Si escuchamos hablar de hongos en perros seguro que la primera enfermedad que nos viene a la cabeza es la tiña, pero lo cierto es que hay muchas otras afecciones, algunas frecuentes, en las que los hongos están implicados. Las repasamos a continuación.

¿Qué son las enfermedades micóticas?

Las enfermedades micóticas son aquellas producidas por hongos. Pueden reducirse solo a la piel o a las mucosas, como es el caso de la tiña o de la candidiasis, pero, también y con menor frecuencia, las encontraremos generalizadas y afectando al hígado, a los pulmones o al cerebro.

Los hongos viven y se reproducen en el medio y acceden al organismo del perro a través de heridas o por el tracto respiratorio. Pero hay otros hongos, como la malassezia, que se encuentran de manera habitual en la piel y solo resultan problemáticos cuando alguna circunstancia produce un desequilibrio.

Esto quiere decir que este tipo de patologías va a afectar sobre todo a perros que ya presentan alguna enfermedad y por ella están debilitados, sufren de alguna condición como la desnutrición o están sometidos a tratamientos veterinarios prolongados. Por esto no suelen ser la primera opción en un diagnóstico. Se sospecha de micosis por descarte.

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Enfermedades micóticas sistémicas

Estas patologías causadas por hongos son las que afectan a diferentes órganos y, en función de cuál se vea dañado, variará el cuadro clínico, aunque algunos perros pueden permanecer asintomáticos.

Enfermedades como la histoplasmosis, la coccidioimicosis, la criptococosis, la blastomicosis o la esporotricosis producen signos como los siguientes:

  • Adelgazamiento.
  • Diarrea.
  • Fiebre.
  • Vómitos.
  • Neumonía.
  • Descoordinación.
  • Trastornos neurológicos.
  • Convulsiones.
  • Ceguera.

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La tiña

Aunque es una patología asociada a los gatos, lo cierto es que los perros también pueden padecerla. El causante suele ser Microsporum canis, hongo que invade pelo, folículos pilosos y, en ocasiones, las uñas. Afecta más a cachorros, sobre todo en cara, orejas, patas y cola. Las lesiones típicas son áreas circulares sin pelo. Puede complicarse con bacterias.

Tradicionalmente se diagnostica utilizando una lámpara de Wood de luz ultravioleta. Al pasarla por el cuerpo, si hay hongos, estos se iluminan. Pero como esta prueba no siempre es fiable, es preferible realizar cultivos.

Además del correspondiente tratamiento antifúngico es necesario implantar medidas higiénicas para prevenir el contagio a otros animales, ya que se trata de una zoonosis que se transmite por contacto directo con pelo, ambiente o enseres contaminados y afecta principalmente a niños o personas inmunodeprimidas.

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Otitis

La otitis es una inflamación del conducto auditivo externo, medio o interno. En ocasiones se ven implicados hongos y entre ellos destaca la malassezia, una levadura con forma de cacahuete. Suelen ser infecciones oportunistas que atacan tras una infección provocada por bacterias o cuando el perro ya sufre alguna dermatitis de base.

El oído afectado emite una secreción de color marrón con mal olor. Otros síntomas que nos pueden alertar son rascado, dolor o inclinación y sacudidas de la cabeza. Es muy importante acudir pronto al veterinario porque las otitis que comienzan en la parte externa, si no se tratan, pueden complicarse y avanzar hasta el oído interno.

Dermatitis por malassezia

Además de la otitis que hemos comentado, la malassezia también puede encontrarse en la piel y, al igual que en esos casos, suele proliferar en presencia de otros patógenos que ya han debilitado al animal. Este puede manifestar picor, zonas sin pelo, enrojecimiento, descamación y la piel puede engrosarse y oscurecerse. Se percibe mal olor.

Afecta más a algunas razas como el westy, el caniche o el cocker. Cuando la malassezia se reproduce en los espacios interdigitales origina una pododermatitis. Veremos la zona enrojecida y en, algunos casos, las uñas también estarán dañadas, mostrándose oscurecidas en su base.

Muguet

Se trata de una candidiasis no muy frecuente que afecta a la cavidad bucal. Los perros que en mayor porcentaje la padecen son aquellos sometidos a tratamientos antibióticos que, al destruir la flora bacteriana normal, facilitan la expansión de estas levaduras. También afecta a perros inmunosuprimidos por alguna enfermedad crónica.

Se caracteriza por la aparición de manchas blancas que acaban uniéndose formando una especie de membrana pegajosa en las encías y en la lengua. Cuando la enfermedad avanza aparecen también úlceras.

Tratamiento de los hongos en perros

Una vez realizado el diagnóstico, el veterinario nos recetará un fármaco antifúngico para eliminar los hongos. En muchos casos los tratamientos serán prolongados y, como la patología puede infectar a otros animales o a humanos, deberemos seguir las indicaciones que nos dé el veterinario en materia de limpieza, higiene y prevención.

Es importante iniciar el tratamiento veterinario cuanto antes porque, incluso cuando los hongos producen tan solo una enfermedad leve, es necesario controlar su expansión para evitar que se produzcan contagios.

Hay que tener también en cuenta que los hongos suelen aparecer como secundarios a otras afecciones. Esto quiere decir que tendremos que revisar a fondo al animal en busca de patologías que lo estén debilitando y que igualmente deberán ser tratadas.

Bibliografía
Carlson y Giffin (2002): Manual práctico de veterinaria canina. Madrid: Editorial el Drac.