Estos perros, de talla reducida y patas cortas, combinan la tenacidad de los Terrier con un temperamento más sociable que les hace llevarse bien con otros perros y humanos. De naturaleza curiosa y despierta, también destacan por su inteligencia y por sus dotes como perro guardián.

¿Buscas a un compañero que se adapte bien a una familia cariñosa? En ese caso, no encontrarás mejor opción que un Terrier Checo. Sigue leyendo para averiguar si estos pequeños encajan con tu estilo de vida.

La raza está catalogada como “excepcional”

Debido a que es una variedad poco extendida más allá de la República Checa, las principales asociaciones internacionales caninas consideran que el Terrier Checo es “rare”. Esta palabra inglesa define aquello difícil de encontrar, exclusivo o que se sale de lo común en un sentido positivo de la palabra. Hay un número limitado de ejemplares, incluso en países como Estados Unidos, Inglaterra, Francia o España.

Un ejemplar para exhibiciones

A la hora de elegir un cachorro, debes tener en cuenta que a las ocho semanas (cuando se recomienda destetarlo) tenga ya los incisivos crecidos; de lo contrario hay grandes posibilidades de que tenga una dentadura incompleta más adelante. Asimismo, procura que tenga la mandíbula superior más larga que la inferior, pues con el tiempo se alinearán.

Si ambas son iguales a una edad temprana, es más probable que de adultos sufran de prognatismo, una característica que resta puntos en los concursos caninos. El último detalle relevante es la forma de la cola, que no debe estar enroscada, ni apoyarse sobre la grupa.

Su color cambia con los años

Los Terrier de Bohemia nacen con una coloración más oscura de la que tendrán de adultos. Los ejemplares de color gris acerado son inicialmente de color negro, mientras que aquellos de tonos café o marrón claro suelen tener una tonalidad marrón chocolate cuando llegan a este mundo. Es en los primeros dos años de vida cuando el pelaje se les suele aclarar.

El manto debe ser recortado con tijera

Por las características de su pelaje es recomendable que los recortes se hagan con tijera cada 6 u 8 semanas. Sin embargo, no todos los peluqueros caninos saben cortar el pelo de un Terrier Checo de forma adecuada. Una opción es aprender a hacerlo tú mismo, siguiendo algunos tutoriales o cursos específicos. Recuerda que lo más delicado es la parte interna de las patas, donde se le forma una especie de “delantal” o “falda” que puede entorpecer sus movimientos.

Los Terrier Checos fueron un asunto de seguridad nacional

El fundador de la raza fue un criador de origen checo, Frantisek Horák. Fue él quien desarrolló el proceso de selección y cría del Terrier Checo durante los años en los que la República Checa era parte de Checoslovaquia y estaba dominada por el comunismo.

Tras un largo periodo de ensayo y error, los esfuerzos de Horák comenzaron a dar sus frutos y muchos entusiastas de los Terrier comenzaron a escribirle para pedirle más información. Las grandes cantidades de correo que llegaban al domicilio del criador despertaron las sospechas del servicio secreto del partido comunista, que llegó a investigar si Horák era un subversivo.

Se creó una estampilla en su honor

La variedad de Terrier Checo fue aceptada por la Federación Cinológica Internacional (FCI) en 1963. En esa misma época fue elegido perro nacional de la desaparecida Checoslovaquia. Para celebrar la estandarización de la raza, el Gobierno de ese país autorizó que se imprimieran una serie de estampillas con el dibujo de estos canes.

Cada año se celebra el fin de semana de los Terrier Checos

Este evento fue una iniciativa del creador de la raza, Frantisek Horák. Actualmente, la celebración se lleva a cabo en el pueblo de Telc, situado en la zona central de Bohemia. El momento más emotivo se da durante el mediodía del sábado, cuando se reúne a todos los Terrier y a sus dueños haciendo sonar un cuerno. Se realizan demostraciones de ejemplares, charlas sobre el estándar de la raza y muchas otras actividades.