De pequeño tamaño, inconfundible manto blanco y carácter adorable, el Westy es un perro cada vez más popular en los hogares. A continuación desvelamos las curiosidades de esta raza activa y dispuesta.
Nombre del Westy
La denominación completa de esta raza es West highland white terrier, que significa, literalmente, «terrier blanco de las tierras altas del oeste». Este nombre hace alusión a su lugar de origen en Escocia. Dada su longitud, habitualmente se acorta como «Westy», aunque también se puede encontrar escrito como «Westie».
Origen del Westy
Comenzando por sus orígenes, el establecimiento de la raza es curioso y se basa en su rasgo más característico: su inconfundible pelo de color blanco. Dice la leyenda que el general Edward Malcom, participando en una cacería, mató por accidente a uno de los perros que lo acompañaban, un Terrier escocés de pelaje rojizo, al confundirlo con un zorro.
Para evitar que este tipo de incidentes volviesen a repetirse, tuvo la idea de desarrollar una raza de perros blancos por completo. De esta forma sería imposible confundirlos con ninguna presa potencial. Así comenzó la selección y la cría del Westy, con el establecimiento del primer estándar de la raza.
Conociendo al Westy
La raza tuvo su presentación en sociedad en el año 1907, en concreto en la famosa exposición canina de Crufts, que se celebra de forma anual desde 1871. A partir de ese momento el Westy se popularizó y se extendió a países de todo el mundo.
La naturaleza del Westy
En la actualidad los Westy son perros de compañía que llevan una vida apacible en los hogares. Su aspecto de peluche y su buen carácter han hecho olvidar sus inicios. Los Westy no solo eran perros de caza, sino que también se empleaban en el control de diferentes plagas, como las de roedores. No hay que olvidar que no dejan de ser Terrier.
Inteligencia del Westy
Aunque cada cuidador piensa que su perro es el más inteligente del mundo, lo cierto es que disponemos de un listado elaborado por un psicólogo, el doctor Stanley Coren, que clasifica una buena representación de las razas caninas, estableciendo 79 puestos de mayor a menor inteligencia. El Westy ocupa el lugar 47.
Hay que decir que esta lista se basa en los resultados de pruebas de trabajo y obediencia. Ocupar el puesto 47 simplemente significa que el Westy, un poco terco, necesitaría bastantes repeticiones hasta ser capaz de repetir una orden dada y que muestra una inteligencia media en cuanto a inteligencia funcional y obediencia se refiere.
En otras palabras, debemos esmerarnos en la educación de nuestro Westy. Si somos constantes y le proponemos con regularidad la repetición de las órdenes que queremos que adquiera, conseguiremos buenos resultados. Pero habrá que tener paciencia, por eso es más recomendable que los cuidadores de Westy tenga ya alguna experiencia en educación canina.
Westy, perro de terapia
Cuando hablamos de terapias con perros es habitual que nos vengan a la cabeza razas como el Labrador o el Golden. Pero el Westy también puede ser un excelente perro de terapia gracias a su buen carácter y a su tamaño, que lo hacen ideal para participar en actividades, por ejemplo, con personas mayores, que pueden tomarlos en brazos, pasearlos y cepillarlos.
El activo Westy
Todos los cuidadores de Westy deben tener claro que se trata de un perro activo. Ni su aspecto ni su tamaño pueden hacernos pensar que es un perro faldero. Los Westy no dejan de ser Terrier y presentan el carácter propio de este tipo de perros. Necesitan oportunidades para poder quemar su energía y así prevenir que esta se acumule y cause problemas.
Por eso se considera que los ejemplares de esta raza son aptos para la práctica de actividades deportivas caninas, como el agility, que permite combinar la obediencia con el ejercicio físico. En general, cualquier disciplina que implique acción será bien aceptada por el Westy.
La piel del Westy
Uno de los puntos débiles en cuanto a la salud de esta raza es su piel. Son conocidas las alergias y las dermatitis, pero puede pasarnos desapercibido que a veces son nuestros propios cuidados los que desencadenan alguna afección. Principalmente se debe a que el típico color blanco de la raza hace que la suciedad sea muy visible.
Esto lleva a que los lavados sean mucho más frecuentes que en otras razas. Un exceso de limpieza acaba siendo contraproducente, ya que la piel pierde su protección natural. Además, si no secamos por completo el pelaje, la humedad mantenida constituye un ambiente ideal para la proliferación de hongos, que pueden complicarse con infecciones bacterianas.
De ahí la importancia de utilizar para su higiene solo productos adecuados para esta raza, así como de un secado perfecto tras los baños. Por otra parte, ante el primer signo de molestias en la piel, hay que acudir al veterinario. Tratar cuanto antes previene complicaciones.