Conocido como Vizsla en su Hungría natal, el Braco Húngaro es una de las razas más antiguas de Europa. Fueron criados para cazar en tándem con los halcones, pero en la actualidad prefieren estar al acecho del mejor lugar del sofá. Son canes versátiles, deportistas, buenos perros de terapia y confiables guardianes. ¿Se trata del perro indicado para ti? Descúbrelo a continuación.

Datos básicos

  • Tamaño: entre 58 y 64 cm de altura en machos y entre 54 y 60 cm las hembras, según la FCI
  • Peso: entre 20 y 30 kilos los machos y entre 18 y 25 kg las hembras.
  • Esperanza de vida: de 12 a 14  años.
  • Ideales para: vivir en casas con jardín; familias con niños mayores de 6 años; perros de terapia; realizar labores de guarda.

Orígenes del Braco Húngaro

Como muchas razas europeas, su linaje es tan antiguo que no se guardan registros. Se cree que descienden de perros como el sabueso de Panonia, el Weimaraner y el Pointer Alemán de Pelo Corto. Los primeros Vizsla eran similares a un sabueso, con piernas y orejas más largas, así como un hocico bien desarrollado. Ya en el siglo XX los criadores lograron ejemplares de aspecto más elegante, con la introducción de razas como el Braco Alemán o el Pointer.

Empleados originalmente por la nobleza húngara, son canes resistentes y ligeros, capaces de recorrer largas distancias. Con la aparición del rifle, su técnica de caza cambió, centrándose en la detección y marca de las presas y el cobro de las mismas. Tras las dos guerras mundiales que asolaron el continente estuvieron a punto de desaparecer, pero el esfuerzo de los amantes de la variedad hizo que resurgieran a mediados de los 60.

Características físicas del Braco Húngaro

Los Braco Húngaros tienen un cuerpo atlético y de proporciones equilibradas, siendo ligeramente más largos que altos. Su cuello está bien desarrollado, con una espalda musculosa y recta. El pecho es profundo y no muy ancho.

Las patas, de huesos fuertes, son rectas y con hombros musculosos. Las extremidades traseras tienen corvejones bajos y muslos potentes. La cola es también de inserción baja, gruesa en su nacimiento y afinada hacia la punta.

La cabeza, de porte noble, está en proporción con el resto del cuerpo. El hocico es más bien corto y presenta una caña recta. Los ojos son ovalados, con colores a juego con el pelaje. Las orejas son anchas y de piel fina, en forma de V redondeada.

Finalmente, el manto está bien pegado al cuerpo en toda su extensión. Se observa muy denso, corto y recto. Su textura es áspera. En la zona del vientre suele ser más escaso. Los colores aceptados son el amarillo oscuro o el leonado en todas sus tonalidades. Se aceptan pequeñas manchas blancas en áreas del pecho y de los pies.

Así es el carácter del Braco Húngaro o Vizsla

Criado para cazar codo con codo con el hombre, el Vizsla mantiene esa necesidad de compañía humana.  Estos canes están siempre en busca de alguien con quien pasar el rato y te seguirán allí donde vayas. El mejor regalo que puedes hacerles es una caricia: con ellos funcionará mejor que cualquier otro premio.

Por su carácter inquieto y su gran energía no son canes recomendables para niños menores de 6 años. Se llevarán bien con otros perros en el hogar y también con gatos, si han sido criados juntos. Las aves domésticas son otro cantar, pues siempre las verán como presas. Tampoco es buena idea que convivan con animales pequeños, como conejos o hámsteres.

Por otro lado, son grandes conversadores. Tienden a gemir y a hacer otros ruidos para dar su opinión. Además ladran mucho. Si no controlas este hábito desde que son pequeños, será mucho más difícil de erradicar en la adultez. También les gusta masticar y mordisquear todo lo que encuentran a su paso, por lo que asegúrate de conseguirles juguetes adecuados para que dejen en paz tus objetos más valiosos.

Un Braco Húngaro puede ser algo introvertido con los extraños, por lo que es necesaria una socialización temprana. Así no desarrollará hábitos huraños o se volverá tan tímido. Por su valentía y su lealtad hacia los suyos suelen ser buenos perros guardianes. En determinados casos también pueden convertirse en excelentes perros de terapia.

Son canes que aprenden con facilidad, lo que sumado a su innata necesidad de agradar hace que sean fáciles de entrenar. Sin embargo, los Vizsla tienden a ser curiosos y a distraerse con facilidad. Para mantenerles centrados ofréceles retos constantes, sin caer en los ejercicios repetitivos.

Cuidados que precisa un perro de esta raza

El ejercicio regular es obligatorio para un Braco Húngaro. Estos canes necesitan – al menos- una hora de actividad intensa al día, como caminar a buen paso, acompañarte a correr o practicar algún deporte canino. Asimismo, debes buscar un lugar seguro y bien cercado para que puedan correr a su aire de vez en cuando.

Durante estas salidas deben ir bien atados, pues tienden a perseguir animales pequeños sin importar las consecuencias; esto podría causar incidentes no deseados. Por otro lado, una casa con patio es el lugar más indicado para ellos.

Al estar muy apegados a los suyos, no es recomendable que un Braco Húngaro pase muchas horas en soledad o aislado. Necesitan compañía y vivir dentro de casa junto a la familia. De lo contrario sufrirán de ansiedad por separación, algo que puede desembocar en hábitos destructivos.

Su pelaje es fácil de mantener, ya que no suelen perder grandes cantidades de pelo. Por tanto, un cepillado semanal será más que suficiente para que estén aseados. Los baños no deben realizarse con excesiva frecuencia, pues los Vizsla no acostumbran a oler mal.

Principales problemas de salud del Braco Húngaro

La epilepsia y el hipotiroidismo son algunas de las enfermedades más habituales en ejemplares de Braco Húngaro. Otras afecciones comunes en la raza son la displasia de cadera y la atrofia progresiva de retina.

El linfosarcoma es un tipo de cáncer que suele afectar, de manera moderada, al Vizsla. Este mal suele atacar la piel, los riñones y el sistema nervioso del can. A menudo es de origen hereditario y suele tratarse con quimioterapia.