Cuando de educar a un gato se trata, tendemos a equipararlos a los perros, cuando su psicología es bien distinta. Por lo general, los felinos responden peor al refuerzo negativo y son menos jerárquicos y gregarios que los cánidos. Si estás adiestrando a tu peludo, te interesará conocer cuáles son los errores habituales al educar a un gato.
Por su carácter independiente y acusado instinto de supervivencia, los gatos suelen desoír las órdenes y están más pendientes de no ver comprometido aquello que les aporta seguridad. Esto es, el control sobre lo que consideran que les pertenece, tanto en términos físicos-materiales como temporales. Tenlo en cuenta.
6 Errores comunes en la educación de un gato
Como decimos, si deseas que tu minino interiorice cuanto antes, y sin traumas, aquello que te interesa que aprenda deberás respetar su psicología y hacerle sentir cuidado en las 5 libertades del bienestar animal. Ganarte su confianza es la llave para lograr una convivencia más que armoniosa con él. Por tanto, evita los siguientes errores.
1. Socialización
Separarlo de su madre y hermanos antes de los dos meses de edad es un error. Junto a ellos asimila lo indispensable para convertirse en un adulto equilibrado. Aprende a medir sus fuerzas y a defenderse al tiempo que se familiariza con el entorno que lo rodea, sin obviar los nutrientes de calidad que recibe de su madre.
No exponerlo de un modo gradual a los estímulos con los que va a convivir durante las semanas en las que está biológicamente más receptivo al aprendizaje (de la segunda a la séptima semana de vida) puede desencadenar trastornos del comportamiento, como agresividad y ansiedad, así como dificultades para aprender y relacionarse.
2. Refuerzo negativo
La educación con los gatos pasa por generar un entorno seguro y gratificante. Así, tus esfuerzos deben centrarse en construir asociaciones o recuerdos positivos hacia aquello que deseas que repita. Premiarlo con su golosina, juguete o palabra de cariño favorita le permitirá consolidar cada aprendizaje (y confiar más en ti).
3. Bolas de pelo
Especialmente en el caso de los gatos de pelo largo o semilargo, las bolas de pelo muerto resultan problemáticas, ya que con el acicalamiento diario es inevitable que traguen pequeñas cantidades de pelo muerto cada día.
Cepillarlo con asiduidad, sobre todo durante los meses de muda, y ofrecerle productos específicos como la malta para gatos, es una buena idea para neutralizar esta situación potencialmente peligrosa. Las bolas o tricobezoares pueden alcanzar el sistema digestivo y requerir cirugía.
4. Calendario vacunal
Es común pensar que porque el gato está siempre dentro de casa no va a infestarte o a enfermar. Sin embargo, nuestro calzado es un importante portador de gérmenes, bacterias y microorganismos que, una vez más a través del acicalamiento, pueden llegar al pelo (pulgas y garrapatas, entre otros) o a los intestinos de tu peludo (es el caso de los gusanos).
Por ello, mantener actualizado su calendario vacunal y de desparasitaciones, internas y externas, es una medida preventiva efectiva para la salud de tu minino que, muchas veces, olvidamos poner en práctica.
5. Esterilización
Eliminar su capacidad reproductiva resulta positivo tanto para los machos como para las hembras. En el caso de los primeros, evitarás que se escape de casa y que se pelee, pudiendo sufrir heridas o contraer enfermedades. También evitarás que marque con su orina dentro de casa.
En el caso de ellas, prevendrás embarazos no deseados. A partir del año de edad, entre primavera y verano las hembras se ponen de celo durante una semana para descansar dos y así de manera sucesiva. Además, existen evidencias de que la esterilización previene ciertos tipos de cáncer en ambos sexos.
6. Dieta
En línea con la esterilización, la dieta es otro aspecto en el que no reparamos o al que no concedemos la importancia que merece, especialmente en el caso de los gatos esterilizados que, como sabes, tienden a engordar. ¿Cuál crees que es la alimentación idónea para estos carnívoros estrictos?
En la actualidad existen piensos de calidad que les proveen de los nutrientes esenciales que deben ingerir, y que incluso atienden a necesidades específicas como el control de peso, si están castrados, o la prevención de las bolas de pelo.
Estos son los errores habituales al educar a un gato que, directa o indirectamente, interfieren en su aprendizaje y que como tutor deberías esquivar. En definitiva, se condensan en el respeto a sus tiempos y a lo que consideran más importante, su independencia. Teniéndolo en cuenta, y acompañándolo de tu cariño, lo lograrás.