Las vitaminas son elementos indispensables en la dieta de perros y gatos, de la misma manera que las necesitamos las personas. Deben consumirse en pequeñas cantidades para evitar un exceso que, al igual que su carencia, puede resultar perjudicial para la salud.

Funciones de la vitamina A en perros y gatos

Las vitaminas se dividen en dos grandes grupos: liposolubles, porque se disuelven en grasas, e hidrosolubles, que lo hacen en agua. Tienen en común que el organismo no las puede sintetizar, lo que quiere decir que es imprescindible que las aportemos con los alimentos. La vitamina A es también conocida con el nombre de retinol y es una vitamina liposolubles.

Tras la ingesta de vitamina A, esta se procesa en el organismo y el sobrante se expulsa en las heces. Puede almacenarse en el hígado. Esta vitamina cumple funciones muy importantes en el cuerpo. Así, se relaciona con el crecimiento de huesos y dientes, con la diferenciación celular y mantiene íntegros los tejidos epiteliales, es decir, el pelo, la piel y las mucosas.

Interviene en el proceso de queratinización y también es fundamental para la visión y la reproducción. Una cantidad inadecuada de vitamina A se manifestará en la aparición de diferentes síntomas que pueden ser de gravedad. Hay que tener en cuenta que es problemática la carencia y el exceso, que es la alteración conocida como hipervitaminosis.

Signos de hipervitaminosis A

La hipervitaminosis A causa picor considerable, que lleva al perro a rascarse continuamente. Además, un exceso en su consumo provocará intoxicación. En los gatos es relativamente frecuente la hipervitaminosis A por consumo prolongado de una dieta casi exclusiva de leche y, sobre todo, de hígado, ya que es un órgano donde se almacena la vitamina A.

Otra causa puede ser el mal uso de los suplementos de esta vitamina, cuando se le dan al gato en una cantidad muy por encima de la que necesita. En estos casos el exceso afecta a los huesos, provocando una patología denominada osteoporosis y modificaciones óseas que dificultan la movilidad del gato y también pueden llegar a comprimir los nervios.

Estas lesiones se manifestarán como cojeras en las patas delanteras, letargo y una resistencia lógica a moverse. También hay dolor y rigidez en las vértebras cervicales e hiperestesia, que es una reacción exagerada ante estímulos. Las modificaciones en los huesos se detectan en las radiografías. Se diagnostica en base a ellas y a la sintomatología.

Tratamiento de hipervitaminosis A

El tratamiento pasa por retirar de inmediato el exceso de vitamina A de la dieta. Pero, además, hay que acudir al veterinario para resolver los síntomas. En el caso con los gatos que sufren daños en los huesos, el profesional puede iniciar un tratamiento, pero es habitual que queden secuelas. Un ejemplo es la rigidez en la columna vertebral o en las articulaciones.

Vitamina A en el alimento de perros y gatos

La fuente principal de la vitamina A es un pigmento que recibe el nombre de caroteno. Se encuentra en los vegetales y, al ser ingerido, se transforma en la vitamina A en el intestino de los perros. En cambio los gatos necesitan consumir la vitamina directamente, ya que no realizan este proceso intestinal.

Los alimentos secos, húmedos o deshidratados que se comercializan en la actualidad tanto para los perros como para los gatos tienen, en general, un nivel de vitamina A adecuado a sus necesidades nutricionales. Además, la vitamina A se puede encontrar directamente en diferentes alimentos entre los que destacan los siguientes, de consumo muy habitual:

  • Productos lácteos.
  • Carnes.
  • Hígado.
  • Yema de huevo.

¿Debería darle vitamina A a mi perro o a mi gato?

Un perro que recibe una alimentación equilibrada y adecuada a sus condiciones de vida no necesita que le proporcionemos ningún suplemento adicional. Por supuesto, esta recomendación incluye la vitamina A y es un consejo que se puede aplicar a todas las etapas de la vida del perro o del gato, por mucho que circulen mitos que indiquen lo contrario.

Por lo tanto, no hay ningún motivo para suplementar a los cachorros o gatitos, a las hembras en período de gestación o en fase de lactancia o a los animales de edad más avanzada o enfermos. Una buena alimentación va a cubrir todas las necesidades de vitaminas y del resto de nutrientes.

Por ello solo se pueden ofrecer suplementos siguiendo la prescripción del veterinario. No se conocen casos de hipervitaminosis en animales alimentados con dietas comerciales, pues están formuladas de manera equilibrada.