La socialización es uno de los pilares de una correcta educación canina. A través de este proceso, el can aprende a relacionarse con los seres humanos y con otros perros y animales. Por esta razón, es importante comenzar a hacerlo desde que son cachorros. De este modo desarrollarán una conducta equilibrada. Si quieres saber cómo socializar correctamente a un perro presta atención a estos consejos.
Cuándo comenzar con la socialización
El período clave para comenzar el proceso es entre el nacimiento y el tercer o cuarto mes. Si no ha sido debidamente socializado durante esta etapa, tendrás más problemas para hacerlo a medida que crezca. Por ello, cuanto antes empieces, más probabilidades tendrás de lograr un can bien integrado. Un perro mal sociabilizado verá a otros perros o seres humanos como una amenaza y actuará con miedo o agresividad.
Cómo socializar a un cachorro con otros perros
Socializar implica que el perro entre en contacto con sus semejantes y con otras personas de manera regular. En el primer caso, debes hacerlo a través del paseo. Durante estas salidas permítele que salude y olfatee a otros canes. ¡Así es como se identifican!
Si acudes a lugares como parques o a un pipi-can, permítele que juegue con otros perros. Eso sí, asegúrate de que estén también correctamente socializados para que esta experiencia sea positiva. Es preferible que jueguen con cachorros de su misma edad, pero también es aceptable que interactúen con perros mayores bien equilibrados. No obstante, procura estar siempre pendiente de sus reacciones para solucionar cualquier malentendido.
Y, sobre todo, no olvides que nunca debes sacar a tu perro si no tiene todas las vacunas obligatorias al día. Así tendrás la seguridad de que está protegido contra posibles contagios.
La socialización con las personas y con el entorno
La socialización con los seres humanos también es fundamental. Para lograrlo el can debe relacionarse primero con el entorno familiar, tanto con adultos como con niños. En estos casos, especialmente si son pequeños, preocúpate de vigilarles bien de cerca para evitar sustos o “accidentes”.
El segundo paso será que conozcan a tus amigos, quienes pueden intentar acariciarles o jugar con ellos durante alguna visita. Una vez respondan de manera correcta a la presencia de gente cercana, viene la tercera fase: socializarles con extraños durante las salidas a la calle.
Que se acostumbre al entorno forma parte de este proceso. Los paseos le permitirán conocer diferentes estímulos que le rodean, como árboles, sonidos, otros animales y, en el caso de la ciudad, medios de transporte como autobuses o coches. El objetivo es que se adapte a estas sensaciones como parte de su día a día sin que le generen ansiedad.
¿Y en el caso de perros adultos que no han sido socializados desde pequeños?
Un ejemplar que no ha sido socializado a una edad temprana es posible que se comporte de forma huidiza o agresiva. Esto es porque no se ha adecuado a su entorno y el contacto con otras personas o perros le causa miedo o inseguridad. Estas sensaciones harán que intente huir, ladre para intimidar o, en algunos casos, puede llegar a atacar.
Intentar este proceso con perros adultos es una tarea compleja y debería ser llevada a cabo por profesionales del comportamiento canino. Un experto intentará generar situaciones en las que el can se sienta cómodo, interactuando con otros ejemplares o humanos. A su vez, recurrirá al refuerzo positivo para premiar las ocasiones en las que el can se muestra receptivo con los demás.
Una manera de ayudarle es practicar las órdenes básicas en casa y tener mucha paciencia a la hora de los paseos. Si tiende a ser agresivo con otros perros siempre deberás sacarle con bozal y correa. Tener golosinas para premiarle ante una buena conducta también es recomendable. La socialización determinará la personalidad de tu perro y generará una relación armónica contigo y con el resto de la familia. Por eso es tan importante no descuidar este aspecto.