Sí, los has visto en tu pueblo y sí, son adorables. Hablamos del Shiba Inu, una de las razas más inteligentes y bonitas del mundo de los perros. Y es que, con una larga historia y recorrido, a punto de extinguirse, esta raza es hoy en día un “Tesoro nacional” y todo un bien cultural que ha roto fronteras y llegado al corazón de millones de personas.
Si te gustó la película de “Hachiko”, donde el protagonista era un Akita Inu, te gustará conocer todo sobre la línea de esta raza, sobre todo de su familiar el Shiba Inu, el “zorrito de la casa.”
Procedencia del Shiba Inu
Su origen se remonta al siglo III a.C y fue criado en su momento para la caza en grandes espacios y para una menor cacería en montañas. Es una de las razas más antiguas y queridas de Japón junto al famoso Akita Inu y, tras el éxito mundial que tuvo la película llamada “Hachiko”, ambas razas tuvieron una gran repercusión, llegando a criarse en masa muchos de estos perros.
Significado y origen del nombre
Por si no lo sabías, existen varios tipos de este linaje de “Inu”, en el cual, dicha palabra en japonés significa “perro”, y aunque todavía no se ha confirmado el origen y significado de la palabra “Shiba”, yay tres posibles teorías.
Una primera explicación popular del país es que la palabra Shiba significa «pequeño arbusto», entendiéndose que a esta raza de perro se la llamó así por ser famosa cazando animales que se ocultaban tras los arbustos y matorrales.
Otra de las teorías es que se les llamó Shiba justamente por tener el mismo color de los matorrales donde cazaban a las pequeñas alimañas. Por último, la tercera opción y la que más común y acertada parece estar, es que el nombre de Shiba, que significa también “pequeño o mediano”, se le haya dado en favor a su tamaño, ya que es una raza de tamaño medio estándar. Con lo cual, “Shiba Inu” significaría en japonés “perro mediano”.
El Shiba Inu, a punto de extinguirse
La mayoría de los Shibas vivían en la zona montañosa de la región de Chubu en Japón, antes de 1912, pero durante la gran Restauración Meiji que comenzó en 1868, muchas razas de perros occidentales tuvieron que ser importadas a Japón, mezclándose así con otros perros nativos durante muchos años. Esto significó que no quedase ningún Shiba Inu de sangre pura.
Así pues, se decidió volver a criarlos adecuadamente y preservar esta noble raza de perros japoneses asegurando el futuro de esta raza. Lo malo es que los Shibas pasaron por momentos difíciles en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Y es que, además de la escasez de alimentos y la depresión de la posguerra, también existió una epidemia de moquillo en la década de 1940 en Japón que provocó que la raza más conocida del país se extinguiese casi por completo.
Fue gracias a los soldados estadounidenses que comenzaron a fijarse en estos perros, y que fueron llevados a los Estados Unidos en 1959 por lo que la raza no quedó extinta del todo. Tras ello, en los años sesenta, estos perros empezaron a viajar por todo el mundo y ahora es muy fácil encontrar cada vez con más asiduidad a esta raza por los cinco continentes.
El Shiba Inu, considerado como “Tesoro nacional”
Tras la casi extinción de esta raza durante la Segunda Guerra Mundial, en 1936 fue reconocida como Monumento Natural de Japón a través de la Ley de Bienes Culturales. Y es que, al comprender los graves estragos con la que se vio perjudicada la población canina, Japón decidió fomentar el cuidado de los perros nacionales, declarándolos tesoros del país.
De hecho, el Shiba Inu fue una de las razas elegidas para su preservación, llegando a tener un éxito totalmente inesperado y convirtiéndose en uno de los perros más famosos del país y que más repercusión ha tenido en el resto de continentes.
Hoy en día no es difícil encontrarte a un Shiba Inu en la calle o en casa de un amigo, ya que son fieles, leales, muy inteligentes y, aunque algo cabezones, con una empatía increíble hacia su dueño y protector.