Los ejemplares de esta raza son fácilmente reconocibles por su aspecto exótico y sus rasgos lobunos. Originarios de las áridas estepas siberianas, es una variedad milenaria que acompañó a las tribus nómadas de la región desde el principio de los tiempos. Poseedores de un temperamento dulce, una vitalidad incansable y una mirada que enamora, hay muchos datos que seguro que todavía no conoces acerca de estos perros. Descubre aquí algunas curiosidades del Husky Siberiano.

No es raro que tengan un ojo de cada color

Los ejemplares del Husky Siberiano suelen tener los ojos de un tono celeste muy claro o marrón. Sin embargo, no es extraño encontrarse con ejemplares que tienen un ojo de cada calor. Se trata de una condición genética ligada a la raza y conocida técnicamente con el nombre de heterocromía.

Los Husky no ladran, aúllan

Esta variedad tuvo pocos cruces con otras razas, al estar aislada en una zona concreta durante siglos. Por este motivo, sus genes y los del lobo mantienen cierta cercanía. Esto no significa que sean agresivos, pues al desarrollarse junto al hombre se acostumbraron a la vida doméstica. Sin embargo, mantuvieron esta característica tan lobuna. De hecho, su aullido puede escucharse a 15 kilómetros de distancia.

Son los perros de trineo más populares

Hay varias razas típicas de perros de trineo, como el Malamute o el Samoyedo, pero ninguna es tan popular como el Husky Siberiano. Este reconocimiento está muy ligado a las hazañas heroicas de perros como Balto o Togo, quienes a principios del siglo XX recorrieron largas distancias bajo tormentas de nieve para transportar medicinas hasta algunos de los pueblos más aislados de Alaska.

Pueden adaptarse a temperaturas más cálidas

Si bien cuentan con una doble capa de pelo, que los ayuda a mantenerse calientes en zonas frías, estos perros tienen la capacidad de adaptar su pelaje a regiones más meridionales. De este modo, si viven en lugares con climas más templados, su lanilla interna se vuelve menos abundante para mantenerse frescos. Aunque puedan adaptarse, en ningún lugar serán tan felices como en territorios de bajas temperaturas.

Son incansables

Los individuos de Husky tienen una energía que parece inagotable y a la que deben darle salida para mantenerse en equilibrio. Antes de llevar un Husky a tu hogar debes saber que necesitan a una persona que les anime a realizar ejercicio intenso cada día. De lo contrario, pueden mostrar comportamientos destructivos.

Tienen facilidad para escapar

Los Husky tienen una personalidad bastante independiente y fisgona. Esta combinación a menudo hace que tiendan al escape. Deberás mantener el hogar bien vallado, tanto en altura como bajo tierra, ya que saben trepar tan bien como cavar. Durante los paseos se recomienda llevarlos siempre atados, pues su curiosidad innata los llevará a perseguir todo lo que les llame la atención. El problema es que después igual no logran recordar el camino de vuelta.

Son naturalmente limpios

Aunque pierden bastante pelo, especialmente durante sus dos mudas anuales, los Husky no tienden a desprender el típico “olor a perro” de muchos de sus congéneres. Suelen acicalarse ellos mismos, lamiendo su piel como hacen los gatos, por lo que su manto siempre parece estar recién salido de la peluquería. Si tienes a uno de estos peluditos en casa no necesitarás bañarle muy a menudo. Una vez cada tres o cuatro meses, o cuando se ensucie mucho en un paseo, será suficiente.

Son una buena opción para las personas alérgicas

Ninguna raza tiene un pelaje completamente hipoalergénico, pero algunas presentan índices muy bajos de la hormona que provoca esta afección. El Husky Siberiano forma parte de este grupo, por lo que se recomienda su adopción a las personas con una piel que no tolera bien el contacto con el pelo de perro.

Son perros de manada

Esta variedad se ha desarrollado para el trabajo en equipo, por lo que son canes que tienden a ser muy sociables con otros individuos de su especie. Por eso mismo, se adaptan enseguida a los hogares con más de un perro y a las familias grandes. Solo recuerda: el Husky necesita que el rol del líder esté bien delimitado, si no intentará ocuparlo él.

El entrenamiento de un Husky es complejo

Muchas personas se acercan al Husky sin conocer cómo es su temperamento.  Hay que saber que son bastante independientes y suelen ser complicados de entrenar por su terquedad y su espíritu “rebelde”. Para ello, hace falta un líder experimentado, firme, consistente y, sobre todo, paciente. No se recomienda su adopción a aquellas personas inexpertas o demasiado permisivas en el manejo de perros.