Las lombrices son de los parásitos más conocidos que pueden tener los perros. Afectan a ejemplares de cualquier edad, aunque son más frecuentes en cachorros. Hay diferentes tipos y no todos se alojan en el sistema digestivo.

Parásitos intestinales en los perros

Los perros pueden infestarse por lombrices en cualquier momento de su vida. Contactar con otros animales o con el entorno basta para contraerlas. En ocasiones provocan síntomas o los encontramos en heces o vómito. Su aspecto recuerda a espaguetis. Pero también pasan desapercibidos porque el sistema inmunitario consigue controlarlos.

Esto hace que no notemos ningún síntoma, pero el perro sí estará infestado y podrá propagar los parásitos. No olvidemos que algunas de estas lombrices también se transmiten a los seres humanos. Por esto se hace necesario que, junto al veterinario, establezcamos el calendario de desparasitaciones internas más adecuado a las circunstancias de nuestro perro.

En general, los perros adultos se desparasitan cada 3-4 meses. Hay que prestar atención a circunstancias que estresan al perro, ya que estas situaciones afectan al sistema inmunitario y, si tuviese parásitos, podrían aumentar su número. Son gestaciones, operaciones, enfermedades graves, mudanzas o tratamientos con fármacos inmunosupresores.

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Tipos más frecuentes de lombrices en perros

Cuando hablamos de lombrices solemos pensar en los gusanos que viven en la barriga de los perros. Pero lo cierto es que las lombrices pueden alojarse también en los pulmones, en el corazón o en los ojos. Comenzando por las lombrices intestinales, estos son los tipos más frecuentes:

  • Gusanos planos o cestodos: en este grupo destacan las tenias, de cuerpo aplanado y segmentado. La especie Dipylidium caninum se transmite a través de las pulgas. Pueden localizarse fragmentos similares a granos de arroz alrededor del ano.
  • Gusanos redondos o nematodos: la especie más importante es Toxocara canis. Tienen aspecto de espagueti. Sus huevos en la tierra pueden ser fuente de contagio para las personas, sobre todo para los niños.
  • Gusanos ganchudos: son los anquilostomas. Su nombre proviene de la forma de su boca. Son otros de los parásitos transmisibles a los seres humanos y consiguen penetrar en el organismo directamente a través de la piel.
  • Gusanos látigo: son tricocéfalos y reciben esta denominación por su aspecto, con un extremo más grueso que el otro, a modo de látigo. Otra de sus características es la capacidad de sus huevos para resistir en el ambiente.

Gusanos pulmonares en los perros

En algunos casos, las lombrices intestinales pueden, a lo largo de su ciclo, acabar en los pulmones. Pero también hay parásitos que directamente son capaces de vivir en los vasos sanguíneos de los pulmones, en la cavidad nasal o las vías aéreas altas. Hay varias especies y pueden provocar síntomas respiratorios.

Gusano del corazón en perros

Destaca, sin duda, la filaria, que habita en el ventrículo derecho del corazón y en las arterias pulmonares. En infestaciones más graves puede extenderse a la aurícula derecha, las venas cavas y las venas hepáticas. El perro la contrae a través de la picadura de un mosquito. Provoca diferentes síntomas y puede conducir a la muerte del perro.

Gusanos en los ojos

La Thelazia es un tipo de lombriz que se aloja en los ojos y llega a ellos mediante unas moscas frecuentes donde hay árboles frutales. También pueden afectar a los seres humanos. Provocan síntomas a nivel ocular y deben ser eliminadas por el veterinario.

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Síntomas de lombrices en perros

La mayoría de las lombrices en los perros se localizan en el sistema gastrointestinal, por lo que los síntomas van a afectar a este aparato. Aunque son numerosos los perros que no presentan ningún signo clínico, en otros podremos detectar diarrea, adelgazamiento, anemia o sangre en las heces.

Los cachorros pueden presentar un cuadro más grave, con el abdomen hinchado, retraso en el crecimiento, desnutrición o mal aspecto del manto. Las lombrices del sistema respiratorio son causa de tos, náuseas, neumonía, adelgazamiento o intolerancia al ejercicio.

Por su parte, las que afectan al corazón llegan a causar síntomas respiratorios, además de problemas hepáticos y adelgazamiento. Por último, los perros con lombrices oculares sentirán picor y tendrán secreción ocular o conjuntivitis.

Cómo detectar las lombrices en perros

Si sospechamos que nuestro perro ha contraído parásitos, debemos acudir al veterinario. Al ponerle el termómetro conseguirá una pequeña muestra de heces para observar al microscopio. Bajo él pueden identificarse distintos parásitos. Además, hay otros métodos de estudio de las heces que también permiten descubrir lombrices.

El veterinario nos informará de si es necesario que le llevemos una muestra de los excrementos de nuestro perro y nos indicará cómo recogerla. Este examen permite también diferenciar si el parásito se encuentra en su fase de huevo, larva o adulto.

Es un dato importante a la hora de escoger el mejor fármaco. La presencia de la filaria puede confirmarse con análisis de sangre y radiografía de tórax. Las lombrices oculares pueden observarse directamente en el interior del ojo.

Cómo eliminar las lombrices en perros

Los parásitos se combaten utilizando fármacos antiparasitarios. Existe un buen número de medicamentos de este tipo, por eso el veterinario tiene que determinar ante qué parásito estamos para poder elegir el principio activo que elimine a ese parásito concreto.

Identificado el parásito y escogido el antiparasitario adecuado, el tratamiento es rápido y efectivo. Pero, si tras él, el perro continúa con síntomas, hay que volver al veterinario, pues podría haber quedado algún parásito sin detectar, necesitarse más dosis o presentarse alguna otra enfermedad.

Una salvedad es el caso del parásito del corazón, la filaria, ya que necesita un tratamiento muy cuidadoso. Esto se debe a que las lombrices muertas en este órgano podrían colapsarlo y resultar fatales. El veterinario tendrá que valorar el estado del perro y tratarlo en diferentes fases.