanza de vida: entre 11 y 15 años
  • Ideales para: tareas de rastreo, salvamento o como miembros de las fuerzas de seguridad

Historia del Sabueso de San Huberto

Se cree que gran parte de los perros de rastreo descienden de estos canes. Su nombre deriva del monje Huberto, que los criaba en la región de las Árdenas (Bélgica). A mediados del siglo X llegaron a Inglaterra, donde fueron muy valorados por sus cualidades para la caza. Eran un privilegio de la gente noble, de ahí su denominación en inglés: “BloodHound” (Sabueso de sangre).

Las reinas Elizabeth y Victoria fueron grandes entusiastas de la raza. Sin embargo,  su ascenso social en Inglaterra coincidió con su debacle en el continente, especialmente en Francia, donde tras la revolución francesa fueron perseguidos como símbolo de la monarquía. En 1805 comenzaron a perseguir a delincuentes en el Reino Unido. Su fama cruzó el Atlántico y llegó a EEUU.

Características físicas del Bloodhound

Físicamente, el Bloodhound es un perro de aspecto macizo y talla grande. Posee huesos fuertes y una poderosa musculatura. Su cuerpo es alargado, aunque de líneas armónicas. El cuello es largo, bien desarrollado, con una piel floja y abundante que forma una doble papada. La espalda es larga y recta, mientras que el lomo es ancho, sólido y un poco arqueado.

El pecho es potente y amplio, con una forma ovalada que forma una quilla entre sus patas delanteras. La grupa es larga y musculosa. La línea inferior es recta, con el vientre levemente retraído. Las patas son largas y la cola de implantación alta, larga y afinada hacia la punta.

La cabeza del Sabueso de San Huberto se revela imponente, lo que resulta inconfundible. Es alta y estrecha, con el cráneo alargado de la misma longitud que el hocico. La trufa está bien desarrollada, con orificios amplios.

La piel del rostro es muy fina y abundante, formando arrugas en la frente y en las mejillas que terminan uniéndose con la papada. Los labios son largos y flojos, con mejillas hundidas y belfos carnosos. Los ojos tienen un color avellana, de tamaño medio y forma ovalada, con párpados inferiores algo visibles. Esto les confiere su particular mirada tristona. Las orejas son de implantación baja, delgadas y con una caída en forma de tirabuzón.

El manto es abundante, de pelo corto, duro y liso, a excepción de la cabeza y de las orejas, donde resulta más suave al tacto. Los ejemplares pueden ser bicolores en negro y fuego o en hígado y fuego. Otra opción es el rojo oscuro sólido. Se toleran pequeñas manchas blancas en el tórax, los dedos y la punta de la cola.

La personalidad del Sabueso de San Huberto

Su carácter es un poco desconcertante, ya que pueden mostrarse  dóciles o tercos según la situación. Pese a su imagen de cazadores tenaces son muy afectuosos con las personas con las que comparten su vida. Adoran a los niños, con quienes tienen mucha tolerancia. No obstante, debido al gran tamaño de estos perros, recuerda supervisar siempre los juegos con menores.

Por otro lado, necesitan a un entrenador firme que les transmita reglas claras. La mejor forma de acercarse a uno de estos perros es a través del refuerzo positivo, pues un trato excesivamente brusco les volverá tímidos y miedosos. Son demasiado amistosos para ejercer la función de guardianes. Aunque son rastreadores  infatigables, jamás se mostrarán agresivos o intimidantes.

Habituados a trabajar codo con codo con otros perros, se llevarán de maravilla con otros integrantes del hogar, especialmente si son de tamaño parecido. Tampoco suelen ser agresivos con animales pequeños, como gatos u otras especies con las que han crecido.

Cuidados de un Sabueso de San Huberto

Los sabuesos de San Huberto necesitan compañía humana y vivir dentro de casa con el resto de la familia. Piénsatelo bien si no te atrae la idea de encontrar su saliva en el sofá o en la moqueta. Estos perros babean… ¡y mucho! También deberás poner a cubierto tus objetos más valiosos, pues tienden a mordisquear todo lo que encuentran.

No son canes adecuados para vivir en un piso de ciudad o en un apartamento. Por su tamaño y necesidades de ejercicio deben disponer – al menos – de un patio grande. Procura que este esté bien vallado, pues si hay un olor que capta su atención no descansará hasta llegar a donde se origina.

En épocas normales suelen perder una cantidad moderada de pelo, por lo que son necesarios unos dos cepillados por semana. Durante las épocas de muda probablemente tengas que aumentar la frecuencia. Y recuerda pasar el cepillo con cuidado, pues su piel es sensible.

Por último, deberás limpiar entre sus arrugas regularmente (al menos cada dos días) para evitar infecciones u hongos. Igualmente, revisa sus largas orejas para detectar un exceso de humedad o malos olores que puedan ser signo de infección.

¿Cómo es la salud del Sabueso de San Huberto o Bloodhound?

En cuanto a la salud, los Sabuesos de San Huberto suelen ser sensibles a la torsión gástrica, un mal que afecta a su sistema digestivo y que puede ser mortal si no se trata a tiempo. Para prevenirlo procura que no coma demasiado rápido y que no haga ejercicio poco tiempo después de ingerir alimento.

La displasia de cadera y de codo son otras afecciones relacionadas con la raza. Se trata de condiciones hereditarias que limitan la movilidad. La epilepsia y el hipotiroidismo también tienen cierta incidencia, así como el entropión y el ectropión, dos tipos de malformación en la zona de los párpados.