De aspecto inconfundible gracias a su cabeza ahuevada, el Bull terrier es una raza canina sobre la que circulan distintos mitos, muchos relacionados con su supuesta agresividad, al ser considerado un perro potencialmente peligroso.

La verdadera personalidad del Bull terrier

Sabemos que esta raza comenzó su andadura con el objetivo de participar en luchas contra otros perros o incluso contra toros, por lo que se ha asociado a la agresividad. Pero lo cierto es que estos perros, como cualquiera de los considerados potencialmente peligrosos, pueden ser cariñosos como el que más. Solo hay que saber cómo tratarlos.

Así, van a necesitar socialización, ejercicio y educación adaptados a sus necesidades. De esta manera tendremos la oportunidad de descubrir a un perro muy alejado de los tópicos: afectuoso con su familia, niños incluidos, y hasta tímidos y reservados ante los extraños. Igualmente pueden tener buena relación con otros perros y con cualquier animal de casa.

No son para nada los perros violentos que se dibujan en ocasiones ni tienen mayor tendencia a morder. De todas formas, debes comprobar qué legislación rige en tu lugar de residencia, ya que, si se ha incluido entre las razas de PPP, tendrás que cumplir determinados requisitos para poder convivir con un ejemplar. En caso contrario podrías ser sancionado.

El Bull terrier en familia

En vista de lo explicado en el apartado anterior, es más fácil entender que esta raza puede ser verdaderamente familiar. Alejados de su fama de pendencieros, los Bull terrier bien educados estarán muy apegados a su familia y disfrutarán en el hogar, compartiendo espacio y actividades con sus cuidadores. De hecho, no les gusta estar solos.

Se les considera buenos guardianes de su hogar y protectores de su familia. Ladrarán dando la voz de alarma en cuanto sientan la presencia de algún intruso en los alrededores. Aunque su aspecto imponente y fiero para algunos lo adhiera a los perros guardianes, el Bull terrier no es una raza que pueda vivir en el exterior solo ni mucho menos encerrado o atado.

El juego del Bull terrier

Pero por muy cariñoso que llegue a ser este perro, no es especialmente delicado. Cuando se entrega al juego lo hace a fondo, a lo bruto y sin pensar en las características de su contrincante.

Esto quiere decir que, sin pretenderlo y llevado por la emoción del juego, puede llegar a lastimar a otro perro más pequeño o a tirar al suelo a un niño. De ahí que sea importante vigilar este tipo de interacciones lúdicas o reservarlas para amigos que ya conozcan al Bull terrier o sean tan brutos como él.

El ejercicio que necesita el Bull terrier

El aspecto compacto y fuerte del Bull terrier en ocasiones se asocia con una baja necesidad de actividad. Pero es un error. El Bull terrier es un perro bastante activo. Le gusta tanto hacer ejercicio como jugar y necesita quemar su energía para poder mantenerse equilibrado, no solo a nivel físico, sino también psicológico.

Paseos, excursiones, senderismo o cualquier actividad deportiva canina son opciones aptas para mantenerlo activo y ocupado. Por lo tanto, hay que tener clara la importancia que el ejercicio tiene para el Bull terrier antes de adoptar uno. No darle la actividad que necesita aumenta el riesgo de que surjan problemas de comportamiento.

Estos son fruto de la energía acumulada. Un ejemplo común sería la destructividad de cualquier objeto a su alcance. Al contrario, si tiene la posibilidad de moverse lo suficiente, podrá vivir perfectamente en un apartamento.

¿Qué temperatura soporta el Bull terrier?

De nuevo el aspecto bruto y la fama que precede a este animal nos ofrecen una imagen de perro tosco, rústico y resistente a todo. Pero lo cierto es que el Bull terrier es una raza más apta para climas templados.

Así, no soporta bien el frío, pero tampoco las temperaturas más elevadas. Por lo tanto, no solo debemos protegerlo de las temperaturas más extremas, sino que es mala idea mantenerlo viviendo fuera de casa. No descartes tener que vestirlo con alguna prenda de ropa para perros.

Tipos de Bull terrier

Además del Bull terrier de tamaño estándar que se nos viene a la mente en cuanto evocamos esta raza, hay una variedad de una talla menor y menos conocida. Es el Bull terrier miniatura.

Si el peso de su pariente grande se encuentra entre los 24 y los 28 kg de media, el pequeño Bull terrier se queda en los 11-15 kg. En cualquier caso, excepto la diferencia de tamaño, comparten las características básicas. En contra de lo que se puede pensar, el más pequeño es algo menos tolerante con los niños.

También tiene un carácter más fuerte y resulta muy buen guardián, a pesar de sus reducidas dimensiones. Cuentan con la ventaja de que, gracias a su tamaño, pueden alojarse en domicilios más pequeños y es más fácil poder llevarlo con nosotros a todas partes. Además, a ellos no se los incluye en el listado de los perros potencialmente peligrosos.