La neumonía es una de las enfermedades respiratorias que más nos pueden preocupar como cuidadores de perros, pues puede llegar a comprometer la respiración y desencadenar un cuadro de gravedad. En el siguiente artículo, hablaremos de la neumonía canina, explicando qué signos clínicos nos deben alertar de su presencia y cuál es el tratamiento más adecuado.

Qué es la neumonía

Básicamente, podemos decir que la neumonía consiste en la inflamación de los pulmones. Esta inflamación puede deberse a diferentes causas, como bacterias (suelen ser infecciones bacterianas secundarias a una causa primaria, como una infección vírica), alérgenos o incluso cuerpos extraños.

Además, existen varios tipos de neumonía, según la zona de los pulmones que se vea afectada, el daño que se provoque en ellos o el agente causal que, hemos visto, no es único. Por todos estos elementos que hay que tener en cuenta, es imprescindible acudir al veterinario, pues solo este profesional podrá llegar a un diagnóstico lo más exacto posible, lo que será imprescindible para pautar el tratamiento.

Causas de neumonía

Como hemos mencionado, hay distintos factores involucrados en la aparición de neumonía. En los perros, lo más frecuente es que esta se deba a una causa infecciosa. Pero también podemos encontrarnos con causas no infecciosas, como sustancias irritantes para las vías respiratorias. Nos referimos a humo y, en general, a las sustancias que pueden llegar a los pulmones por un problema en la deglución, como sería el megaesófago o la llamada neumonía por aspiración.

Esta es la típica que padecen los cachorros alimentados artificialmente y se relaciona con la llegada de leche a los pulmones en vez de al sistema digestivo, muchas veces por alimentar con jeringuilla en vez de biberón o por poner al cachorro a comer boca arriba, como un bebé humano, en lugar de tumbado sobre su abdomen.

También es causa de neumonía la presencia en los pulmones de cuerpos extraños, como, por ejemplo, fragmentos vegetales, o las neoplasias. Los parásitos que se alojan o transitan por los pulmones también son capaces de desencadenar una neumonía.

Además, hay que señalar que es más probable que sufran neumonía perros jóvenes, aquellos de edad avanzada o los ejemplares con el sistema inmune debilitado, por ejemplo, por padecer alguna enfermedad crónica.

Signos clínicos de neumonía

No todos los perros con neumonía van a presentar la misma sintomatología, pues existen múltiples diferencias según la causa, la gravedad del cuadro, etc. Aun así, destacamos los siguientes signos que nos deberían hacer sospechar de la presencia de una neumonía:

  • Fiebre.
  • Apatía.
  • Anorexia, es decir, el perro deja de comer o lo hace en menor cantidad.
  • Tos húmeda por la presencia de líquido en los pulmones.
  • Secreción nasal, en algunos casos.
  • Respiración más rápida durante o después de hacer ejercicio.
  • Los ejemplares más graves pueden tener la respiración más rápida de lo normal en todo momento.

Si detectamos cualquiera de estos síntomas, debemos acudir al veterinario. Solo este profesional puede llegar a un diagnóstico, examinando al perro y realizándole las pruebas necesarias, que suelen incluir, como mínimo, radiografías y análisis de sangre.

Tratamiento de la neumonía

Una vez el veterinario confirma el diagnóstico de neumonía, según las circunstancias de cada perro decidirá cuál es el mejor tratamiento para su recuperación. En general, siempre se suelen prescribir antibióticos y pueden añadirse otros fármacos, dependiendo de la sintomatología que presente el animal, como mucolíticos, sueroterapia, antiinflamatorios, desparasitadores, oxígeno, etc.

Los casos leves se tratan en casa, pero los más graves pueden requerir hospitalización y/o extracción si se descubre algún cuerpo extraño. En este punto, es importante saber que es fundamental acudir al veterinario lo antes posible, pues la recuperación va a verse influenciada por la rapidez con la que el animal reciba atención veterinaria.

Lógicamente, si se identifica un factor desencadenante de la neumonía, acabar con él favorecerá una mejor y más rápida recuperación. Al contrario, si permitimos que la neumonía avance sin que el perro reciba tratamiento, podemos encontrarnos con una neumonía crónica o incluso con el fallecimiento del animal.

Cuidados de un perro con neumonía

Además de seguir escrupulosamente el tratamiento pautado por el veterinario, que acostumbra a ser largo, es conveniente que tengamos en cuenta algunas medidas para favorecer la recuperación del perro en casa. Destacamos las siguientes:

  • Mantener al animal alojado en un ambiente cálido.
  • Incentivarlo a comer, aunque implique dejar su dieta habitual y ofrecerle solo sus alimentos preferidos.
  • Activar un humidificador si el ambiente es demasiado seco, ya que es fundamental la buena hidratación de las vías respiratorias. Otra opción es la inhalación de vapor. Un truco casero es meter al perro en el baño con la puerta cerrada mientras nos duchamos con agua caliente.
  • Si el veterinario nos señala alguna causa desencadenante de la neumonía, como puede ser el humo, evitar, en lo posible, la exposición del perro a dicho estímulo.