Las garrapatas son unos desagradables artrópodos parásitos que, además de alimentarse de la sangre de los animales, también pueden transmitir diferentes enfermedades, algunas de gravedad. Y no solo a perros o a gatos.

Las garrapatas pueden causar problemas de salud considerables también a las personas, otro factor que explica la importancia de controlar sus poblaciones. En el siguiente artículo, hablamos de las principales zoonosis que pueden transmitir las garrapatas, es decir, las enfermedades infecciosas que pasan de los animales a los humanos.

Rickettsiosis

Las rickettsias son bacterias que viven en el interior de las células. Las garrapatas, en el momento de ingerir sangre, pueden transmitirlas al animal del que se están alimentando. Estas bacterias generan distintas enfermedades, ya que son varias las especies con potencial patógeno.

Destacan algunas como la fiebre de las Montañas Rocosas (propia del continente americano), la fiebre botonosa mediterránea o la linfadenopatía transmitida por garrapatas (TIBOLA), que se considera una enfermedad emergente. Signos clínicos como los siguientes pueden ponernos en alerta:

  • Fiebre, que puede llegar a ser alta.
  • Malestar general.
  • Dolor muscular.
  • Dolor de cabeza.
  • Escalofríos.
  • Enrojecimiento de la conjuntiva.
  • Erupciones y pápulas.
  • Agrandamiento de ganglios linfáticos.

Borreliosis o enfermedad de Lyme

Hasta el momento, es la enfermedad transmitida por garrapatas a las personas más conocida. Comienza con una lesión roja en el lugar donde se ha producido la picadura, que se va extendiendo (eritema migratorio crónico). También se registra fiebre, malestar, rigidez en la nuca y agrandamiento de los ganglios linfáticos.

El avance de la enfermedad va complicando la sintomatología, presentándose inflamación de las meninges y el encéfalo (meningoencefalitis), del miocardio (miocarditis), de las articulaciones (artritis) o elevación de la frecuencia cardiaca (taquicardia).

Babesiosis

Muy conocida en los perros, esta enfermedad que transmiten las garrapatas también puede dañar a las personas. Las babesias afectan a los glóbulos rojos, desencadenando signos clínicos como dolores musculares, náuseas, vómitos, aumento del tamaño del hígado y/o del bazo, coloración amarillenta de las mucosas (ictericia), etc. Además, producen anemia hemolítica como resultado de la rotura de los glóbulos rojos.

Tularemia

La tularemia es otra de las enfermedades bacterianas que pueden transmitir las garrapatas a las personas. El primer signo de alerta puede ser una herida en la zona en la que se ha producido la picadura. También son signos clínicos habituales el dolor en los ganglios linfáticos cercanos y la cabeza, la fiebre y un cansancio significativo.

Encefalitis transmitida por garrapatas (ETG)

La desencadena un virus transmitido por las garrapatas. La encefalitis supone la inflamación del encéfalo, lo que podría llegar a causar secuelas en las personas afectadas. Además, este virus puede provocar meningitis, meningoencefalitis o meningoencefalorradiculitis, según la progresión de la inflamación.

Fiebre hemorrágica Crimea-Congo

Es una de las enfermedades transmitidas por garrapatas a las personas que se considera emergente, es decir, cada vez se dan a conocer más casos y en más territorios. Provoca fiebre, dolores musculares y de cabeza, cuello rígido, irritación ocular, fotofobia y hemorragias más o menos graves.

Anaplasmosis humana

La sintomatología de esta enfermedad, que también pueden transmitir las garrapatas a las personas, cuenta con semejanzas con la que ya hemos visto en otras enfermedades vinculadas a estos parásitos externos.

Así, los afectados experimentan fiebre, escalofríos, dolores musculares, debilidad generalizada, dolores de cabeza y trastornos digestivos como náuseas y vómitos. En los casos más graves, puede producirse CID (coagulación intravascular diseminada), daños en distintos órganos, convulsiones e incluso coma.

Neoehrlichiosis

El desencadenante de esta zoonosis es la bacteria Ehrlichia. Entre sus signos clínicos encontramos náuseas y vómitos, dolores en cabeza y musculatura, malestar general, fiebre y escalofríos. Además, pueden aparecer erupciones cutáneas, sobre todo en el torso y en las extremidades.

Parálisis

Además de las zoonosis mencionadas, la saliva de las garrapatas puede contener una toxina de efecto paralizante. La parálisis comienza en las piernas y va ascendiendo, pudiendo llegar a provocar dificultades para respirar. No causa fiebre, pero sí dolor y cansancio.

Cómo prevenir las enfermedades transmitidas por garrapatas

El cambio climático, la globalización o las modificaciones en los usos del suelo son algunos de los factores que favorecen la proliferación de garrapatas y, por lo tanto, las enfermedades de las que son vectores necesarios. Podemos prevenirlas teniendo en cuenta las siguientes medidas:

  • Evitar transitar por zonas de vegetación alta.
  • De salir por este tipo de áreas, conviene vestir prendas claras, para ver con facilidad si se nos sube alguna garrapata, y de manga larga. Podemos llevar los calcetines por encima del pantalón y meter las camisetas por dentro.
  • Calzar botas cerradas.
  • Utilizar insecticidas repelentes de garrapatas para la piel y la ropa.
  • Revisar a los perros y a nosotros mismos al llegar a casa, con especial atención a axilas, ingles, orejas o cabeza.
  • Mantener a los animales de compañía desparasitados durante todo el año.
  • Controlar, en lo posible, las poblaciones de roedores, pues pueden tener garrapatas.
  • Eliminar restos orgánicos de jardines y espacios similares.
  • De encontrar alguna garrapata adherida, extraerla con pinzas específicas y mucho cuidado.