Ya sea por un accidente o por alguna enfermedad degenerativa, puede suceder que un can pierda la movilidad de sus patas traseras. Tanto si se trata de una circunstancia temporal como permanente, lo mejor en estos casos es recurrir a las sillas de ruedas para perros. Descubre en este artículo en qué consisten estos accesorios tan importantes para mejorar su calidad de vida.

¿Qué son las sillas de ruedas para perros?

Las sillas de ruedas para perros son dispositivos mecánicos, conformados por unas barras con ruedas que se ciñen sobre el cuerpo del perro a través de un arnés. Las más comunes son las que se utilizan en la parte trasera, pero también existen modelos con ruedas delanteras y otros con cuatro ruedas para canes que han perdido la movilidad en todas sus extremidades.

Estos mecanismos pueden utilizarse tanto como ayuda durante la recuperación de una enfermedad, como para un apoyo completo. En perros que no han perdido la capacidad de mover sus patas, se recurre a este sistema para una mejor recuperación durante el periodo de convalecencia.

De esta manera se evita el dolor y no se fuerza la zona afectada, lo que ayuda a que este proceso sea menos traumático y más rápido de superar. Las sillas de ruedas también son útiles cuando se produce una parálisis absoluta de los cuartos traseros del perro, algo que suele darse en ejemplares con artrosis o displasia de cadera.

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¿Cuáles son los principales beneficios de las sillas de ruedas para perros?

El beneficio más importante de estos sistemas es brindarle al can la posibilidad de recuperar su autonomía y que pueda volver a realizar una actividad física. Esto es muy importante, especialmente para las razas más enérgicas. De lo contrario, la inmovilidad puede derivar en depresión y episodios de ansiedad. Gracias a estas sillas de ruedas, los canes pueden retomar los paseos, fundamentales para su salud mental.

Al recuperar la movilidad, el perro también mejora su apetito, se reducen los problemas de estreñimiento y se produce una mejor digestión. Aunque se trate de una actividad moderada, es preferible a la apatía que provoca no poder desplazarse de un lugar a otro.

Por otro lado, las sillas de ruedas repercuten de manera positiva en la piel del can, pues al no tener que arrastrarse por el suelo deja de presentar lesiones por quemaduras y heridas. También disminuyen las probabilidades de sufrir úlceras por permanecer demasiado tiempo quieto.

Tipos de sillas de ruedas para perros

Si tu can sufre algún tipo de problema de movilidad, hay diferentes maneras de conseguir una de estas sillas. Existen modelos prefabricados, que pueden comprarse por Internet y cuyos precios van desde los 50 a los 250 euros.

Las más modernas se elaboran en aluminio y pueden adaptarse a diferentes razas. Incluso hay modelos que pueden ir ajustándose a medida que los cachorros crecen. En estos casos es muy importante prestar atención al tipo de rueda. Se recomienda que sean pequeñas para perros que se muevan en entornos urbanos y más grandes para los que viven en el campo.

Otras opciones son las sillas de ruedas hechas a medida, que se fabrican siguiendo las características propias del can. A favor de esta opción está el hecho de que se ajustarán de manera perfecta a tu perro. La pega es que el coste de este artilugio es mucho mayor.

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Si se te dan bien los trabajos manuales, también puedes fabricar uno de estos sistemas tú mismo. ¿Cómo? Siguiendo las guías que hay disponibles en Internet. Además, hay entidades de cuidado animal que ofrecen sillas realizadas artesanalmente e incluso existe la posibilidad de alquilarlas.

En todo caso es fundamental que si tu perro sufre algún problema en su tren posterior y necesita estos mecanismos de apoyo, cuentes con un asesoramiento médico profesional. Recuerda que la inmovilidad es muy perjudicial para un can, ya que son seres que necesitan una buena dosis de actividad para sentirse completos y felices.