Aunque no se crían habitualmente fuera de Europa Central, estos simpáticos pequeñines son cada vez más populares en el resto del continente. Considerado el perro con pedigrí más pequeño del mundo, el Ratón de Praga es muy vivaz y enérgico, lo que le hace destacar en la actividad deportiva.

Estos canes, conocidos también como ratoneros, entablan excelentes relaciones con los seres humanos. No te pierdas la oportunidad de conocer más sobre el Ratón de Praga, un perro que nació en cuna de reyes y que está listo para conquistar tu corazón.

Datos básicos

  • Tamaño: entre 15 y 35 cm de altura
  • Peso: entre 1 y 3 kilos
  • Esperanza de vida: entre 12 y 14  años
  • Ideales para: vivir en entornos urbanos, tanto en casas como en apartamentos.

Historia del Ratón de Praga

Esta raza proviene de la actual República Checa y sus orígenes se remontan al Medioevo. En aquella época, estos perros estaban entre los favoritos de la nobleza de la región y formaban parte del séquito de muchas familias aristocráticas.

Pero no se movían solo en las altas esferas, también era habitual encontrarles en caseríos o fincas de la gente de a pie. Como su nombre sugiere, eran muy apreciados por su capacidad para cazar ratones.

La popularidad de la raza sufrió un declive entre los siglos XIX y XX, cuando aumentó la demanda de perros más grandes. A partir de los años 80, el interés en los ratoneros comenzó a extenderse de nuevo, aunque fueron reconocidos oficialmente hace muy poco: apenas en 2019.

Características físicas del Ratón de Praga

El Ratón de Praga tiene una contextura delgada y una marcada musculatura. Su pequeño cráneo de forma alargada está proporcionado con el resto del  cuerpo. Su hocico, recto y bien marcado, finaliza en una trufa negra y puntiaguda. Cuenta con unos penetrantes ojos de color oscuro, mientras que sus orejas, bastante grandes en relación a la cabeza, presentan una forma triangular y erguida.

Estos canes, clasificados como mini o “toy”, tienen un manto muy similar a los Pinscher, aunque las razas no están relacionadas genéticamente. El pelaje es corto y reluciente. En la mayoría de los casos es de color negro y fuego, aunque también pueden darse otras combinaciones con lila, chocolate o azul y fuego. Las tonalidades amarillas, rosadas y rojas también son aceptadas.

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¿Cómo es el  temperamento de un Ratón de Praga?

Pese a su hiperactividad natural, el Ratón de Praga adora los mimos y sentirse querido, por lo que puede pasar muchas horas sentado en tu regazo sin mover un solo pelo. En el ámbito doméstico suele ser tranquilo, obediente y muy leal. Es perfecto para compartir su tiempo con familias de todo tipo. En el caso de los niños pequeños, será mejor vigilar sus juegos para evitar que sea tratado de forma brusca.

Por otro lado, es un compañero ideal para los amantes del deporte. Cuando está en modo “on”, el Ratón de Praga es el partenaire ideal para realizar actividades al aire libre. Su inteligencia y su curiosidad innata hacen que pueda aprender una gran variedad de juegos y actividades. Ama hacer deporte y destacará en el Agility y en Obediencia.

Su adiestramiento no ofrece mayores problemas. Son perros que buscan agradar e impresionar, por lo que responde especialmente bien al refuerzo en positivo. Incluso hay criadores que afirman que los ejemplares de esta raza pueden aprender a hacer sus necesidades en una caja. Sí, como los gatos.

La socialización temprana es imprescindible, sobre todo para evitar el “síndrome del perro pequeño”. Generado por la falta de contacto con otros canes durante su crecimiento, este problema les hace ladrar en exceso y comportarse de manera agresiva.

Finalmente, debido a su herencia genética, sus instintos de caza están muy bien desarrollados y tiene una gran capacidad para oír y olfatear a lo lejos. Ello puede ser de ayuda en el caso de infestaciones de ratas o para aquellas personas que viven en el campo. Y es que… ¿os contamos un secreto? Su nariz privilegiada hace que sea un excelente buscador de trufas.

Cuidados para un perro Ratón de Praga

En términos generales es una raza muy fácil de mantener y que puede ser muy feliz en un piso de ciudad. Se adapta muy bien a los ambientes pequeños y, al tener el pelaje muy corto, no suelta casi pelo.

Por tanto, será suficiente con cepillarlo ocasionalmente y con darle un buen baño cada dos o tres meses, aunque durante el invierno es mejor que no lo mojes para evitar que se enferme. Además, en invierno abrigarlo para salir a la calle, ya que son canes muy sensibles al frío.

Los paseos diarios son necesarios para quemar energía, aunque el ejercicio tiene que ser moderado. Deberás aprender a ponerle límites a tu Ratón de Praga, ya que suele excederse en los juegos. Esto puede ser contraproducente para su salud.  Además deberás estar atento para que no escape, ya que su instinto de cazador le llevará a perseguir cualquier pequeño animal que escuche o que huela por los alrededores.

¿Tiene el Ratón de Praga una buena salud?

Su tamaño y su fragilidad pueden jugarle malas pasadas al Ratón de Praga. La luxación patelar en las patas traseras es una afección habitual que se manifiesta en forma de una leve cojera. Este padecimiento, típico en perros pequeños, es muy dolorosa.

En la raza también se han detectado problemas durante la época de la dentición, pues a veces sus dientes de leche no terminan de caer. Ello impide el crecimiento de los caninos definitivos. En estos casos se debe acudir al veterinario para extraer quirúrgicamente los dientes de cachorro y ayudar así a la salida de la dentadura de adulto.