Quizá no sea uno de los perros más conocidos de nuestro país pero sí que lo es en Francia y Bélgica, llegando a tener su propia estatua a las puertas de la ciudadela del país. Y es que, por si no lo sabías, el Montaña de los Pirineos ha sido una de las piezas clave en las aldeas de la Edad Media y posteriormente, en la historia francesa.
Por ello, te invitamos a descubrir todo lo que no conocías sobre el Montaña de los Pirineos o Gran Pirineo. Su historia, acontecimientos y datos más curiosos te esperan en este artículo.
Historia del Montaña de los Pirineos
Gracias a numerosas excavaciones, los científicos han podido confirmar que la raza Montaña de los Pirineos o Gran Pirineo tiene su origen durante la Edad de Bronce, donde entre los años 1800 y 1000 antes de Cristo era utilizado como perro de trabajo. Estas labores, según investigaciones, eran las típicas de un perro pastor y protector de las aldeas y familias.
Fue a partir del siglo XVII cuando se convirtió en mascota de la nobleza francesa y llegó a Estados Unidos en 1824, aunque mayormente se utilizaba también como protector del hogar y del ganado del ataque de lobos y otros depredadores. De hecho fue en Francia donde lo bautizaron “Patou”, debido a su gran demanda en la zona francesa de los Pirineos.
El Montaña de los Pirineos y su resistencia al dolor
Como sabrás, existen ciertos perros con habilidades especiales o características excepcionales. En este caso, el Montaña de los Pirineos, al igual que el Dogo Argentino, tiene una increíble resistencia al dolor.
De hecho, es una de las cualidades que más llaman la atención de esta raza y por la que se ha popularizado el nombre de la misma. Y es que, rara vez estos perros se quejarán de una molestia.
Lo cual no significa precisamente algo bueno, ya que el hecho de no quejarse por nada te hará a tí tener la responsabilidad de estar más pendiente y hacerle revisiones seguidas, ya que su pelaje puede ocultar heridas.
El libro sobre el Montaña de los Pirineos que lo cambió todo
Tal y como hemos comentado en otras ocasiones, cuando una raza entra en un club oficial, aparece en una exitosa película de Hollywood o la alta realeza la tiene entre sus mascotas preferidas de palacio, el nombre de la raza se expande por todo el mundo, haciéndola famosa y consiguiendo un gran aumento de las ventas y adopciones de la misma.
En este caso, hay algo muy concreto que ayudó a la exportación y crianza del Montaña de los Pirineos. Estamos hablando del libro publicado por el Conde de Bylandt en el año 1807. En él se dio a conocer todos los detalles más importantes de la raza así como su primera descripción oficial.
El autor, Bylandt, era un Aristócrata Holandés dedicado a ser juez en las exposiciones de perros, llegando a ser de los principales jueces y, tras alcanzar su fama, comenzó a publicar libros especializados en razas de perros, más concretamente publicó por primera vez el libro sobre el Montaña de los Pirineos, consiguiendo que una raza que apenas fuera conocida se convirtiera en una de las más solicitadas del mercado.
El Montaña de los Pirineos y su propia estatua francesa
En algunas ocasiones hemos podido observar como la importancia de una raza en la sociedad o en una cultura han conseguido que se ganasen un puesto en sus simbologías. En este caso, dado el enorme esfuerzo y valor de proteger a las aldeas y posteriormente a la realeza, el Montaña de los Pirineos llegó a tener su propia estatua en la puerta norte de una ciudadela de Francia, datada del siglo XII.
Pero este no fue el único reconocimiento que se le hizo al Montaña de los Pirineos. El rey Luis XIV designó a la raza como el perro real de Francia, lo que supuso un gran salto en su escala social, lo que ayudó a que la raza creciera rápidamente.
De hecho, esto hizo que este querido perro fuera muy popular en Bélgica, donde llegó a convertirse en un ayudante crucial arrastrando las carretas de los campesinos.