La laringitis es una inflamación de la laringe que puede deberse a diferentes causas. A continuación explicaremos qué síntomas nos indican que nuestro perro padece esta enfermedad y cómo podemos solucionarla.
La laringe
La laringe forma parte del tracto superior del sistema respiratorio junto con los conductos nasales, la garganta y la tráquea. Algún problema en la laringe puede provocar ruidos al respirar. Algunos reciben el nombre de estridor o crup y el perro los emitirá cuando su laringe se ha estrechado. Sería una laringitis aguda.
Anatómicamente se encuentra por encima de la tráquea. Sobre la laringe se sitúa la glotis, que es una especie de tapa de cartílago que la cierra para proteger las vías respiratorias cuando el animal traga. Además, en la laringe están las cuerdas vocales.
Por sus características, es fácil que la mucosidad permanezca en su interior y, como es muy sensible, se desencadena con facilidad y frecuencia la tos, a veces tan solo por ejercer una ligera presión.
Síntomas de laringitis en perros
Se conocen varias enfermedades o condiciones que afectan a la laringe al punto de inflamarla y estrecharla. A pesar de las diferencias que vamos a poder encontrar entre ellas, cuando un perro padece laringitis destacan signos clínicos como los siguientes:
- Ronquera o afonía.
- Pérdida de la capacidad de ladrar.
- Ahogos.
- Arcadas y náuseas.
- Tos, sobre todo mientras el perro está comiendo o bebiendo.
- Cuando la laringe se obstruye se aprecian síntomas como estridor, cianosis y colapso.
Laringitis canina
En la laringitis se inflaman las cuerdas vocales y la porción de laringe localizada a su alrededor, lo que explica la afonía y los problemas para ladrar. Precisamente un exceso de ladridos o mucha tos pueden estar detrás de esta patología. Una causa menos frecuente es la parálisis de las cuerdas vocales.
También hay enfermedades que cuentan con la laringitis entre sus síntomas como la tos de las perreras, la amigdalitis o, en general, cualquier problema de origen infeccioso que afecte a la garganta, así como los tumores en la zona.
Laringitis aguda
Se caracteriza por el sonido conocido como crup o estridor, que escucharemos cuando la laringe se ha estrechado. La presencia de un cuerpo extraño o de un edema laríngeo son algunas de sus causas. Otras veces el crup se cronifica, lo que suele suceder en los casos de parálisis de las cuerdas vocales o laríngea.
Edema laríngeo
En esta situación la laringe se estrecha o incluso se obstruye por completo. El perro hace mucho ruido al respirar y sus mucosas llegan a adquirir una tonalidad azulada debido a la falta de oxígeno. Es lo que se conoce como cianosis y es una urgencia veterinaria. El perro puede fallecer porque no está consiguiendo respirar correctamente.
El edema a veces forma parte de una reacción anafiláctica como la que se desencadena por la picadura de algún insecto. El golpe de calor o la parálisis de las cuerdas vocales son otras de las situaciones involucradas.
Parálisis laríngea
Es la parálisis de las cuerdas vocales. Normalmente estas se mantienen separadas, pero, cuando se paralizan, quedan unidas y esto contribuye al estrechamiento de la laringe y a la aparición de la sintomatología correspondiente. En algunas razas como el husky o el dálmata se considera un defecto hereditario.
Se caracteriza por el crup, que empieza por hacerse audible cuando el animal realiza ejercicio o justo después, y acaba por escucharse en cualquier momento. El perro puede llegar a perder el conocimiento.
No es extraño que se complique con edema laríngeo, lo que puede llegar a causar el colapso e incluso la muerte por la incapacidad de hacer llegar oxígeno al interior del cuerpo. El veterinario, con un laringoscopio, puede diagnosticar este problema.
Lesiones en la laringe
Destacamos los traumas que se le pueden ocasionar a la laringe porque una de sus principales causas son los collares de ahogo. La posibilidad de dañar tanto la laringe como la faringe explica que este tipo de collar no sea para nada recomendable y debería servir para erradicar por completo su uso.
Hay otras causas más comunes de lesiones como los mordiscos o los cuerpos extraños que consiguen cortar la laringe, como pueden ser esquirlas de huesos o, en general, cualquier objeto de bordes cortantes o afilados.
Tratamiento de la laringitis en perros
Para poder solucionar un problema de laringitis en nuestro perro es esencial que descubramos qué lo ha causado. Por lo tanto, el tratamiento irá dirigido a aliviar el desencadenante de la inflamación. En las urgencias en las que la respiración está comprometida el veterinario administrará corticoides, antihistamínicos o adrenalina.
En los casos de parálisis laríngea se recurre a la cirugía para extirpar las cuerdas. Este procedimiento impide que el perro vuelva a ladrar. Si se ha debido a un exceso de ladridos y este es un comportamiento frecuente en nuestro perro, debemos ponernos en contacto con un especialista en conducta canina o un etólogo para que nos dé pautas de actuación.
Además, es conveniente que limitemos el nivel de actividad del animal mientras dura el tratamiento y utilicemos un arnés en lugar de collar para preservar la zona afectada. Evitar el frío y las corrientes de aire, ofrecer un lugar de descanso cálido y no a la intemperie o secar por completo al perro si se moja son otras de las medidas adecuadas.
Bibliografía
Carlson y Giffin (2002): Manual práctico de veterinaria canina. Madrid: Editorial el Drac.