El Schipperke es un perro de tamaño pequeño, aunque capaz de desempeñar funciones de guardián, además de compañía. De origen belga, se trata de una raza canina inteligente, muy activa y de buen carácter.
Reconocimiento del Schipperke
La Federación Cinológica Internacional o FCI admite al Schipperke en el grupo 1, que incluye perros de pastor y perros boyeros. En concreto, se adscribe a la sección 1 de perros de pastor. Aunque el estándar de la raza se establece más adelante, estos perros ya eran muy populares en el siglo XVII en Bruselas, la capital de su país de origen.
En concreto, se cuenta la anécdota de que los zapateros de un determinado barrio de dicha ciudad fabricaban collares para que fuesen lucidos por estos perros en competiciones. Pero no fue hasta el siglo XIX cuando los Schipperke comenzaron a participar en exhibiciones caninas. Poco después fueron extendiéndose por Reino Unido y los Estados Unidos.
El primer estándar es del año 1888 y fue fijado por el club de esta raza, considerado el de mayor antigüedad de Bélgica. Es esa época se distinguían tres variedades de Schipperke según su lugar de procedencia. En la actualidad se han unificado en una única raza que ha conseguido ser popular tanto dentro como fuera de Bélgica.
El hogar del Schipperke
Destaca la buena relación que los Schipperke son capaces de establecer con los niños. Por lo tanto, estos perros no tendrán ningún problema a la hora de adaptarse a una casa con ellos. Su espíritu curioso combina muy bien con el afán explorador de los más pequeños. Además, cuentan con energía de sobra como para compartir horas de juego inagotable.
Por otra parte, si se reside con un Schipperke en una casa con espacio exterior, además de sacarlo igualmente a pasear, tendremos que asegurarnos de que no puede fugarse. Su curiosidad podría llevarlo a buscar aventuras en solitario, con el riesgo que eso supone para su integridad. Por supuesto, tendrá que salir con correa, al menos si no está bien educado.
Comportamiento del Schipperke
El Schipperke es un perro guardián a pesar de sus pequeñas dimensiones. Se va a mantener siempre en una actitud alerta, atento a todo aquello que pase a su alrededor. Cualquier ruido o persona que detecte en las inmediaciones de su hogar le llevarán a dar la voz de alarma. Es decir, ladrará para informar de la potencial amenaza.
El problema es que su ladrido, que suele ser frecuente, además tiende a ser estridente. Esto podría dar lugar a problemas en la convivencia si los episodios de ladridos son muy habituales o se prolongan durante mucho tiempo seguido. En ocasiones se deben a que el perro no tiene cubiertas sus necesidades básicas y padece una situación de estrés.
Un perro tan inteligente y movido como el Schipperke requiere estimulación a nivel físico y mental, educación y socialización. De lo contrario es cuando podrían acentuarse los ladridos, entre otros problemas de conducta, como la destructividad. Estos problemas serían una vía de escape del perro ante una situación en la que está a disgusto.
La inteligencia del Schipperke
En la década de 1990, el psicólogo Stanley Coren elaboró un listado que clasificaba a los perros de mayor a menor inteligencia. Esta se valoraba en función de su capacidad para el aprendizaje y para la obediencia. Pues bien, el Schipperke consiguió un muy buen puesto, al situarse en el 15 de un total de 79 razas evaluadas.
Esta posición viene a confirmar las excelentes cualidades del Schipperke para el trabajo. Son perros que necesitan muy pocas repeticiones para aprender una orden y, además, la repiten buena parte de las veces que se la pedimos. Traducido a la convivencia con el perro en el hogar, quiere decir que puede ser un buen alumno para todo lo que queramos enseñarle.
Anatomía del Schipperke
El Schipperke tiene lo que se conoce con el nombre de «trasero de conejillo de Indias». Esta denominación hace alusión a que la unión entre la grupa y las nalgas adquiere una forma particularmente redondeada, de ahí la similitud que se establece con el conejillo de Indias. Por otra parte, su cola también presenta algunas particularidades.
A lo largo de la historia la cola ha sido amputada, por suerte, una práctica prohibida cada vez en más países. Pero, en ocasiones, estos perros nacen naturalmente ya anuros, es decir, sin cola. Otros ejemplares nacen con ella, pero esta es rudimentaria o incompleta, lo que significa que la cola es corta o, directamente, se presenta tan solo como un muñón.
Precio del Schipperke
No es habitual encontrar ejemplares de Schipperke en adopción en perreras o en protectoras. Por eso, si estamos empeñados en hacernos con un ejemplar de raza, vamos a tener que comprarlo. En este caso, siempre hay que acudir a criadores profesionales para asegurarnos de que los ejemplares adquiridos están en buenas condiciones.
Evidentemente, eso tiene un precio. En el Schipperke este oscila entre los 600 y los 1200 euros, en función de si se trata de un cachorro o de un adulto, de un macho o de una hembra, de un ejemplar inscrito o no en el LOE, etc.