Si te gustan los perros rápidos, las razas ágiles y sobre todo, tienes curiosidad por la historia y origen de tus animales preferidos, no te puedes perder este artículo sobre el Whippet, el perro cuya línea consiguió sobrevivir a la casi extinción en la Primera Guerra Mundial.

Sigue leyendo y conoce más sobre la historia y origen que no conocías sobre el Whippet, el perro que ha batido récords en velocidad.

Origen del Whippet

El origen de la raza Whippet data más o menos de la última parte del siglo XIX a partir de perros de diversas razas que eran utilizados para eventos deportivos, para la caza y actividades corredoras, incluyendo los galgos. 

El Whippet fue criado única y exclusivamente para poder correr y llegar a alcanzar grandes e increíbles velocidades. De hecho, ha conseguido batir récords, estando en 56 km/h, lo cual hizo que se convirtiera en uno de los perros ideales para las carreras de pista y las apuestas.

Debido a esa fama que poco a poco se fue extendiendo, los mineros del noreste de Inglaterra, grandes aficionados a las carreras de perros, quisieron acoger a esta raza para poder adiestrar y enseñar a correr todavía más rápido, utilizando conejos y liebres. 

En la actualidad, el Whippet apenas se usa para este tipo de actividades deportivas, sino que más bien se ha convertido en un perro de compañía.

Procedencia del nombre de ‘Whippet’

Aunque ahora lo conozcamos por Whippet, en un principio también se lo denominó por ‘snapdog’ debido a su habilidad para matar ratas y conejos con un simple y rápido movimiento de cuello. Ese nombre proviene de “snap” (que en inglés significa “partir”).

Sin embargo, con el paso de los años, comenzó a ser conocido y llamado por todos por otro nombre, “Whippet”, cuyo origen procede de la palabra “whip” (que en inglés significa “látigo”), dada su increíble velocidad, “como un látigo”.

Dicho esto, también se cree que el nombre de Whippet fue desarrollado a raíz de la raza llamada “wappit”, a la que se hace alguna referencia durante las primeras décadas del siglo XIX en ciertos documentos y puede que en cierto modo, el Whippet actual guarde alguna similitud con esta raza antigua.

Su inscripción en el Kennel Club de Inglaterra

Como bien hemos comentado en anteriores ocasiones, no es hasta que una raza es reconocida oficialmente por un club canino hasta que el perro no se consolida como “aceptable” y “famosa”. Por ello, a pesar de que el Whippet ya era una raza muy conocida y querida en gran parte de Europa, a partir de su inscripción como miembro oficial en el Kennel Club de Inglaterra en 1890, fue cuando despegó velozmente en los corazones de gran parte de la sociedad.

De hecho, esa inscripción llegó de la mano con su aparición en el libro de orígenes genealógicos de los cinco primeros Whippet. Sin embargo, eso no era del todo bueno, ya que durante varios años seguían siendo solo cinco, lo que significaba que pocos propietarios estaban interesados en inscribir a sus perros en ese club.

El boom y el declive del Whippet

Si perteneces a uno de los clubes más prestigiosos del país, tienes la fama asegurada, pero si además fundas tu propio club, te ganarás a las masas y amantes de los animales. Y es que, gracias a la duquesa de Newcastle, una mujer muy interesada en los perros y defensora de esta raza, en 1899 se fundó un Whippet Club de Gran Bretaña.

Entre la creación de este club, su inscripción en el Kennel Club y sus constantes apariciones en libros especializados, los criaderos y entusiastas del Whippet comenzaron a llegar y a hacerse notar. Gracias a esto, el Whippet dio un boom. Lo malo fue que debido a la Primera Guerra Mundial, las inscripciones y las ventas de esta raza disminuyeron y no hubo muchas inscripciones en 1918.

Pero a pesar de ello y gracias al entusiasmo de los amantes de los animales y, en especial, de esta raza, tras la guerra se volvió a poner en marcha el movimiento del Whippet y su adopción o compra para certámenes y concursos, lo cual hizo que la raza volviera a resurgir de sus cenizas.