Puede parecer que, al tener el cuerpo cubierto de pelo, ni los perros ni los gatos necesitan protección contra el sol. Pero no es cierto. Una exposición directa y prolongada al sol puede tener consecuencias graves para la salud de estos animales.

Por este motivo, se hace necesario que los cuidadores sepan cómo protegerlos. En este artículo, hablamos del protector solar para perros y gatos y otras medidas para evitar el contacto directo con los rayos del sol.

Efectos del sol en perros y gatos

La radiación solar es fundamental para la vida, pero, sin la adecuada protección, puede resultar perjudicial. Al igual que en las personas, las radiaciones del sol en exposición directa, prolongada y/o continuada pueden desencadenar problemas como:

  • Quemaduras de mayor o menor gravedad.
  • Cáncer de piel, como carcinoma de células escamosas, melanoma o hemangioma.

Qué animales deben protegerse del sol

Es cierto que los perros y los gatos cuentan con un cuerpo recubierto de pelaje que les va a conferir más protección que la que tienen los seres humanos. Pero, aun así, hay zonas específicas del cuerpo, tipos de manto o razas que se consideran más vulnerables. Destacamos:

  • Axilas, barriga, párpados o nariz, sobre todo si su pigmentación es clara, pues son zonas sin apenas pelo y, por lo tanto, están más expuestas.
  • Pelos cortos o finos, que ofrecen una menor protección.
  • Color blanco o albinismo.
  • Zonas sin pelo por distintas causas, por ejemplo, porque se han rasurado para una intervención quirúrgica, por problemas dermatológicos, como alopecias o alergias, o por pérdida de integridad de la piel, por ejemplo, si hay alguna zona con cicatrices.
  • Razas sin pelo, como el crestado chino o el gato esfinge.

Cómo proteger del sol a perros y gatos

Lógicamente, la incidencia de los rayos solares va a ser más elevada en la temporada de calor. Pero hay que ser conscientes de que el sol está activo durante todo el año, incluso en los días nublados y hasta en la nieve o el agua, que, además, son elementos que reflejan los rayos solares y multiplican su efecto dañino.

Por este motivo, debemos proteger a los animales de exposiciones directas a la radiación en cualquier mes, sobre todo si carecen de pelo. En los siguientes apartados concretamos las medidas de protección.

Protectores solares

Solo pueden usarse los específicamente formulados para perros y gatos. No sirven los de uso humano. Se aplican directamente sobre la piel siempre que el animal vaya a exponerse al sol. Existen varios protectores solares a la venta, comercializados en distintos formatos, como crema, gel o aerosol.

Debemos elegir el más adecuado según nuestras necesidades y vigilar que el animal no lo lama, al menos hasta que se absorba por completo, aproximadamente en 10-15 minutos. En caso de duda, conviene consultar con el veterinario. Se recomiendan protecciones elevadas, como mínimo, FPS 50.

Es mejor elegir uno sin perfume, hipoalergénico y resistente al agua, al menos en el caso de los perros, que son los que más probabilidades tienen de bañarse. Hay que aplicar primero una pequeña cantidad en una zona delimitada para comprobar que no produzca ninguna reacción adversa.

Suele tener que ponerse en la trufa, la punta de las orejas, las ingles, las axilas, etc. Hay que vigilar que el producto no entre en ojos ni en boca. Si el animal permanece al sol, habrá que repetir la aplicación, aproximadamente cada 4 horas o después del baño, si es que se moja.

Ropa de protección solar

Existen a la venta prendas de vestir que ofrecen protección contra el sol. Con ellas se pueden cubrir diferentes partes del cuerpo del animal o la totalidad, de forma que se impide que incida directamente la luz solar. Pueden tener factores de protección FPS 30, 40 o 50. Como extra, también protegen de las picaduras de mosquitos y otros insectos.

Zonas de sombra

Como es evidente, mantener al animal alejado de la exposición solar directa proporcionándole un lugar de sombra y agua fresca es la mejor manera de prevenir los daños del sol.

Hay que tener en cuenta que los protectores solares no son 100 % efectivos, por lo que, sobre todo los animales con mayor riesgo, como los que hemos mencionado, o los que ya han sufrido algún problema relacionado con el sol, directamente deberían evitar la exposición.

Evitar la exposición al sol

Finalmente, a pesar de que existan opciones para proteger la piel de perros y gatos de la acción perjudicial del sol, lo mejor es que evitemos la exposición directa en los días más calurosos del año y a las horas de máxima incidencia.

Esta precaución es especialmente relevante en los animales más vulnerables, como los cachorros, los ancianos o aquellos debilitados por algún motivo. Cabe recordar que la exposición al sol no solo daña la piel, también puede desencadenar el temido golpe de calor, una urgencia que pone en riesgo la vida del animal.