El Borzoi ruso es un perro tan refinado como elegante. Además de su garbo, son perros cariñosos y muy sensibles con aquellas personas con las que comparten su vida.
Si hay algo que estos canes valoran es la cercanía con sus seres queridos, tanto si es paseando por un parque como viendo una película un domingo por la tarde. En el siguiente artículo podrás informarte de otras cualidades de estos magníficos canes.
Datos básicos
- Tamaño: entre 70 y 85 cm.
- Peso: entre 35 y 50 kilos.
- Esperanza de vida: entre 10 y 12 años.
- Ideales para: casas o pisos. Familias. Deportes caninos. Caza
Orígenes del Borzoi Ruso
Esta variedad de lebreles de origen ruso desciende de perros como el cazador de osos ruso, el pastor caucásico y varias razas de sabuesos tártaros. Los primeros registros oficiales de la raza se remontan al año 1650, cuando se estableció el primer estándar en aquel país. En aquella época se les utilizaba en grupos de a tres, sobre todo para cazar lobos siberianos junto a los aristócratas soviéticos, entre ellos el Zar Nicolás II.
Durante mucho tiempo los entonces llamados Loberos Rusos fueron conocidos como «los perros de la realeza». Pero justamente por esta razón fueron perseguidos y asesinados durante la revolución proletaria de 1918. La raza se habría extinguido de no ser por aquellos ejemplares regalados por el zar a nobles de otros países, como la Reina Victoria de Inglaterra. En 1936 se les cambió el nombre a Borzoi, aunque no fueron reconocidos dentro del estándar de la Federación Cinológica Internacional hasta 2006.
Características físicas del Borzoi Ruso
Los Borzoi son canes tan altos como esbeltos, con un cuerpo delgado que les otorga una línea muy armoniosa. El cuello es largo y musculoso. El pecho es estrecho y profundo, llegando casi hasta los codos de las patas delanteras. El vientre es retraído y el dorso curvado finaliza en una grupa ancha y potente. La cola es de un largo considerable, con abundante pelo y forma de sable. Sus extremidades son enjutas a la vez que musculosas.
La cabeza de esta raza presenta una forma alargada y fina y un hocico igualmente largo que no finaliza en punta sino en curva. La trufa es de color negro y la mandíbula cierra en forma de tijera. Los ojos son oblicuos, oscuros y muy cercanos entre sí. Las orejas son de inserción alta y terminan en punta. Es habitual que las lleven plegadas hacia atrás y las levanten cuando están en estado de alerta.
Los Borzoi tienen un manto doble, con pelo largo y sedoso que se presenta ondulado o rizado en el cuerpo, muy abundante en el pecho, mientras que en la cabeza y en las orejas suele ser más corto y brillante. Los colores habituales son el marrón, el blanco, el dorado o el canela. Pueden presentarse sólidos o combinados entre sí. También se encuentran ejemplares negros y blancos con máscaras oscuras en el rostro.
El carácter del Borzoi Ruso
Los Borzoi son muy fáciles de querer, ya que son perros dulces y amables que se adaptan de manera estupenda a la vida en familia. Sus modales son los de un verdadero aristócrata: se trata de un perro respetuoso y sensible que sabe ocupar su lugar dentro del hogar. Pese a su gran tamaño, no son perros cargados de energía y pueden pasar largas horas tumbados en la sala de casa, siempre y cuando haya alguien que les haga compañía.
Por lo general no tendrán problemas con los pequeños del hogar, aunque los ejemplares adultos no suelen ser muy dados a los juegos y prefieren mantener cierta independencia. Los niños desconocidos pueden ponerles nerviosos. Se llevarán muy bien con otros perros o animales con los que hayan sido criados.
Su carácter es abierto y son bastante inteligentes, si bien estos canes no son fáciles de entrenar. Su individualismo muchas veces puede derivar en un temperamento algo terco. La paciencia es fundamental a la hora de educar a uno de estos perros; también el cariño, ya que suelen responder mucho mejor si se sienten queridos.
Su actitud frente a los extraños depende mucho del ejemplar. Algunos son muy amistosos, mientras que otros permanecerán en constante alerta. Sin embargo, el instinto de protección no es uno de los puntos fuertes de los Borzoi. Es muy raro que ladren ante la presencia de un intruso, por lo que no es adecuado como perro guardián.
Cuidados del Borzoi Ruso
Estos perros se adaptan bien a todo tipo de hogares. Pueden vivir sin problemas en pisos de ciudad, siempre que sus necesidades de ejercicio – al menos media hora diaria – se encuentren satisfechas. Los paseos siempre deben realizarse con correa. De lo contrario perseguirán todo lo que se les cruce en su camino, ya sean perros más pequeños u otros animales.
Los Borzoi prefieren pasar el tiempo dentro de casa y no en el jardín. La mejor manera de mantenerles contentos es brindándoles una cama confortable. Una vez que se acostumbren pasarán largas horas recostados en su rincón.
Pierden bastante pelo durante las épocas de muda, por lo que en esas épocas un cepillado cada dos días es altamente recomendable. Con respecto a los baños, una vez al mes será más que suficiente para mantenerles sanos y limpios.
Al ser una variedad típica de zonas frías, estos canes no toleran nada bien el calor. Evita dejarles mucho tiempo en el patio o expuestos al sol durante el verano. En época invernal, por el contrario, se sentirán más a gusto.
Los cachorros de esta raza son excesivamente juguetones y no tienen demasiados problemas en mordisquear y romper todo lo que les cae cerca. A medida que crecen este comportamiento destructivo irá desapareciendo, aunque debes tener en cuenta que los Borzoi tardan bastante en madurar.
La salud del Borzoi Ruso
La torsión gástrica es una de las afecciones con más incidencia en esta raza. La mejor forma de prevenirla es evitar que el can coma demasiado rápido (algo típico de los Borzoi) o que realice ejercicio después de alimentarse.
La displasia de cadera es otro problema frecuente. Esta dolencia hereditaria en los huesos posteriores suele causar problemas de movilidad e incapacitar al individuo.
Finalmente, debido a su poca cantidad de grasa corporal, los Borzoi rusos son muy sensibles a la anestesia, algo que el veterinario tendrá en cuenta antes de cualquier intervención.
