De aspecto exótico, los Chin o Spaniel japoneses pertenecen a un linaje de canes muy valorados por la cultura oriental. Tienen una sensibilidad especial, que les permite adaptarse al estado de ánimo de las personas con las que conviven.
A veces pecan de testarudos, otras son más cariñosos o reservados, pero siempre marcan la diferencia. Quienes alguna vez han compartido momentos con uno de estos ejemplares, jamás lo olvidan. ¿Quieres más información sobre el Chin Japonés? En este artículo te desvelamos algunas curiosidades.
No son originarios de Japón
Aunque las federaciones internacionales consideran que la raza es japonesa, su origen está en Asia continental. La hipótesis más probable es que los Chin se originaron en China y llegaron a Japón como regalo al Emperador. Aunque no hay certeza absoluta, muchos expertos aseguran que los Pekineses chinos y los Lhasa Apso tibetanos son algunos de los ancestros de esta variedad. Solo basta observar su apariencia física para apoyar esta teoría.
Se les consideraba “perros sagrados”
Esta variedad alcanzó un estatus muy importante dentro de la vida doméstica de los nipones de las clases más acomodadas. En el antiguo Japón las variedades de perro se clasificaban según su origen: los Inu (de quienes descienden los Akita y los Tosa) eran los perros de las clases bajas, mientras que los Chin pertenecían a la realeza. Más aún, robar un ejemplar de esta raza o causarle cualquier tipo de daño podía castigarse con la pena de muerte.
Durante mucho tiempo tuvieron otro nombre
En el ámbito internacional, esta variedad fue conocida durante muchos años como Spaniel Japonés. No fue hasta 1977 que federaciones internacionales como la AKC o la FCI cambiaron su nombre a la denominación original nipona de Chin Japonés, nombre que se mantiene en la actualidad.
Forma parte del grupo de perros Toy
Las razas Toy son las de tamaño más pequeño, ideales para la vida doméstica por su gran adaptabilidad a los espacios reducidos. Los Chin comparten estas características y suman otra que facilita la conviencia en pisos pequeños: tienen un carácter similar al de un gato, por lo que prefieren pasarse largos ratos acostados, en lugar de plantarse frente a la puerta para que los lleves a dar un paseo.
Hay dos tamaños de Chin Japonés
Hay dos líneas dentro de la raza, que mantienen las mismas características menos en el peso. Los Chin grandes son aquellos que superan los 3 kilos, mientras que la segunda variedad se mantiene en esa cifra o algo por debajo. El estándar oficial de la FCI no hace mención al peso, sino a la altura, establecida en unos 25 cm.
No adoptas a un Chin, el Chin te adopta a ti
Los conocedores de la raza del Chin Japonés coinciden en este punto. Y es que, debido a su inteligencia y a su forma de comportarse, estos perros acaban siendo una parte fundamental de tu vida. Una vez has convivido con uno de estos picarones, es difícil seguir sin ellos. Y no solo eso, muchas personas acaban adoptando a más de un ejemplar.
Entrenarles para hacer sus necesidades puede ser todo un reto
La instrucción de estos perros no suele ser excesivamente compleja, pero su independencia exige tener paciencia. Uno de los principales desafíos al que te enfrentarás al educar a un Chin japonés es que no haga pipí donde él quiera. La clave es elegir el momento adecuado para empezar con las clases lo antes posible.
Por su sensibilidad, deberás ser firme pero sin pasarte de brusco. Es probable que el can tarde un poco más en aprender a hacer sus necesidades fuera de casa, pero con constancia y reglas claras seguro que lo logras. De hecho, son excelentes como primer perro.
Buenos conversadores
Los ejemplares de Chin japonés son descritos, a menudo, como canes más habladores que ladradores. Esto se debe a que tienden a expresarse con una mezcla de gruñidos, quejidos y otros sonidos muy particulares. Y no solo lo hacen con su círculo más íntimo, sino con cualquier otro visitante o desconocido que les dirija la palabra. Les gusta decir lo que piensan, de eso no hay duda.
Tienen un fuerte instinto de presa
Un detalle poco conocido acerca de esta raza es su instinto de presa. Muchos creen que, por su tamaño reducido, los Chin no disfrutan persiguiendo animales pequeños como ardillas, gatos o conejos. Sin embargo, los individuos de esta variedad tienden a la persecución, algo que puede ser un problema si se pierden o se enfrentan a otros animales más grandes, ya que podrían acabar lastimándose.