¿Estás pensando en ampliar la familia? Si deseas acoger a un minino como mascota, te interesa lo que vamos a contarte en esta entrada. En las próximas líneas descubrirás cuáles son los primeros pasos al adoptar un gato para que su integración en la familia sea gradual y satisfactoria para ambas partes.
Los gatos son especialmente sensibles a los cambios. Por ello, los primeros días en su nuevo hogar van a condicionar el resto de sus días. Igualmente, resulta inadecuado separarlo de su madre antes de los 3 meses de edad a fin de prevenir trastornos del comportamiento, dificultades para el aprendizaje o contar con un sistema inmune débil.
El paso a paso cuando acoges un gato en casa
Aunque no sea una ciencia exacta, los veterinarios y etólogos felinos coinciden en apuntar que cuando un minino se enfrenta a un evento de esta envergadura conviene ayudarlo siguiendo una serie de pasos. Estos vendrán dados por la propia progresión en confianza del animal, lo que contribuirá a que los tiempos varíen de unos casos a otros.
1. Consulta veterinaria
Lo primero que deberías hacer al acoger a un gato en casa es llevarlo al veterinario para que lo explore y certifique que está bien de salud. Será el momento de iniciar su calendario vacunal, si se trata de un minino de corta edad, y de desparasitarlo, tanto interna como externamente.
Puedes aprovechar esta consulta facultativa para resolver dudas en torno, por ejemplo, a su alimentación. Esta siempre deberá satisfacer sus requerimientos en cuanto a los 5 macronutrientes (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales) y ser acorde a su edad, tamaño y nivel de actividad.
2. Período de adaptación
Los primeros días son cruciales. Antes de que tu peludo llegue a casa todo deberá estar preparado. Deberá contar con un espacio propio que contenga todos sus enseres. Esto es, deberá disponer de un arenero, separado del comedero y del bebedero, de una cama, de un rascador y de suficientes juguetes.
Contar con un árbol o gimnasio para gatos de diferentes alturas, así como de un refugio, que sea de uso exclusivo y que preferentemente esté ubicado en un lugar alto, es más que recomendable para que se sienta seguro y no vea comprometidas sus necesidades de ejercitación y control (seguridad).
Recuerda que los gatos son territoriales e independientes, lo que los lleva a necesitar momentos de distanciamiento para no sentirse abrumados. En estos primeros días deberás permitirle que explore y olfatee todo lo que encuentra a su paso. Se trata de un período de adaptación en el que, primero, debe familiarizarse con el entorno.
No conviene que reclames en exceso su atención, ya que aún no se sentirá seguro. Debes darle tiempo para que vaya procesando el cúmulo de estímulos que tiene ante sí (nuevos olores, colores, formas, personas, animales, etc.).
Lo idóneo es que reserves un rato a lo largo del día a acariciarlo y a estar con él (para que se sienta acompañado y vaya conociéndote) y que durante el resto de la jornada campe a sus anchas. Si hay niños en casa, deberás dejarles claro que no deben avasallar a su nuevo amigo para no estresarlo.
3. Estimulación y enriquecimiento ambiental
Al cabo de 4 o 5 días en casa, podrás comenzar a pasar más tiempo con él. En este punto, resulta muy efectivo atender a su comportamiento, a sus reacciones, expresiones faciales y lenguaje corporal para determinar cuándo acometer la rutina de estimulación, tanto física como cognitiva.
Aunque no todas las razas presentan el mismo grado de necesidad en cuanto a la estimulación y la interacción, abordar esta fase te va a ayudar a evitar su aburrimiento, su frustración y ansiedad. Situaciones todas ellas que de mantenerse en el tiempo pueden desembocar en enfermedades más graves, como la depresión.
El momento del cepillado puede ser aprovechado para acariciarlo y mostrarle tu afecto. Igualmente, deberás dedicar tiempo a diario a jugar con él. Si es un cachorro, le servirá para calcular sus fuerzas al tiempo que se divierte y mide cuánto puede confiar en ti basándose en la seguridad que le proporcionas.
Si, por contra, se trata de un gato adulto, este juego compartido le permitirá satisfacer su curiosidad mientras salta, trepa o acecha a sus juguetes. En ambos casos, será el momento idóneo para ir forjando un vínculo imperecedero sobre la base del respeto y la capacidad de interpretar qué reclama. Acompáñalo.
4. Educación y socialización
Cuando percibas que se siente confiado y te busque, podrás emprender su educación y socialización para presentarle las normas que deberá cumplir y los compañeros de juego con los que va a convivir. En el caso de las normas, por ejemplo, no marcar los muebles, deberás apoyarte en el refuerzo positivo cada vez que lo haga bien.
Si existe otro gato en casa o tienes perro, esta primera toma de contacto deberá llevarse a cabo sin que ninguna de las mascotas se sienta en inferioridad de condiciones. Eso sí, neutraliza la posibilidad de que el veterano pueda atacar al nuevo miembro. Recurrir al transportín te salvará la vida.
Permite que se huelan para que se vayan conociendo y no varíes tu comportamiento con la mascota veterana. Dedica tiempo también a jugar con ella y muéstrale tu cariño. Cada vez que el nuevo gato manifieste interés por el otro animal y/o juegue con él, prémialo. Aplicando estos primeros pasos al adoptar un gato todo irá sobre ruedas. ¡Garantizado!