Existen algunas enfermedades que afectan por igual a los perros y a los humanos. Son zoonosis, un término que agrupa a todas aquellas enfermedades que pueden transmitir los animales a los humanos, ya sea de forma directa o indirecta, a través de vectores. En el siguiente artículo, en concreto, hablamos de las enfermedades que comparten los perros y los humanos.

Parasitosis

Las pulgas son los parásitos más visibles, pero los perros también pueden transmitir a los humanos parásitos internos, como las tenias, los gusanos redondos, por ejemplo Toxocara canis, o los protozoos Giardias.

Las pulgas adultas ponen sus huevos en el ambiente del perro y las nuevas pulgas pueden saltar sobre cualquier animal que se encuentre en la casa, lo que incluye a los seres humanos. Además de las picaduras, las pulgas también pueden actuar como vectores, por ejemplo, de Rickettsias, bacterias que se pueden transmitir a los humanos.

Por este motivo, ante la presencia de pulgas, no solo hay que tratar al perro con un antiparasitario, sino que debemos ocuparnos también de higienizar el ambiente. La transmisión de parásitos internos se suele producir por contaminación del medio a través de los huevos que se expulsan en las heces.

Esto hace que sea más probable el contagio de los más pequeños de la casa, que suelen tener unos hábitos de higiene más relajados y un sistema inmune todavía en desarrollo.

Rabia

La rabia es una enfermedad provocada por un virus que puede prevenirse mediante la vacunación de los perros. Aunque en muchos territorios se considera erradicada, precisamente gracias a las vacunas, todavía sigue ocasionando numerosas muertes en países como la India, donde la vacunación no llega a todos los perros.

El virus de la rabia puede incubarse durante mucho tiempo y, una vez se manifiesta, se desarrolla en varias fases. Los signos clínicos más reconocibles son la hipersalivación, la agresividad o la fobia al agua.

Es una de las enfermedades de declaración obligatoria a las autoridades y se transmite por la saliva de un animal infectado, a través de una mordedura o por contacto de la saliva con una herida.

Sarna

La sarna sarcóptica está originada por un ácaro (Sarcoptes scabiei) que puede transmitirse a los humanos, sobre todo por contacto directo con el perro afectado. Es importante señalar que solo esta sarna se contagia. Otras, como la demodécica, no suponen riesgo de transmisión.

Ante la sospecha de sarna hay que tratar de inmediato al animal e implantar medidas de manejo e higiene del hogar para evitar la transmisión, como aspiración, desinfección, lavado de textiles, etc.

Enfermedad de Lyme o borreliosis

En este caso, el perro no transmite directamente la enfermedad al humano, sino que se necesita un vector. Una garrapata inocula la bacteria al perro (Borrelia burgdorferi). Si una garrapata se alimenta de él, se infectará y, de picar a un humano, podrá transmitirle la bacteria. Las garrapatas también pueden transmitir Rickettsias a los humanos.

Para prevenir la presencia de garrapatas conviene mantener un calendario de desparasitaciones adecuadas a las características y condiciones del perro y revisarlo después de pasear por zonas de riesgo.

Hay que tener en cuenta que factores como el cambio climático o la globalización favorecen la proliferación de garrapatas, por lo que este tipo de enfermedades tenderán a aumentar su frecuencia.

Dirofilariosis

Más conocida como enfermedad del gusano del corazón, pues es donde se aloja el parásito (además de en los pulmones), es otra de las enfermedades que necesitan un vector para transmitirse del perro a los humanos. En este caso, se trata de un mosquito, capaz de inocular las filarias a los perros.

Si un mosquito pica a un perro con filarias, podrá transmitirlas al humano al que pique después. En otras palabras, el perro actuaría como reservorio. Al igual que sucedía con las garrapatas, las condiciones actuales favorecen el aumento de incidencia de este tipo de enfermedades, gracias a la proliferación de mosquitos.

Para prevenir conviene utilizar productos para evitar sus picaduras e implantar medidas de protección del perro, como no dejar que duerma en el exterior durante las noches o no acumular agua o restos vegetales en el jardín, donde podrían criar estos insectos.

Leishmaniosis

De nuevo, estamos ante una enfermedad que se transmite por vectores, los flebotomos (similares a los mosquitos), que pueden picar tanto a perros como a personas. Es una enfermedad de gravedad.

Se desarrolla en diferentes cuadros clínicos (cutáneos o viscerales) y puede ver aumentada su incidencia porque las condiciones actuales favorecen el incremento de las poblaciones de flebotomos. El perro actuaría para los humanos como un reservorio.

Leptospirosis

Se trata de una enfermedad bacteriana provocada por Leptospiras. El contagio se puede producir por contacto con la orina de un perro enfermo o por el consumo de aguas contaminadas. Existe una vacuna para administrar a los perros. Esta constituye la mejor prevención.

Tiña

Aunque es más frecuente en gatos, esta enfermedad cutánea causada por un hongo es de las que pueden transmitirse a los humanos por contacto directo o por tocar objetos contaminados por las esporas.

Es un problema, sobre todo, en hogares con personas inmunocomprometidas, como pueden ser las de edad avanzada, las enfermas o los niños. Además del tratamiento, hay que implantar medidas de higiene del hogar como las que hemos mencionado para combatir la sarna.