El Galgo húngaro es un perro de caza que, además, ha resultado ser un excelente perro de compañía, siempre que le demos las oportunidades para realizar toda la actividad física que necesita. Por desgracia, apenas se encuentran fuera de su país de origen.

Datos básicos

  • Peso: 22-31 kg.
  • Altura: 62-70 cm, siendo los machos unos centímetros más grandes que las hembras.
  • Esperanza de vida: 12-14 años.
  • Ideales para: familias y deportistas.

Origen del Lebrel húngaro

Como indica su nombre, procede de Hungría. También se le llama Magyar Agar. Se cree que sus predecesores acompañaron a los magiares a la conquista de Rumanía y Hungría en el siglo IX. Se han encontrado en excavaciones cráneos de estos perros. Por lo tanto, es una raza muy antigua, dedicada a la caza menor, aunque podían hacerse con presas grandes.

Se guían por la vista para detectar a sus presas, aunque su olfato es igualmente bueno. En la actualidad es habitual encontrarlos como perros de compañía o de carreras. En Hungría siguen utilizándose para correr tras liebres y para carreras a larga distancia. Desde los primeros ejemplares la raza progresó mezclándose con sabuesos asiáticos y galgos ingleses.

Fue ya en el siglo XIX, en un intento de incrementar su velocidad. Estos cruces llevaron a la pérdida de algunas de las características originales. Hoy en día se ven en Hungría y en Transilvania, en Rumanía, pero raras veces se encuentran ejemplares fuera de allí. La Federación Canina Internacional lo reconoció como raza en 1963.

Características del Galgo húngaro

El Galgo húngaro es grande, fuerte, elegante y musculado. Su cabeza tiene forma de cuña. La frente es amplia y el stop marcado. Los ojos son medianos, ovalados, brillantes y oscuros. La mirada es dulce, inteligente y viva. El hocico, fuerte y alargado, se estrecha hasta terminar en una prominente nariz, pigmentada y con grandes fosas nasales.

Las orejas son grandes, gruesas y en forma de rosa. Se insertan a media altura y se posicionan medio levantadas cuando el perro está en alerta. El cuello es largo, musculoso y ligeramente arqueado. El lomo es ancho y recto. La caja torácica es profunda y muy arqueada, lo que deja disponible un espacio considerable para corazón y pulmones.

La cola, fuerte y gruesa, se posiciona ligeramente curvada. Alcanza hasta el corvejón. El manto es corto, tupido y áspero. Su longitud aumenta durante los meses de frío con la aparición de una lanilla interna. Se admiten casi todos los colores y las combinaciones. Por último, la piel es gruesa y bien apretada al cuerpo, con lo que no forma pliegues ni papadas.

Temperamento y comportamiento del Galgo húngaro

Su temperamento se suele comparar con el del Galgo inglés, con el que está emparentado. Así, es un perro que destaca por su carácter tranquilo, equilibrado y reservado. Es inteligente, dócil, fiel, cariñoso y nada agresivo. Tiene también un acentuado instinto de protección de su hogar y de su familia, aunque sin recurrir a la agresividad. Se apega mucho a sus cuidadores.

Por todo ello, algunos ejemplares pueden ejercer de guardianes. Es un buen alumno, por lo que nos resultará relativamente sencillo educarlo en obediencia. Es un perro bueno para la convivencia con niños. También se muestra sociable con los demás perros e incluso con otros animales. Es poco probable que inicie peleas.

Pero para que salgan a la luz todas sus características positivas es necesario proporcionarle una buena socialización, lo que ayuda a prevenir problemas de comportamiento. En cuanto sale del hogar, mantiene un fuerte instinto cazador y es muy activo y ágil. Dispone de una gran energía. Se le considera un cazador tenaz, inagotable y muy resistente y veloz.

Consejos y cuidados para el Lebrel húngaro

No se recomienda la convivencia con un Galgo húngaro en un apartamento en la ciudad. Son perros que necesitan correr y realizar actividad física. Por eso es buena idea fomentar la práctica de deportes como el canicross o, simplemente, correr al lado de una bicicleta o participar en una jornada de senderismo.

Necesitan varios paseos largos cada día. No pueden andar menos de una hora diaria. Pero, además, hay que ofrecerles la posibilidad de correr. El ejercicio regular les resulta imprescindible y es clave para que en casa puedan mantenerse tranquilos. En otras palabras, es un perro que requiere cuidadores activos y amantes del deporte.

Aunque toleran mejor el frío que otros galgos, no son perros aptos para dejar vivir a la intemperie, ni siquiera durante el tiempo en el que su pelaje aumenta de longitud. En cambio, soportan mejor las temperaturas cálidas. Por lo demás, su mantenimiento es sencillo. Su manto apenas requiere cuidados.

Problemas de salud del Galgo húngaro

En general, el Galgo húngaro es un perro resistente y saludable. Aun así, se han reportado casos de atrofia retinal progresiva, epilepsia e hipotiroidismo. Para mantener su salud se recomienda ofrecerle una alimentación de calidad basada en la proteína de origen animal.

Además, debe hacer ejercicio para conservar su peso ideal y su salud mental. Por otra parte, el veterinario nos pautará las revisiones, las desparasitaciones y las vacunaciones más adecuadas para nuestro Galgo húngaro.