Solemos asociar a los perros con los paseos y, en general, con las actividades físicas al aire libre. Por este motivo, a los cuidadores puede resultarles muy extraño que su perro no quiera salir a la calle o manifieste miedo cuando está fuera del hogar.

¿Por qué puede producirse esta situación? Y, lo qué es más importante, ¿qué podemos hacer para solucionarla? En este artículo explicamos cuáles son los motivos por los que a un perro le da miedo salir a pasear y cómo debemos actuar.

Por qué un perro no quiere salir a pasear

Si nuestro perro se resiste a salir a la calle o, una vez fuera de casa, no está cómodo, parece asustado o se niega a andar, lo primero que debemos hacer es intentar averiguar a qué se debe. Estas son las principales causas:

  • Dolor: si nuestro perro ha salido siempre a pasear con normalidad y, de repente, rechaza hacerlo, podemos pensar que siente algún malestar que le provoca dolor. En este caso, hay que acudir al veterinario para una revisión completa. Es de esperar que, con el tratamiento adecuado, el perro vuelva a querer salir a la calle.
  • Falta de socialización: durante los primeros meses de vida (hasta los 3), los perros atraviesan una etapa especialmente sensible en cuanto a la socialización. Si se exponen correctamente a diversos estímulos, como distintas personas, vehículos, tráficos, ruidos, etc., es muy posible que los acepten sin miedo en el futuro. Pero un perro privado de socialización, separado demasiado pronto de su madre y hermanos o aislado puede sentir miedo cuando se ve en la calle, pues es un entorno que no controla y considera hostil.
  • Experiencias traumáticas: lógicamente, si el perro ha vivido una situación traumática encontrándose en la calle, como un atropello o el ataque de otro perro, es muy posible que su reacción sea negarse a salir por miedo a que se repita lo sucedido.

Cómo ayudar a un perro a salir a pasear

Atendiendo a las principales causas por las que un perro puede tener miedo a salir a pasear, vemos que suelen ser de origen emocional o psicológico. Nuestro objetivo será infundirle tranquilidad al perro para conseguir que, poco a poco, se vaya sintiendo más cómodo en el exterior. Estas son algunas pautas generales que debemos contemplar:

  • Escoger un momento para salir a pasear en el que tengamos tiempo y tranquilidad.
  • Llevar una buena provisión de premios, los que más motiven al perro.
  • Si su miedo comienza ya en la puerta de casa, ir llamándolo y premiándolo según avance, aunque sean centímetros. Lógicamente, antes tendremos que haber practicado la llamada, es decir, que venga con nosotros en cuanto lo llamemos.
  • Es imprescindible que el perro vaya siempre con correa. Un animal asustado es imprevisible y podría salir corriendo en su intento de evitar aquello que lo asusta.
  • Siempre nos dirigiremos al perro con palabras cariñosas y en un tono tranquilo. Los gritos, los tirones de la correa o los empujones para que avance son del todo contraproducentes. Solo conseguirán aumentar su miedo.
  • Los objetivos deben ser ir ganando metros día a día, mejor encaminándonos hacia zonas tranquilas, sin muchos perros o tránsito. En otras palabras, no se trata de salir a dar un paseo de media hora. Hay que conseguir que el perro esté calmado en la calle (lo premiaremos para reforzar esa actitud), después que dé unos cuantos pasos, logre dar la vuelta a la manzana y así sucesivamente.
  • Una vez conseguimos una breve salida es bueno que afiancemos ese recorrido, que el perro ya considerará seguro, repitiéndolo siempre sin variaciones. Premiaremos también si orina o defeca, pues los perros no lo hacen en lugares no seguros.
  • Solo cuando la salida se haga con normalidad podremos barajar la posibilidad de ir aumentando el recorrido o modificándolo.

Consultar con un especialista

Si ninguna de las pautas que hemos recomendado ayuda a que el perro acepte salir a la calle, no debemos resignarnos, sino contactar con un profesional especializado en comportamiento canino.

Estos expertos pueden analizar el caso particular de cada perro, sus condiciones de vida y manejo y darnos unas medidas personalizadas para conseguir que salir a la calle deje de ser una tortura.