Los perros también pueden perder el equilibrio. Veremos que no son capaces de andar con normalidad ni de mantenerse en pie o dejar la cabeza recta. Pueden identificarse varias causas detrás de este trastorno que, en cualquier caso, siempre requiere una visita al veterinario para obtener un diagnóstico. En el siguiente artículo, hablamos de la pérdida de equilibrio en perros, sus causas principales y su tratamiento.
Causas de la pérdida de equilibrio
Básicamente, podemos encontrar tres causas principales como responsables de la pérdida de equilibrio de los perros. Se trata de lesiones en:
- Vías de la sensibilidad propioceptiva: son las encargadas de informar al cerebro de la posición del cuerpo.
- Cerebelo.
- Sistema vestibular: es el sistema que se ocupa del equilibrio.
Estas lesiones están provocadas por traumatismos, intoxicaciones, otitis, infecciones víricas, el consumo de determinados fármacos, etc. Repasamos las causas más importantes en los siguientes apartados.
Traumatismos
Nos referimos a golpes fuertes como los que pueden darse en atropellos, caídas desde alturas elevadas o incluso ataques de otros perros. En estos casos, podemos detectar, además del desequilibrio:
- Descoordinación.
- Convulsiones.
- Dificultades respiratorias.
- Deambulación anómala con giros y movimientos en círculos y/o exagerados.
- Cabeza ladeada.
- Posiciones extrañas.
- Nistagmo (movimiento involuntario de los ojos).
- Pérdida de la visión.
- Hemorragias.
- Fracturas abiertas o cerradas.
- Inconsciencia.
Estos signos clínicos son indicativos de la gravedad de los daños y requieren una inmediata atención veterinaria. Para determinar cuáles son estos daños, el profesional suele recurrir a pruebas como las radiografías o el TAC. La prioridad es estabilizar al perro.
El desequilibrio suele deberse a lesiones en el sistema vestibular o en el cerebro. Es habitual que se necesite hospitalización e incluso alguna intervención quirúrgica. En este tipo de casos, dependiendo de la naturaleza y la localización de los daños, es posible que al perro le queden secuelas y no sea posible la completa curación de su desequilibrio.
Intoxicaciones
Debido a su afán explorador, no es raro que los perros acaben ingiriendo sustancias tóxicas. Son muchísimas las que pueden encontrar en su entorno, como plantas, basuras, alimentos inocuos para los humanos, productos de limpieza, raticidas y un largo etcétera. En las intoxicaciones podemos encontrar otros signos clínicos, como:
- Hipersalivación.
- Vómitos.
- Temblores.
- Apatía.
La gravedad del envenenamiento va a depender de aspectos como la cantidad de sustancia, la vía de intoxicación, el tamaño y las características del perro o el tiempo que tardemos en ofrecerle asistencia veterinaria.
Por este motivo, es fundamental que, si sospechamos de una intoxicación, hablemos, de inmediato, con el veterinario. Lo ideal sería identificar qué sustancia ha sido la causante del cuadro.
El tratamiento, que suele incluir fluidoterapia y, en los casos más graves, ingreso hospitalario, se instaura en función de cada ejemplar. El pronóstico depende de todos los aspectos que hemos mencionado. Es mejor prevenir ofreciéndole al perro un entorno lo más seguro posible y teniendo cuidado de que no ingiera nada durante los paseos.
Síndrome vestibular
El sistema vestibular es el encargado del equilibrio y la orientación en el espacio. Los daños que lo afectan pueden estar en la parte que se localiza en el oído interno (sistema vestibular periférico) o la que está en el tallo cerebral (sistema vestibular central). Normalmente, la lesión está en el oído y provoca signos clínicos como:
- Descoordinación.
- Inclinación de la cabeza.
- Nistagmo.
- Estrabismo.
- Caminar en círculos.
- Vómitos.
- Inmovilidad.
Las causas de los daños en el sistema vestibular incluyen otitis en el oído medio o en el interno, traumatismos o infecciones víricas de gravedad, como el moquillo. También hay problemas vestibulares idiopáticos. Su origen se desconoce, pero sí se sabe que son más diagnosticados en perros de edad avanzada.
Hay que destacar que las otitis externas no están exentas del riesgo de acabar dañando el sistema vestibular. Si no se tratan adecuadamente, pueden avanzar y llegar a dañar el oído medio o el interno.
La afectación del sistema vestibular periférico suele tener mejor pronóstico. En cambio, los daños en el sistema vestibular central pueden no resolverse, igual que los casos de enfermedad vestibular idiopática.
Consumo de fármacos
Algunos medicamentos tienen la descoordinación como efecto secundario tras la ingesta. Un ejemplo son ciertos fármacos que se utilizan para el tratamiento de la epilepsia. Si el perro está recibiendo medicación y apreciamos que se desequilibra, debemos comunicárselo al veterinario inmediatamente. Solo este profesional puede valorar la retirada del fármaco y su sustitución, si fuese posible.
Síndrome de Wobbler
Se trata de un problema en las vértebras a lo largo de la columna originado por distintas causas, como alteraciones congénitas, nutricionales, relacionadas con la actividad física, la raza, etc. Afecta más a ejemplares de talla grande y mediana edad. Los perros con esta enfermedad presentan:
- Descoordinación.
- Andares tambaleantes.
- Parálisis.
- Debilidad muscular.
- Dolor en las cervicales.
- Cojera que no desaparece.
Tiene tratamiento mediante reposo, administración de antiinflamatorios o analgésicos o intervención quirúrgica, según cada caso. El pronóstico será mejor o peor en función de la causa que esté detrás de la enfermedad.
Otras causas de pérdida de equilibrio
Enfermedades que provocan daños en el cerebelo pueden manifestarse con temblores, caminar vacilante, movimientos exagerados al andar, etc. No pueden tratarse. También hay que resaltar que las dificultades para mantener el equilibrio y desplazarse con normalidad pueden quedar como secuelas de diversas enfermedades.