Alegre y vivaz, el Spitz Alemán es un can que se desvive por los suyos y se hace querer. No importa su tamaño compacto, él siempre sabe cómo destacar. Si estás valorando adoptar a uno de estos pequeñines y quieres conocer más detalles de la raza, sigue leyendo este artículo. ¡A ver si hacéis match!

Les encanta ser el centro de atención

Pese a su origen, el carácter de un Spitz Alemán no encaja del todo con el prototipo germano. Son canes complacientes, a los que les encantan las payasadas y ser el centro de atención.

Pese a ello, y a que se desviven por su humano favorito, suelen preferir compartir su tiempo con adultos y jóvenes, antes que con niños demasiado pequeños que no sabe bien cómo tratarlos.

¿Buscas un perro enérgico y valiente, más que uno tranquilo y amante de los juegos infantiles? En ese caso, puede que esta variedad sea la adecuada.

Controladores por naturaleza ¡No lo pueden evitar!

Los Spitz Alemanes tienen un instinto alerta que los lleva a estar pendientes de todo lo que sucede a su alrededor. Antiguamente era común verlos haciendo guardia arriba de las colinas, avisando sobre la llegada de nuevos visitantes.

No es de extrañar, pues, que mantengan parte de este carácter. Para evitar que esto suponga un problema con los vecinos, debes moderar desde un inicio su tendencia a ladrar.

De lo contrario, terminarán haciéndolo de forma persistente y muy aguda a la menor oportunidad. Si eres un entrenador paciente y firme, te animamos a seguir adelante con tu idea de adoptar a uno de estos peludos. En cambio, si no tienes mucha experiencia en educación canina… piénsatelo bien.

Debes saber que los Spitz alemanes, aunque no son muy difíciles de adiestrar, sí pueden resultar algo tercos.

Pueden convivir con otros

Si han sido socializados correctamente, los ejemplares de esta raza no tendrán inconveniente en convivir en el hogar con otros perros. Es cierto que tienen un instinto de persecución marcado, pero si se han criado juntos, incluso pueden compartir casa con gatos o conejos.

Es probable que, con otras personas que no conoce, se muestre algo distante al principio, pues le cuesta entrar en confianza. Sin embargo, si se acostumbra desde cachorro evitarás que se vuelva excesivamente arisco.

¿Tienes más animales en casa? En ese caso ten en cuenta cómo es el temperamento del Spitz Alemán y el del resto de miembros. Debes ser avispado y manejar este cambio con mucho tacto para evitar que se establezcan malas relaciones.

Se adaptan bien, siempre y cuando cubras sus necesidades

Puesto que no es un perro grande, el Spitz Alemán se adapta bien a vivir en un piso de ciudad o en otro tipo de vivienda. No obstante, lo ideal para él es estar en una casa con jardín, en la que pueda correr libremente y jugar para liberar energía.

Si el espacio habitacional es reducido, es importante que puedas cubrir sus necesidades de ejercicio diarias. Es obligatorio realizar – al menos – dos paseos de unos 30 minutos cada uno por jornada para que puedan hacer sus necesidades y mantenerse en forma.

En estas salidas tienen que estar correctamente atados, pues son muy curiosos y podrían perderse o meterse en problemas con otros usuarios del parque. Aunque estos Spitz toleran bastante bien todo tipo de climas, prefieren el frío moderado al calor extremo.

¡Por cierto! No deben ser pelados nunca, pensando que así se sentirán mejor durante el verano. Su pelaje actúa como un aislante y les protege, por lo que recortarles el pelo excesivamente podría ser contraproducente.

Y bien, ¿ya te has decidido? En resumen, el Spitz Alemán es un can fiel a los suyos, un buen perro para dar la alerta y con espíritu aventurero, pero al que debes saber educar para mantener sus instintos a raya.

Si lo mimas como se merece, le enseñas a relacionarse bien con otros y le das todo lo que necesita en cuanto a ejercicio y cuidados, seguro que podrás disfrutar de un compañero feliz que te brindará todo su cariño durante mucho tiempo.