Los pequeños Sealyham Terrier son grandes amigos que se adaptan a todo tipo de hogares. Payasos por naturaleza y unos compañeros inseparables, son canes muy protectores. Quienes tienen la suerte de convivir con uno de ellos, aseguran que les ha cambiado la vida ¿Será verdad? Descubre por qué este perro ha logrado enamorar a las grandes estrellas de Hollywood.

Datos básicos

  • Tamaño: entre 26 y 27 cm de altura
  • Peso: entre 10 y 11 kilos
  • Esperanza de vida: entre 12 y 14 años
  • Ideales para: participar en exhibiciones caninas; familias con niños ya crecidos; la caza; vivir en pisos o en apartamentos.

Breve historia del Sealyham Terrier

Estos lanudos deben su nombre al lugar de donde provienen: Sealy Ham, un condado del suroeste de Gales. El capitán John Edwardes desarrolló la raza a mediados del siglo XIX. Tras retirarse del ejército británico, dedicó su vida a criar perros de características únicas: cazadores, valientes y resistentes, pero lo suficientemente pequeños para meterse dentro de las madrigueras de tejones, zorros y nutrias. Entre las razas cruzadas para darle origen están: el Bull Terrier, el Corgi Galés, el Dandie Dimont y el Terrier de Cheshire.

La primera mitad del siglo XX fue una época dorada para esta raza, pues los ejemplares eran triunfadores habituales de las exhibiciones en Westminster. Entre los más populares está Contrabandista, un perro cuyo nombre hace referencia a la ley seca de los años 20. Esto disparó el interés de los norteamericanos. Con el tiempo se convirtió en el perro favorito de las grandes estrellas de cine de Hollywood, como Humphrey Bogart, Cary Grant o Gary Cooper. Posteriormente su fama se fue perdiendo y hoy son una variedad poco común.

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Características físicas más destacadas

Los Sealyham Terrier son canes de tamaño pequeño, pero cuentan con una buena contextura muscular y atlética. El cuello tiene una longitud mediana y se estiliza al llegar a la base de la cabeza. Su lomo es corto y recto. El pecho, de buen grosor, sobresale entre las patas frontales, que se presentan compactas y con huesos sólidos. Las traseras son más potentes y largas que las delanteras.

Cuentan con un cráneo ancho, largo y poderoso, pero muy estilizado. La cabeza se inserta de manera equilibrada en el cuello, dando una visión general muy armónica. El hocico es largo y cuadrado, con mandíbulas fuertes y una trufa negra de orificios grandes; los ojos son oscuros y bien metidos hacia adentro. Las mejillas se presentan chatas, con cachetes poco marcados, mientras que las orejas son pequeñas y se doblan hacia adentro.

El manto de esta variedad canina es de doble capa, muy resistente a las temperaturas extremas. El subpelo es suave, muy denso y repelente al agua, mientras que el pelaje exterior presenta una textura de alambre, duro y de un largo medio.  En competición no se acepta un pelo sedoso o rizado. En la zona de las patas, del rostro y del hocico el pelaje suele crecer más profusamente que en el resto del cuerpo. El color habitual de los Sealyham Terrier es el blanco puro, aunque pueden encontrarse individuos con marcas color limón, fuego o marrón oscuro en la cabeza y las orejas.

Carácter del Sealyham Terrier

La encantadora personalidad de estos canes enamora a cualquiera. Poseen un gran sentido del humor y siempre están dispuestos a jugar. Además, suelen ser menos activos que otras variedades de Terrier, por lo que también disfrutan de los momentos de relax. Están criados para moverse en jaurías, por lo que suelen llevarse bien con otros perros. Con los niños pequeños pueden ser algo bruscos, de modo que se adaptarán mejor a los hogares con hijos más crecidos.

Pese a su carácter abierto, suelen ser reservados con los desconocidos. Esta característica, junto a su potente ladrido, les convierte en buenos alertadores. Que no te preocupe que sean demasiado ruidosos: con la instrucción adecuada evitarás los ladridos excesivos y aprenderán a dar el aviso de forma oportuna.

Si no les pones freno desde cachorros, intentarán convertirse en el perro alfa del hogar. El temperamento orgulloso y terco de los Sealyham Terrier debe controlarse desde una edad temprana con un entrenamiento firme. Las sesiones de instrucción deben ser breves y amenas. El refuerzo positivo, a través de halagos y chuches caninas, te ayudará a educarles.

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¿Qué cuidados precisa un Sealyham Terrier?

El mantenimiento del manto de un Sealyham Terrier no es difícil, aunque tiene su aquel. Necesitan – al menos- 3 cepillados a conciencia a la semana, especialmente en la zona de la cabeza, del pecho y de las patas. Asimismo, una vez al mes se recomienda retirar manualmente el pelo muerto enredado, para ayudar a que crezca el nuevo. Un baño cada 3 o 4 semanas es una frecuencia adecuada para que mantengan un aspecto impecable.

El ejercicio regular les ayuda a estar más tranquilos en casa. Una salida de 30 minutos al día, en la que puedan corretear y jugar al aire libre, es suficiente para quemar energía. Recuerda que sus instintos de caza les llevarán a perseguir animales pequeños y a salir corriendo a la mínima oportunidad que tengan. Por eso, deben ir siempre atados en los espacios públicos. Además pueden mostrarse agresivos con perros desconocidos, incluso con razas mucho más grandes. Procura controlarles para evitar encontronazos indeseables.

Por otro lado, los Sealyham Terrier no toleran bien las temperaturas demasiado elevadas o los climas húmedos. En verano procura sacarles a pasear temprano o después de que haya caído el sol, para evitar que se sofoquen. Tampoco debes dejarles largos periodos solos en el patio. De lo contrario es posible que encuentres hoyos por todas partes y que se vuelvan destructivos.

Hoy en día estos canes son considerados una raza poco común, por lo que no son fáciles de conseguir. Para adoptar, lo mejor es ponerse en contacto con criadores debidamente registrados.

La salud de la raza Sealyham Terrier

Una de las enfermedades que tienen mayor incidencia en los canes Sealyham Terrier es la displasia de retina, un padecimiento congénito que no suele afectar severamente a su calidad de vida.

También es común la luxación del cristalino, una condición que incide en los ligamentos del ojo. Esta última puede tratarse con medicamentos o con cirugía, aunque en casos extremos el ejemplar puede llegar a perder la vista.