Todo el que se cruza con un Akita inu se impresiona por su aspecto imponente. Son perros fuertes y, en un inicio, de carácter reservado. Para todos aquellos que sepan poco acerca de esta raza, a continuación desvelamos todas sus claves.
¿Es el Akita inu una raza peligrosa?
Los Akita inu se han incluido en el listado de los llamados perros potencialmente peligrosos. Esto simplemente quiere decir que, para su tenencia, es indispensable cumplir con los requisitos que marca la legislación en cada territorio. Potencialmente peligroso no es más que decir que, dadas sus dimensiones, si llegase a atacar, provocaría graves daños.
Evidentemente, no es lo mismo el mordisco de un Akita inu que de un Pequinés. Pero esta consideración no implica que los Akita sean perros agresivos. De hecho, aunque con los desconocidos tienden a mostrarse serios y reservados, con su familia son todo lo contrario, llegando a ser muy cariñosos, fieles y nobles, además de protectores.
La educación que le proporcionen sus cuidadores es la base para evitar problemas de convivencia. Dadas las características físicas y psicológicas de este perro, se recomiendan solo para personas con experiencia previa.
Historia del Akita inu
Los perros Akita inu proceden del Japón del siglo XVII y, en sus inicios, se utilizaban para la lucha, de ahí su cuerpo grande e imponente. Cuando las peleas dejaron de ser populares, pasaron a ser compañeros para la caza mayor. Es la más grande de todas las razas de origen japonés. De hecho, la denominación «akita» significa «grande».
El Akita inu, ¿un perro familiar?
A pesar de sus orígenes luchadores, es un perro que perfectamente puede convivir en los hogares como cualquier otro perro de compañía. De hecho, destaca la fidelidad que muestra hacia sus cuidadores y la tranquilidad de su carácter.
Con sus familiares será cariñoso y les gustará compartir tiempo con ellos. Por lo tanto, aunque ante desconocidos se mantenga precavido, perfectamente puede ser un perro de compañía.
¿Los Akita inu y los perros se llevan bien?
En la relación entre congéneres caninos influyen mucho la socialización y la educación, por eso es posible apreciar diferencias considerables entre ejemplares. Dicho esto, es cierto que el Akita inu puede mostrarse reacio ante otros perros.
Sobre todo si se trata de un macho que se encuentra con otros machos. Hay que tener en cuenta que pueden llegar a surgir peleas. Insistimos en la importancia de la educación y de la socialización para prevenir, en lo posible, este tipo de problemas.
Educar a un Akita inu
Como hemos dicho, el Akita en ningún caso es un perro adecuado para principiantes. Tienen una marcada personalidad y son muy tercos, obstinados e inteligentes, por lo que hay que contar con experiencia para, en primer lugar, comprenderlos y, después, saber manejarlos.
Jamás hay que recurrir a la violencia y sí armarse de paciencia, calma, coherencia y perseverancia. Además de maltrato, es completamente contraproducente. Incluso puede necesitarse la ayuda de un profesional educador canino o etólogo para que nos oriente y ayude a resolver cualquier problema.
Con perros de esta envergadura es imprescindible actuar al primer signo preocupante, como un gruñido o un intento de pelea. Con trabajo y compromiso podemos conseguir un Akita inu bien educado, que será un excelente compañero.
¿El Akita inu es una raza deportista?
A pesar de su aspecto fuerte y pesado, de hasta 50 kg, los perros Akita inu tienen unas considerables necesidades de actividad física. De hecho, la recomendación es que puedan ejercitarse aproximadamente unas 2-3 horas al día, por ejemplo, divididas en 3-4 paseos. Lo ideal sería que contasen con la posibilidad de estar sin la correa.
Les vendría bien realizar alguna carrera o juego suelto, pero habrá que buscar el lugar donde puedan hacerlo al tratarse de perros considerados potencialmente peligrosos. La falta de esta actividad, que también les supone una buena forma de estimulación a nivel mental, es uno de los factores que pueden llevar al surgimiento de problemas de conducta.
Lavar al Akita inu
Lo cierto es que se recomienda cepillar frecuentemente el manto del Akita. Lo ideal sería hacerlo a diario. Tiene un pelaje muy abundante y cepillarlo permite mantenerlo en perfecto estado, eliminando la suciedad que puede acumularse y, sobre todo, el pelo muerto.
Debido a su tamaño y a la densidad del manto, el baño puede dejarse en manos de peluquerías caninas profesionales tanto por la dificultad que puede suponer el manejo como por lo complicado que resulta coneguir un secado completo.
Los Akita inu, ¿al borde de la extinción?
Esta idea parte de la enorme disminución de ejemplares que se constató durante la década de 1930. Durante ese período, los Akita inu sí estuvieron al borde de la extinción. Por suerte, en Japón existen sociedades que se encargan de preservar las razas autóctonas. Gracias a ello el mantenimiento de la raza se considera asegurado.