El Dogo no es una raza en sí, sino una categoría dentro los molosos. Incluye variedades como el Dogo de Burdeos, el Dogo Argentino, el Bullmastiff inglés y el Shar pei. Suelen ser perros corpulentos, bastante anchos y pesados, de cabeza robusta y mandíbulas fuertes. Muchas personas creen que tienen un temperamento agresivo, algo que dista mucho de la realidad. Esto es lo que nadie te ha contado sobre los Dogos.
Los Dogos poseen un coraje extraordinario
Han demostrado ser buenos perros para la protección de propiedades y para la caza mayor. Poseen un carácter definido, un temperamento alerta y una gran confianza en sí mismos. Al haber sido criados para enfrentarse a situaciones peligrosas están acostumbrados a mantener la calma bajo presión.
Es por ello que se les considera perros confiables, que no atacarán a menos que vean peligrar su vida o la de su familia. En circunstancias extremas, no dudarán en enfrentarse a rivales mucho más grandes y poderosos en fuerza y tamaño.
Son un tipo de perro milenario
Los antepasados de los Dogos pueden rastrearse a civilizaciones antiguas como los celtas, los hunos o los romanos. Lo más habitual es que cumplieran funciones de guardia, pero en muchos casos también acompañaban a los guerreros al campo de batalla o a los señores feudales en tiempos de caza.
El grupo de los Dogos se desarrolló en lugares tan alejados como China (Sharpei), Tíbet (Mastín Tibetano), Japón (Tosa Inu) y Europa (Gran Danés o Dogo de Burdeos). Posteriormente llegaron al Nuevo Mundo, donde surgió el Dogo Argentino, el Fila Brasileño y el Dogo Guatemalteco.
Muchas razas de Dogo forman parte de la “Generación Bullenbeisser”
Se denomina con este nombre a las razas que descienden de los Bullenbeisser, perros míticos de origen alemán. Eran muy valorados en toda Europa por su gran habilidad para la caza, su hermoso pelaje atigrado y su cuerpo musculado.
Otra de sus cualidades era su temperamento, mucho más amigable que el resto de molosos de la época. En la actualidad, los Dogos que forman parte de la Generación Bullenbeisser son el Gran Danés, el Bóxer, el Dogo Argentino, el Alano Español y el American Pit Bull Terrier.
Hay dos tipos de Dogo
Los Dogos se clasifican en dos subgrupos. Los de guarda o pesados son de contextura más robusta y están desarrollados para tareas que demandan menos movimiento y agilidad. A esta variedad pertenecían muchos de los perros que se utilizaban para peleas contra toros u osos en la Edad Media. Algunas de las razas de este tipo son: el Mastín Inglés, el Dogo Canario, el Presa Napolitano o el Tosa Inu japonés.
El segundo subtipo es el de los Alanos o ligeros, más enfocados a la caza, lo que requiere de un cuerpo atlético y movimientos más dinámicos. Representantes de esta variedad son el Dogo Argentino, el Alano Español y el Gran Danés o Dogo Alemán.
Tienen un pelo muy fácil de cuidar
Una característica distintiva de los Dogos es su pelo corto, duro y bien pegado al cuerpo. Por esta razón el mantenimiento del manto es bastante sencillo. Requieren no más de un cepillado o dos a la semana para mantenerse aseados y lustrosos.
Muchos identifican a los Dogos con el marrón claro o leonado, aunque también es frecuente que tengan patrones atigrados, en negro o una combinación de blanco y negro.
Viven entre 10 y 12 años
Los Dogos son, al fin y al cabo, perros de tamaño grande (o gigante, como es el caso del Gran Danés o el Dogo de Burdeos). Debido a esto su esperanza de vida suele ser corta en relación con otras razas de menor tamaño. Por sus características físicas suelen ser susceptibles a padecer enfermedades como la Displasia de Cadera o la Torsión de estómago.
Necesitan un lugar grande para vivir
Como es obvio, los Dogos necesitan espacio. Por lo general, no se adaptan bien a vivir en casas sin jardín, menos aún si es un pequeño apartamento de ciudad. Lo ideal es que crezcan en un ambiente rural o en una vivienda con jardines espaciosos en los que puedan moverse a sus anchas. Sin embargo, hay excepciones como el Bulldog, el Bóxer o el Sharpei, que sí pueden aclimatarse a espacios más reducidos. Eso sí, siempre y cuando tengan bien cubierta su dosis diaria de ejercicio.
Muchos Dogos pueden convivir sin problema con los más pequeños
El aspecto y el tamaño de muchas razas de Dogos puede intimidar, por lo que es entendible que no sean los preferidos de las familias. Sin embargo, hay variedades muy adecuadas para convivir con niños pequeños.
El Bulldog, el Bóxer, el Dogo de Burdeos, el Gran Danés o el Sharpei se relacionan sin problemas con los niños, siempre que sepan tratarles con respeto. Todas estas razas son tolerantes con las travesuras infantiles, aunque nunca deben pasar mucho tiempo juntos sin ser controlados de cerca por un adulto.