Ambas intervenciones tienen un mismo objetivo: evitar que un can tenga descendencia. Sin embargo, aunque a veces estos términos se emplean como sinónimos, hay diferencias entre castrar y esterilizar a un perro que conviene tener en cuenta. ¿Ya sabes cuáles son? ¿No? Te lo explicamos al detalle en este post.

El procedimiento es distinto

En primer lugar, los procesos de castración y esterilización son distintos. Durante la castración el perro se somete a una intervención quirúrgica más compleja, que implica la remoción de sus órganos sexuales. En las hembras la ovariohisterectomía supone la extirpación del útero y de los ovarios, mientras que en los machos se eliminan los testículos por medio de una orquiectomía.

La esterilización, en cambio, se considera menos invasiva. En estos casos el veterinario solo realiza una ligadura de trompas o de los conductos seminíferos del perro, lo que se conoce como vasectomía. Estos procedimientos requieren de anestesia y, como todo, llevan aparejados una serie de ventajas e inconvenientes.

Un postoperatorio más sencillo

Uno de los puntos a favor de la esterilización es que el postoperatorio es algo más sencillo, por lo que hay una menor probabilidad de sufrir infecciones o complicaciones posteriores a la operación.

Esta cirugía también implica un menor riesgo para el perro, por lo que habitualmente es más económica (entre 60 y 150 euros). No obstante hay que tener en cuenta que hoy en día las técnicas laparoscópicas están muy avanzadas, por lo que en realidad ninguna de estas dos intervenciones debería preocuparte demasiado.

Asegurándote de que el can cuenta con un lugar tranquilo donde reponerse y evitando que salte o se muerda los puntos, seguro que en pocas semanas estará completamente recuperado y listo para saltar y jugar como si nada hubiera ocurrido.

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La esterilización no elimina el instinto sexual

Algo que también debes saber es que, a diferencia de la castración, la esterilización no elimina el celo canino. Al mantenerse los órganos reproductivos intactos, los efectos de las hormonas continúan estando presentes en el perro.

El instinto sexual, por tanto, sigue ahí, de modo que problemas conductuales como el marcaje territorial, las peleas con otros machos o las típicas huidas del hogar tras una hembra en celo no desaparecen. Estos inconvenientes sí se solucionan normalmente con la castración.

Los beneficios de la castración en la salud de los perros

En el caso de las hembras, la castración hace que el riesgo de padecer cáncer de mama y de útero sea menor, eliminando la posibilidad de desarrollar infecciones y tumores en los ovarios, así como los embarazos psicológicos.

En los machos, su salud también se ve beneficiada con esta intervención, ya que la incidencia de prostatitis y tumores de testículos es menor que en perros no castrados. Para evitar que aparezcan efectos adversos, es importante que después de este procedimiento los canes sigan una dieta adecuada y practiquen ejercicio a menudo.

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Castración o esterilización, ¿qué es mejor?

A la hora de decidir qué hacer hay que sopesar bien todo lo que comporta cada una de estas intervenciones. Te recomendamos que consultes esta cuestión con un veterinario de confianza, pues él podrá asesorarte teniendo en cuenta la edad y el estado físico de cada perro.

Por lo general, ya te adelantamos que la castración suele ser lo más recomendado por los expertos y por las protectoras caninas. Elijas la opción que elijas piensa que esta medida busca ser un acto responsable para evitar el nacimiento de camadas no deseadas, reducir el número de abandonos de cachorros y aumentar la calidad de vida de los perros.

Y bien, después de conocer cuáles son las diferencias entre ambas intervenciones… ¿estás ya decidido a dar el paso?