Cuando están receptivas a la monta, las perras experimentan toda una serie de cambios físicos y hormonales que pueden afectar su comportamiento.

¿Tienes curiosidad por saber cuándo comienza, cuánto dura y cómo debes manejar el celo canino? Sigue leyendo para encontrar la respuesta a todas estas preguntas.

¿Cuándo comienza y cuánto dura el celo en una perra?

Una perra que entra en celo está ya preparada biológicamente para tener cachorros. Es decir, sus órganos reproductivos ya han llegado al punto de maduración óptimo para tener descendencia. Su objetivo, por tanto, será encontrar un perro macho con el que poder aparearse.

Lo habitual es que, en razas pequeñas, el celo aparezca por primera vez entre los 5 y los 8 meses de edad. En las razas más grandes, en cambio, este momento se produce algo más tarde, cuando el can cumple un año.

La fase reproductiva del celo suele ser de unos 23 días. Es decir, entre dos y cuatro semanas. Normalmente ésta tiene lugar dos veces por año. Si anotas las fechas de cuando comienza será más fácil que puedas prever el próximo ciclo o que detectes cualquier disfunción si ves que no se produce como cabría esperar.

La edad, una dieta inadecuada o ciertos problemas genéticos son los principales factores que pueden hacer que un ciclo se alargue. No obstante, como ocurre con los humanos, no es una ciencia exacta y puede haber variaciones normales de una hembra a otra.

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Principales signos de que una perra está en celo

Hay una serie de indicios que nos pueden indicar que una perra ha entrado en la fase del celo que favorece la reproducción.

Los más evidentes son:

  • La vulva está más inflamada y ha aumentado visiblemente el tamaño de las mamas
  • La perra orina con mayor frecuencia
  • Hay sangrado
  • Se muestra más ansiosa que de costumbre y más cariñosa con los machos.

En ocasiones también puede tener menos apetito o estar más decaída. Estos cambios van variando de intensidad conforme avanzan los días.

¿Cuáles son las fases que experimenta una perra durante el periodo del celo?

Es importante saber que el celo consta, en realidad, de cuatro etapas. Estas incluyen el periodo de ovulación en el que una perra puede quedarse embarazada. Según el momento del ciclo en el que se encuentre, podemos hablar de:

  • Poestro: cuando la vulva está más inflamada y aparecen ligeras pérdidas de sangre.
  • Estro: entre el quinto y decimoquinto día, justo cuando empieza la ovulación y la perra deja que los machos la huelan. Las pérdidas comienzan a cesar y está receptiva a la monta. Es solamente en estas dos semanas cuando puede quedarse embarazada.
  • Diestro: esta fase también entra dentro del celo y dura unos 60 días si la perra no está gestando. En caso de que sí lo esté, puede alargarse entre 110 y 140 días.
  • Anestro: es una etapa de descanso sexual, desde que finaliza el diestro hasta que vuelve a iniciarse el próximo celo.

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Qué hacer cuando una perra entra en celo

Durante el celo hay una serie de precauciones que debes tomar, especialmente si no quieres que tenga cachorros. Si está ovulando, al salir a pasear procura que sea con correa y evita el contacto con otros perros. No la dejes sola ni cerca de puertas o ventanas abiertas, así no podrá escaparse en busca de algún galán.

Para minimizar los problemas de manchado en casa, en el mercado existen varias soluciones que te pueden servir. Entre las más efectivas están las braguitas especiales para perras en celo. También es importante cuidar bien la higiene íntima, por lo que se recomienda limpiar la zona perianal de la perra un par de veces al día.

Si en casa hay un can macho y no está castrado, hay que mantener las distancias. Lo ideal, en estos casos, es que asignes una zona segura durante estos días, donde solo la perra pueda estar y tenga a mano sus juguetes. Trata de realizar más actividades con ella y de estar aún más pendiente para que su ansiedad no se dispare.

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Cómo les afecta el celo a los perros

Aunque tendemos a asociar el celo con las hembras, lo cierto es que los machos también pasan por este mismo proceso. Lo hacen algo más tarde, ya que su etapa de cachorros es algo más larga. En su caso el impulso sexual suele despertar hacia los dos años de vida.

A diferencia de las perras, los machos no funcionan por ciclos, sino que su celo se activa en el momento en el que captan las feromonas y partículas de olor que desprenden las hembras que están ovulando. Este aroma hace que su producción de testosterona aumente y también el cortisol.

Esto explica que puedan tener algunos cambios a nivel psicológico o de comportamiento, puesto que esta última hormona es la responsable del estrés y puede generar una mayor irritabilidad. Debes tenerlo en cuenta para evitar peleas u otro tipo de problemas relacionados con el celo. Además, cuando un perro es rechazado, puede sentirse frustrado o deprimido.

El celo también puede hacer que aumente su impulso de escaparse del hogar, que sienta una mayor necesidad de marcar en los rincones o que parezca confuso o distraído. No es que el perro se haya trastornado de repente, es que el olor que percibe es algo irresistible para él. No lo puede evitar, así es su naturaleza.