Las legañas son secreciones oculares fisiológicas cuyo cometido es mantener la lubricación y la protección de los ojos. Se solidifican, normalmente en los bordes oculares. Es más habitual descubrirlas cuando el perro despierta, ya que se acumulan durante el sueño, pero pueden aparecer en cualquier otro momento e indicar la presencia de alguna patología. Hablamos de las legañas de los perros, cuáles son sus causas y cómo hay que tratarlas.

Causas de legañas

Como hemos dicho, las legañas aparecen de forma fisiológica en los ojos, sobre todo tras pasar un tiempo con ellos cerrados. Pero, en ocasiones, no estamos hablando de este tipo de legañas, que podemos considerar normales, sino que son mucho más abundantes, se mantienen a lo largo de todo el día, son más espesas, amarillentas o se acompañan de otros signos clínicos.

Estas son las legañas que nos pueden indicar un problema de salud y, por lo tanto, el veterinario deberá identificar su causa para poder tratarla. Destacamos los principales motivos de legañas:

  • Infecciones: suelen ser bacterianas y provocar unas legañas amarillentas, pero también pueden ser víricas o fúngicas. Lo habitual es que sean infecciones leves que respondan bien al tratamiento, pero hay que saber que si se dejan sin tratar pueden llegar a provocar daños considerables e incluso irreversibles en el ojo.
  • Enfermedades oculares: además de las infecciones, cualquier erosión en el ojo, úlcera o patologías, como la queratoconjuntivitis seca, el glaucoma o la queratitis, pueden desencadenar un aumento de la secreción ocular.
  • Contacto con sustancias potencialmente irritantes o condiciones climatológicas adversas: por ejemplo, el humo, el polvo, el viento intenso, diferentes productos químicos, mucho frío, ambiente extremadamente seco, etc. Los dos ojos se verán afectados.
  • Presencia de cuerpos extraños: es relativamente fácil, sobre todo en ejemplares de razas de ojos saltones, que se introduzcan cuerpos extraños en los ojos, como espigas, insectos, cualquier suciedad, etc. Las pestañas o las masas (tumores) que crecen hacia el interior del ojo pueden comportarse también como cuerpos extraños. Lo mismo sucede en el prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado.
  • Parásitos: existen parásitos que se alojan en el ojo del perro y de otros animales, como la Thelazia callipaeda, un gusano nematodo en auge que puede desencadenar un cuadro clínico leve o de consideración.
  • Reacciones alérgicas: las alergias son reacciones de hipersensibilidad ante sustancias inocuas (alérgenos) que no tendrían por qué desencadenar ninguna reacción del sistema inmune. Además de las legañas, que suelen ser transparentes y en los dos ojos, suele haber picor, secreción nasal, estornudos, etc.
  • Obstrucciones en los conductos lacrimales: si, por alguna causa, los conductos que eliminan el exceso de lágrimas de los ojos se obstruyen, estas se acumularán, pareciendo que el perro siempre los tiene llorosos.
  • Alteraciones anatómicas: en algunas razas, los párpados rozan con el ojo, hay pliegues en la zona y, en general, existen diferentes alteraciones de nacimiento que dañan el ojo y provocan un exceso de legañas, entre otras complicaciones.

Sintomatología asociada a las legañas

Dependiendo de la causa que haya originado las legañas, podemos percibir, también, otros signos clínicos en nuestro perro, además de la secreción anómala. Los más comunes son los siguientes, que pueden afectar a uno o a los dos ojos:

  • Enrojecimiento.
  • Fotofobia, esto es, la luz resulta molesta para los ojos, con lo que el perro la evita y el ojo se ve más cerrado de lo normal.
  • Picor, que el perro intentará aliviar frotándose contra cualquier objeto o con las patas.
  • Dolor y sensibilidad ocular, que puede hacer que el perro esté más apático, nervioso, incómodo o incluso agresivo si pretendemos manipularlo para examinar el ojo.
  • Ojo opaco (parece empañado).
  • Ojo que se percibe como más grande o más pequeño.

Tratamiento de las legañas

Lógicamente, el tratamiento ante las legañas no fisiológicas de los perros lo tiene que decidir el veterinario, pues es imprescindible identificar la causa que las ha originado. No se trata igual una alergia que una infección bacteriana ni un prolapso del tercer párpado que un cuerpo extraño. El diagnóstico solo lo puede hacer un profesional de la salud canina, que tendrá que examinar directamente el ojo o los ojos afectados y realizar pruebas, si lo considera necesario.

En ningún caso debemos ponerle colirios al perro ni darle ningún otro fármaco, aunque lo hayamos usado con anterioridad. Podríamos agravar el problema y complicar la recuperación. La opción ante un perro con legañas tiene que ser siempre acudir a la consulta del veterinario.

En casa solo deberíamos mantener el ojo lo más limpio posible, mientras esperamos la atención del profesional. Para ello, con cuidado, podemos pasar, de dentro hacia fuera del ojo, una gasa humedecida en suero fisiológico. En general, el tratamiento consiste en la administración de antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios, pero también puede necesitarse una intervención quirúrgica.