Todos conocemos al Labrador Retriever, ese increíble y precioso perro que solemos ver a menudo en nuestras calles e incluso en películas. Y es que esta raza ha sido clave en la historia, como por ejemplo el antepasado principal del Labrador Retriever, el famoso “perro menor de Terranova”. ¿Conoces esa historia?

Tanto si es que sí como si no, sigue leyendo este artículo y descubre todo lo que no conocías y te acabará fascinando sobre el Labrador Retriever y su paso por la historia de Canadá y Gran Bretaña.

 Procedencia del Labrador Retriever

A pesar de su gran fama y conocimiento que tenemos sobre el Labrador Retriever, su origen parece algo confuso y existen actualmente varias teorías sobre su lugar de procedencia, pero de entre todas, destaca una.

Según cuentan, la raza se originó en el Noroeste de Canadá, más concretamente en las costas de Terranova durante el siglo XVII. Estos perros eran entrenados para llevar las redes a los pescadores a través de las aguas heladas y poco a poco, con el paso de los años, fueron extendiendo la raza y su gran ayuda por todas partes, hasta llegar a principios del siglo XIX a Poole Harbour (Gran Bretaña)

Allí, debido a su gran belleza, eran muy admirados y fueron consiguiendo una alta reputación, hasta el momento incluso en el que a los pescadores les llovían las ofertas por parte de los ingleses. Fue a raíz de ahí cuando el Labrador Retriever evolucionó y la raza se adaptó a la caza con escopeta

ejemplar de Labrador Retriever

El Labrador Retriever Club, el inicio de una larga historia

Como bien hemos comentado en otros artículos, cuando una raza es muy conocida, sobre todo a nivel internacional, se le aconseja a los propietarios de los criaderos o cualquier persona dueña de la raza, que les inscriban en un club de la misma, de esta forma se les dará mucho más reconocimiento y seriedad, aportándoles una mayor extensión de la raza para darla más a conocer.

En este caso, entre los primeros criadores de la raza, figuran la Condesa Lady Howe y el Vizconde de Knutsford , Mr. A. Holland Hibbert, quienes promovían la raza en la época de 1900 ya que actualmente no existía ningún club del Labrador Retriever donde pudieran inscribirlo.

Por ello, años más tarde, en 1916, la condesa Lady Howe y el Vizconde de Knutsford decidieron fundar “El Labrador Retriever Club» con la intención de darlo a conocer a nivel internacional y proteger la pureza de la raza.

Gracias a la creación del Labrador Retriever Club, el reconocimiento de la raza fue tal que hoy en día está considerado como uno de los perros más conocidos y bellos del mundo animal.

El Labrador Retriever, el “perro menor de Terranova”

Tal y como hemos comentado anteriormente, el Labrador Retriever era muy conocido por su gran ayuda a los pescadores de Terranova, ya que les llevaba las redes de pesca en las profundas y heladas aguas de la isla.

Este ayudante y su gran lealtad fueron conocidos poco a poco hasta llegar a varias partes del mundo, conocido como “el perro menor de Terranova”. Y es que, no era un perro común, sino que antiguamente, el Labrador Retriever tenía la particularidad de presentar los dedos unidos por una membrana, (pies palmeados) lo que le permitía ser un nadador destacado en la isla.

Este hecho, algo muy característico en un perro, le aportaba todavía aún más valor y renombre, convirtiendo al perro menor de Terranova en uno más de la familia de la isla y antepasado principal de nuestro querido actual Labrador Retriever.

El Labrador Retriever y su paso por la realeza

Como sabéis, la realeza británica y francesa siempre ha sido fan de los perros, de hecho, a lo largo de la historia hemos ido pudiendo ver cómo grandes reyes y reinas han tenido en sus palacios a varias razas muy conocidas.

En particular, la realeza Inglesa ha apoyado a los labradores en numerosas exposiciones, ya que no solo son amantes de los Labradores Retrievers, sino que además, tienen varios en la familia. De hecho, en el año 1946, el Rey Jorge VI se convirtió en patrocinador oficial del Labrador Retriever Club.