Puede que no sea del todo conocido en nuestro país, pero en Francia, su país de origen, y en Estados Unidos ha llegado a ser crucial, sobre todo como símbolo de la lucha por la libertad de las colonias inglesas en Norteamérica.
Pero no solo eso, sino que ha sido salvado de la extinción gracias a su habilidad en la caza. Y es que el Gran Azul de Gascuña tiene una historia y origen increíbles que no te puedes perder y que te contamos cada detalle aquí mismo.
¿De donde procede el Gran Azul de Gascuña?
Aunque si bien no se sabe con exactitud la fecha de la creación de esta raza, sí se conoce por numerosos estudios que la aparición del Gran Azul de Gascuña tuvo lugar en su país natal, Francia, más concretamente de Gascuña (Gascogne), donde estos canes fueron el resultado de diferentes cruces con otros perros.
Lo más llamativo de esta raza es que es una de las más antiguas de la historia del mundo canino, relacionándola con el inicio del Perro de San Huberto, el cual fue cruzado con otros sabuesos, llegando a dar como resultado al famoso Gran Azul de Gascuña que conocemos hoy en día.
Se cree que los antepasados del Gran Azul de Gascuña fueron atraídos a tierras francesas por los comerciantes fenicios y romanos que habían sido destinados a Francia con motivo de conseguir más comida para la población y, viendo las grandes habilidades de la raza, poco a poco fue adquiriendo un mayor prestigio.
El Gran Azul de Gascuña, salvado gracias a su gran habilidad para la caza
Como hemos comentado en otras ocasiones, han habido ciertos acontecimientos en la historia de la humanidad que han hecho peligrar la existencia de algunas razas de perros. Entre ellas, durante la Revolución Francesa, el Gran Azul de Gascuña, cuya mayor población canina se encontraba en Francia, se vio considerablemente amenazada y se encontró al borde de la extinción.
Pero gracias a sus habilidades para la caza de animales pequeños, algunos criadores llegaron a interesarse tanto por esta raza de perro que no dudaron en salvar y criar al Gran Azul de Gascuña para que no se extinguiera.
Posteriormente fue ganando aún más popularidad y se trasladó a Estados Unidos, donde curiosamente, llegó a ser todavía más famoso y reconocido que en Francia, su país de origen. En Estados Unidos lo usaban para las mismas actividades que en Europa: para la caza de animales pequeños, aunque con el paso de los años el Gran Azul de Gascuña fue desarrollando nuevas habilidades y actualmente se puede utilizar para la caza de animales más grandes como ciervos y jabalíes.
El Gran Azul de Gascuña, capaz de inmovilizar a su presa sin matarla
Una de las características más llamativas del Gran Azul de Gascuña era su increíble olfato para la caza, ya que si se une con otros de la misma raza y forman una jauría, llegan a conseguir una alta resistencia y un olfato de tal sensibilidad que podían seguir el rastro de su presa durante semanas, algo que ni el mejor perro de caza puede llegar a tener.
Esto ayudaba mucho a los dueños y cazadores, ya que como trabajaban en grupos de cinco o más, tenían la capacidad de saber con antelación cuando se acercaba un oso a lo lejos sin problemas o de inmovilizarlo hasta la llegada del cazador.
El Gran Azul de Gascuña, el amigo inseparable de George Washington
Un dato muy curioso que conocen todos los amantes de esta raza tan peculiar es que, irónicamente, estos perros que en su momento fueron sinónimo de la monarquía absolutista en Francia pasaron a convertirse en un símbolo de la lucha por la libertad de las colonias inglesas en Norteamérica.
Según cuenta la leyenda, fue el Marqués de Lafayette, un aristócrata francés muy reputado, el encargado de llevar los primeros ejemplares de Gran Azul a Norteamérica. Curiosamente, fue él quien le regaló siete magníficos sabuesos en 1785 a George Washington, los cuales les acompañaron durante toda su campaña libertadora.
De hecho, según los libros de historia, los Gran Azul de Gascuña y Washington se volvieron inseparables, hasta tal punto que no era capaz de salir sin ellos a sus charlas y reuniones importantes.