Es una de las enfermedades reproductivas más habituales en perras. Esta infección bacteriana aparece de repente y es difícil de detectar, al desarrollarse de forma interna. Toma nota en este artículo de cuáles son las causas, los síntomas y el tratamiento de la piometra en perros.

¿Qué es la piometra canina?

La piometra es un mal que ataca al útero de las perras. Puede darse a cualquier edad, una vez han alcanzado la etapa de fertilidad. No obstante, su incidencia es mayor a medida que envejecen. Se calcula que más del 25% de las hembras no castradas y con diez años de edad, pueden verse afectadas.

Después del celo en las perritas, los niveles de progesterona aumentan y disminuyen las contracciones uterinas. Estos cambios favorecen el crecimiento de las bacterias, que colonizan la zona provocando una infección. ¿Las consecuencias? Acumulación de pus en el útero y secreciones purulentas.

El avance de la enfermedad es muy rápido y la entrada de bacterias en la sangre puede desencadenar un estado de intoxicación, insuficiencia renal y peritonitis. La aparición de quistes en el ovario, a menudo aumenta la gravedad de la piometra.

Los tratamientos supresores del celo también pueden actuar como desencadenantes. Para evitar este riesgo, es recomendable administrarlos durante la fase baja del ciclo reproductivo. Es decir, cuando la perra no está en celo.

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Tipos de piometra

Se desarrolla de formas diferentes, según responde el útero a la infección.

  • Abierta. Es la forma más frecuente. En este caso, el cuello del útero se mantiene abierto. Como consecuencia habrá una secreción sanguinolenta o purulenta por la vulva.
  • Cerrada. No es habitual, pero sí muy peligrosa. El cuello de la matriz se mantiene cerrado y no se aprecian secreciones que puedan alertar sobre el problema. Si no se diagnostica y se opera a tiempo puede producirse una ruptura del útero, liberando la infección hacia la cavidad abdominal y produciendo una peritonitis severa.

Por eso, ante cualquier sospecha, lo mejor es que lleves el can al veterinario, donde podrán realizarle las pruebas pertinentes para confirmar el diagnóstico.

Los principales síntomas de la piometra

Detectar esta dolencia en su estado inicial a veces es complicado, ya que evoluciona de forma interna. Los primeros síntomas suelen aparecer varias semanas después de la época de celo y no son específicos de la enfermedad. Entre ellos podemos observar depresión, distensión abdominal y cuadros febriles.

A medida que la infección avanza serán más evidentes otros signos ya relacionados con esta dolencia como:

  • Lamido de la zona vaginal.
  • Menos apetito.
  • Enrojecimiento en el área de la vulva.
  • Secreción de fluidos vaginales anormales, sobre todo pus que tiende a ser amarillo-rojizo y con mal olor.
  • Un aumento de la sed y de la ingesta de líquido. Por ello la perra orinará con mayor frecuencia.

En fases avanzadas pueden tener fiebre muy alta, letargia, vómitos y diarreas. Este padecimiento es una urgencia médica, por lo que es necesario actuar cuanto antes.

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Tratamiento y prevención de la piometra

El tratamiento más común para esta dolencia es la cirugía. La intervención es conocida por los expertos con el nombre de ovariohisterectomía y consiste en la extirpación de los ovarios y del útero. De esta forma, la mayoría de perras logra sobrevivir y reponerse.

Si la enfermedad no se ha extendido demasiado, también puede llevarse a cabo un drenaje. Adicionalmente, cuando es una piometra abierta y la perra se encuentra estable, se aplica un tratamiento a base de antibióticos y otros fármacos.

La esterilización es, no obstante, la forma más fiable de reducir el riesgo de infecciones uterinas. De lo contrario, deberás llevar un control exhaustivo de las fechas del celo y realizar revisiones ecográficas para detectar, por ejemplo, la hiperplasia endometrial quística, una de las afecciones previas relacionadas con la piómetra.

FUENTES CONSULTADAS

  • Davidson, P. Tratamiento médico de la piómetra con PGF2α en la perra y la gata. In: Kirk, P.; Bonagura, J. Terapéutica Veterinaria de Pequeños Animales XII. 12.ed. España: Interamericana McGraw-Hill, 1995. p.1081-1083.
  • Feldman, E.; Nelson, R. Endocrinología y reproducción en perros y gatos. México: McGraw-Hill Interamericana, 2000. p.657-671, 826-829.